Capítulo #1...........................................................
En el dormitorio de los hombres siempre podías encontrar su luz prendida, como marcando una rebeldía entre todos los que ahora pretendían dormir para descansar, mientras él, seguramente, ejercitaba su mente o su cuerpo por la falta de sueño y era perfecto, porque esta noche en especial, yo tampoco pretendía que pudiera dormir.
Caminé despacio, tanteando mis pasos, que seguramente habría escuchado desde afuera, sus sentidos siempre alertas no podían compararse con los otros, ni su cuerpo o su resistencia para el combate, me hacía a la idea de que no sabía disimular mi entusiasmo cuando se paraba frente a mí y pretendía atacarme con su espada, que de no ser porque estaba bien armada y entrenada delante de los ojos del maestro, con gusto le hubiese permitido que la enterrara contra mi piel sin ningún remordimiento, sentir el frío del metal quizá me hubiese despertado o satisfecho y no estaría haciendo esto.
Deslicé su puerta y lo encontré sentando, inmutable, como tanto me prendía. Levantó su vista por un segundo y mi sorpresa palpitó en mi entrepierna. Ya no eran simples juegos, hoy obtendría lo que tanto quería desde tanto tiempo.
Cerré la puerta tras de mí y caminé despacio en la apertura de su cuarto, sin recato, ni permisos, invadiendo un espacio que claramente no era mío, sabía que a él le molestaban esas cosas, que a mí poco me importaban. Era hombre de modales así que a pesar de ser consciente a su molestia, no me trató con desagrado, y a mi me fascinaba que así fuera.
Decía que su madre siempre le había inculcado, que a todos, en especial a los débiles, había que tratarlos con respeto y admiración, que nuestra naturaleza era frágil como las flores. Vaya tipo, no negaré que había encanto en su filosofía, pero esperaba que no creyera lo mismo estando en la cama, porque mi fuerza no era ni la décima parte que yo le mostraba cuando lo enfrentaba, porque era divertido ver el cómo me cuidaba si creía que era débil.
Esperaba ansioso que mi impertinente presencia fuera el incentivo suficiente para que se dignara a mirarme y no se negara a la lucha que estaba a punto de ofrecerle, al ver que no lo hacía, me recargué sobre uno de sus libreros, deslizando mi pecho sobre su superficie libre y meneando mi cadera con malicia, mientras mi estrategia gatuna esperaba su atención amable.
-Sabes, me parece que tu cuarto está lleno de demonios, ¿no te gustaría acabarlos conmigo? -le declaré directo y con voz tranquila, como si acabase de confesar algún secreto. Mi voz se escurrió por el camino invisible hasta su sitio y sus pupilas no se movieron en ningún momento de lo que estaba limpiando, era adorable, como si el simple hecho de ignorarme fuera hacerme desaparecer.
Era tan linda su inocencia.
-¿De qué rayos estás hablando? Estamos en los dormitorios y es de noche, vete de aquí o nos meteremos en problemas -su tono severo e indiferente solo hacía más sugerente mi deseo por tentarlo, y no había una tela lo suficientemente gruesa para ocultar la rígida postura que comenzaba a tomar cierta parte de mi piel a causa del preámbulo.
-¿Qué, me vas a decir que tienes miedo? Pensé que eras más fuerte que eso -sé de buena fuente que este hombre, a pesar de su porte imperturbable, solo hay una cosa que no soporta y es que reten a su orgullo y sus capacidades de pelea. Me gusta cuando lo provoco y me mira de esa forma que hace que moje mi ropa interior, frunce su ceño y me fulmina con los ojos, como diciendo que deje de decirle tantas tonterías, no tengo idea de como incluso eso puede hacerlo ver tan sexy. Pero no importa porque está cayendo...
-Comienzo a creer que tu reputación es puro cuento, el gran cazador de demonios no tiene el suficiente honor para pelear contra un oponente claramente más ágil, pero tranquilo, no te culpo, debe ser difícil imaginar querer hacerme daño, no muchos lo logran- caturreo mientras me levanto lentamente y comienzo a pasear de nuevo sobre su pieza, tocando con la punta de mis dedos aparentemente descuidados todo lo que pudiera parecerme frágil, mi voz venenosa y divertida por la situación llega a sus oídos como flecha al centro de la diana, hace ademán de volver a ignorarme, y aunque la rectitud de este hombre sea magistral, no se me escapa la forma en que sigue con su filosa mirada a mis dedos y el contorno de mi bata que apenas tapa mi trasero, sé que lo desaprueba por completo, pero es hombre y no hay fuerza de voluntad que pueda hacerlo indiferente a mis encantos, sobre todo en un exilio como este, rodeado por iguales, toscos, tontos y para nada de su tipo, a excepción de mí.
![](https://img.wattpad.com/cover/379790551-288-k535529.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Los fetiches de Lucifer
FanfictionHistoria radioapple sobre todas las cosas sucias (y no tan sucias) que a Luci le gustaría probar con Al. ⚠️Tiene contenido muy explícito, leer con precaución. ¡Que lo disfruten! 👀 Esta es una readaptación de mi historia original Los fetiches de mi...