🐇🔪Tonotos🗡️🐈⬛ | DollBunny | Flufftober 2024

14. Viaje juntos

Will no esperaba ver la luz del día tan seguido, sabía que no había manera a menos que Max lo ayudara, y este estaba demasiado preocupado con los demás enterándose de su relación como para siquiera pensar en sacarlo de paseo sin un disfraz de por medio. Pero Max nunca dejaba de sorprenderlo, así como lo que este llegaba a enseñarle.

"...¿Recuerdas como a veces, uh...desaparezco?" le preguntó Max, sosteniendo su mano fuertemente mientras miraban la casa destartalada, sus dos pisos sucumbiendo ante la naturaleza y el tiempo, su grandeza enmarcada por el cielo nublado y el sol que lograba pasar por las nubes. "...Aquí es donde vengo a...esconderme." explicó Max "Esta era mi...casa cuando yo era pequeño."

Will miró el edificio, dándose cuenta de que lo que escondía la maleza eran juguetes para niños, abandonados a su suerte, congelados en el tiempo. "...Creí que siempre habías vivido en El Cuartel." confesó Will, la imagen de la casona abandonada alguna vez teniendo vida dentro haciéndolo sentir extraño, como si se estuviera entrometiendo en un ligar al que no pertenecía.

"Orfanato. Bueno, algo así como un orfanato. Casa hogar, tal vez." explicó Max antes de tirar de la mano de Will, abriendo la reja del lugar y saliendo de los muros de cemento y piedra, el exterior fuera de las cuatro paredes igual de abandonado y solitario que adentro de estas. "Solo quería mostrártelo por un momento. Pero no era lo que quería enseñarte en primer lugar" le dijo antes de guiarlo por el campo amarillento y pálido, el ambiente sintiéndose casi melancólico y solemne, especialmente cerca de la casa, el lugar teniendo la misma vibra que un cementerio.

Max guio a Will en silencio por un rato, llevándolos del campo a las afueras de un bosque, igual de apagado que todo lo demás. Will miró a Max con preocupación entre ratos, apretando su mano en apoyo cada cierto tiempo mientras con la otra sostenía la canasta de picnic que Max le había ayudado a hacer. Mientras más avanzaban entre los árboles, las hojas se volvían más verduzcas y menos grisáceas, dejando entrar más luz en el frondoso bosque.

Para cuando menos lo esperaba, Will se encontraba en lo que parecía ser el centro del boque, la monotonía y silencio rotos por un arroyo con corriente, el agua extremadamente limpia y sin perturbar. Will respiró hondo ante la imagen frente a él, sintiendo el apretón de Max en su mano antes de voltearlo a ver, su rostro que parecía serio antes ahora roto por lagrimas que salían de sus ojos libremente. El hombre se espantó ante la expresión de tristeza de su novio, rápidamente dejando la canasta en el suelo cerca de él y acercándose a Max, sosteniendo su rostro con duda y delicadeza "Max, amor ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?" le preguntó, su creciente capacidad para preocuparse asombrándolo.

Max lo sorprendió aún más con una suave sonrisa, sus labios temblorosos "No es nada, solo..." empezó Max, limpiándose algunas lágrimas inútilmente "...el lugar sigue viéndose igual que antes...yo...ya no había venido aquí, en mucho tiempo..." explicó el joven, dejando que Will le ayudara a limpiar sus lágrimas.

Will lo miró con preocupación, su inquietud no disminuyendo ante la explicación de Max. Pero antes de que pudiera decírselo, este siguió hablando, sus lágrimas calmándose un poco "Este lugar...era especial para mí. Pero...pasaron cosas que hicieron que evitara volver. Tenía miedo." admitió Max, estrujando el corazón de Will antes de tomarlo de la mano "Will...¿Me ayudarías a hacer que este lugar me guste de nuevo? ¿A hacerlo especial otra vez?" le pidió Max mientras lo miraba a los ojos, tratando de sonreír a través de sus lágrimas.

Will sintió sus mejillas humedecerse, dándose cuenta de que estaba llorando igual que Max, y en lugar de responder lo acercó a él, abrazándolo fuertemente para que no se pudiera alejar de su lado, su cuerpo temblando ante la extraña mezcla de emociones que lo hizo llorar. Will dejó un beso en el tope de la cabeza de Max, quien ya estaba enterrado en su pecho, y acarició su cabello, dejando a Max mojar su camisa con sus lágrimas a cambio de poder mojar su pelo con las suyas.

"...No te voy a pedir que me cuentes que pasó." le susurró "...Pero esperare el día en el que puedas traerme de regreso aquí y no llores por eso. Déjame ayudarte a que puedas sonreír nuevamente cuando visites este lugar, ya sea por mi o porque recuerdes lo bueno que pudo pasar aquí, fuera de lo que te obligo a irte." dijo Will, mirando a Max con todo el amor que era capaz de darle, embelesado de una manera que nunca pensó le sería posible.

Max se le quedó viendo atentamente, sus labios temblorosos uniéndose con los suyos en un santiamén, el beso dulce y corto antes de separarse y sonreírse el uno al otro, contentos con su acuerdo. Will guio a Max al suelo blando cerca del arroyo, haciéndolo sentarse luego de poner el mantel que habían traído, y luego lanzándose sobre él, atrapándolo en sus brazos nuevamente. "¡Ah! ¿Will?" dejó salir Max, aferrándose a la camisa de Will mientras este lo abrazaba, confundido ante el inusual apego de Will, pero no disgustado "Shh, lo necesitas más que nada" le respondió Will, haciendo que su cabeza descansara en la curva entre su cuello y hombro.

"Hice sándwiches, de esos de mantequilla de maní y mermelada." murmuró Max, cómodo, pero queriendo negarse al cariño para enfocarse en distraerse de sus emociones

"Muy bien, entonces te haré comer uno cuando termine de abrazarte." dijo Will sin dejarlo ir, arruinando sus planes de evitar sus emociones sin mucho esfuerzo o protestas. Max se permitió llorar un poco más entre los brazos de Will, escuchando los sonidos del arroyo y el latir del corazón de Will mientras estaban recostados en el piso, preguntándose si el sol que pasaba entre los árboles era su imaginación o si iba de la mano con las hojas grises y apagadas de los árboles volviéndose más verdes y vibrantes en sus ojos. Por primera vez en años, pudo sentir algo más que tristeza en las cercanías del bosque, la presencia de Will liberándolo y calmándolo al mismo tiempo mientras se permitía disfrutar el sol golpear su rostro.