Llegamos a casa, y contrario a lo que pensé que pasaría por la forma silenciosa en que tuvimos que regresar a causa de que ninguno de los dos tenía el valor suficiente para hablar con el otro sobre todo lo que había pasado, Luci paró de seco nuestros pasos al cerrar la puerta tras su espalda, clavó su filosa mirada en mis zapatos manchados de sangre y con maestría de escáner se fue deslizando hasta llegar a mis ojos, éste hombre me provocaba un terror sospechosamente delicioso, me sorprendía verdaderamente y nadie me creería si lo vieran ahora, que solo pocas horas antes, estaba como cachorrito abandonado con casa nueva cuando llegué por él al despacho de mi madre.Ahora me esperaba un dulce interrogatorio (por mínimo) estaba seguro, no le había dirigido la palabra en dos semanas y a partir del lunes me desaparecí por completo de su vista, no le di explicaciones y estoy rezando al cielo por encontrar algunas cosas qué suenen creíbles porque sé que las reales no le agradarían para nada.
-¿Y bien? -su cuestión sonaba bastante curiosa si iba acompañada del tono tranquilo en el que la había propuesto, tomando en cuenta su expresión, era como si pudiera oler mis mentiras y esperara con ansias qué soltase toda la verdad, o al menos algo justificable, como si fuese a decirle que me estuve encargando de cobrar favores porque a mi madre no se le antojaba ensuciarse las manos, como si fuese a perdonarme lo que le hice a Niffty, como si pudiera decirle que estaba de matón y no paraba de coger con chicas que me figuraran a él por culpa de su estúpido libro.
Probablemente lo único que podría decirle de todo eso que no fuese una mentira, sería el hecho de que mi madre me había obligado a trabajar en los negocios familiares, cosas de herencia, podría utilizar.
-Mi madre me obligó y me tuvo trabajando en los negocios familiares, ya sabes como es... también me prohibió hablar contigo, ya sabes... Por lo que pasó la vez pasada. -rogué qué me creyera porque tampoco eran mentiras, rogué por qué no me cuestionara la naturaleza de mi ropa manchada y salpicada con solo Dios sabe que cosas, sangre por supuesto, sería lo único que ella podría reconocer, era lista y yo apestaba a la mezcla de azufre, cloroformo y gasolina qué había sellado en aquellas paredes de las que Vox no me había dejado salir desde el lunes que llegué con Niffty.
Rogué, pero era claro que no me escucharían. Y grande fue mi sorpresa con la pregunta que salió de sus pequeños y lindos labios.
-¿Y qué podría ser más importante que contestarme los malditos mensajes o venir a dormir conmigo cuando sabes de sobra qué no puedo dormir solo en éstas fechas? ¿Eres idiota o algo así? -estaba enojado y con todo derecho, pero sonaba terriblemente tierno si lo decía de aquel modo con las mejillas rellenas y sus ojos de pistola qué solo querían lanzarme un abrazo tras otro, ¿desde cuándo comenzó a ser tan sexy y lindo al recargarse sobre los marcos de la puerta con los brazos sobre su maravilloso pecho qué claramente deseaba manosear?
Absorto en las diferentes técnicas qué podría utilizar para hacer de mi amigo un compendio de imágenes vivas y realistas del kamasutra, comencé a quitarme la corbata y respirar del aire fresco qué su cuerpo entero había penetrado en cada átomo del apartamento, todo olía a él y eso me excitaba sin notarlo, no me percaté de que mi respuesta nunca llegó a sus oídos, en su lugar y debido a mi estúpida imaginación demasiado inmersiva solo pude sonreír ante la imagen de ella pidiendo por más, así que lo próximo qué sentí fue su mano estampando su fuerza bruta de una buen beisbolista en mi mejilla derecha, dejándome claramente confundido, atento y sobre estimulado con una adrenalina qué ni siquiera por mi amigo me pensaba contener.
-¿¡Qué carajos te pasa, maldito demente!? Primero me culpas de tus impulsos de loco autoritario ¿y ahora me pegas por salvarte? Te hubiera mandado al carajo si lo hubiese sabido, ¡Por eso me fui y no pensaba volver! -lo admito, estaba furioso, y tal vez el golpear la pared de su costado con tanta fuerza no había sido lo más inteligente, por primera vez en toda mi vida junto a él, no solo le había alzado la voz, también le había gritado lo que nunca le había dicho porque sabía cuánto le dolería, en el mundo existían pocas cosas a las que Luci pudiera temerle y una de ellas sin lugar a dudas (y en los primeros lugares) estaba el hecho de que alguien le dijera abiertamente que no quería estar con él por su brillante personalidad.
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Los fetiches de Lucifer
FanficHistoria radioapple sobre todas las cosas sucias (y no tan sucias) que a Luci le gustaría probar con Al. ⚠️Tiene contenido muy explícito, leer con precaución. ¡Que lo disfruten! 👀 Esta es una readaptación de mi historia original Los fetiches de mi...