Pequeñas Señales

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Hyunjin permaneció en silencio, su mente dando vueltas mientras intentaba procesar todo lo que acababa de suceder

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Hyunjin permaneció en silencio, su mente dando vueltas mientras intentaba procesar todo lo que acababa de suceder. Sentía el peso de las palabras de Felix resonando en su pecho. “Lo descubriremos juntos.” Esa simple frase había calmado una parte de él que llevaba mucho tiempo inquieta, pero también encendió una chispa peligrosa, una que lo obligaba a reconocer la profundidad de sus sentimientos por Felix.

Miró de reojo a Felix, quien ahora estaba recostado más relajado a su lado, con los ojos entrecerrados, como si también necesitara ese pequeño respiro. Verlo así, tan cerca, tan dispuesto a esperar sin presiones, hacía que algo en Hyunjin se quebrara. La realidad de lo que sentía era más intensa de lo que había querido admitir.

Sus pensamientos giraban en torno a un único impulso: acercarse más. No tanto como para cruzar un límite peligroso, pero lo suficiente para demostrarle a Felix que no estaba tan perdido como creía, que aunque le asustaba lo que podía pasar, quería seguir explorando esto. Juntos.

Inseguro pero decidido, Hyunjin se movió un poco más cerca, hasta que su pierna rozó ligeramente la de Felix. El contacto fue suave, apenas un roce, pero lo suficiente para que Felix abriera los ojos y lo mirara, curioso pero sin sorprenderse. No dijo nada, solo lo observó con esa mirada cálida que siempre parecía ver más allá de la fachada que Hyunjin intentaba mantener.

El silencio entre ellos era espeso, pero no incómodo. Hyunjin tragó en seco, intentando encontrar algo que decir, alguna excusa para justificar ese acercamiento. Sin embargo, no había nada. Era lo que era: una pequeña prueba, un intento de cruzar una línea, pero sin correr.

Felix no se apartó, ni siquiera mostró incomodidad. En cambio, su rodilla se inclinó ligeramente hacia la de Hyunjin, respondiendo al gesto. El contacto era tan natural que casi parecía insignificante, pero en la burbuja que habían creado, se sintió como un paso importante.

“¿Esto está bien?” murmuró Hyunjin, su voz apenas un susurro, temeroso de romper la delicadeza del momento.

Felix le dedicó una sonrisa tranquila. “Sí,” respondió sin dudar. Su tono no era urgente ni impaciente; era una simple afirmación que le decía a Hyunjin que no tenía que preocuparse.

Hyunjin sintió un extraño alivio ante esa respuesta, como si una parte del peso que llevaba encima se hubiera desvanecido. Dejó que su cuerpo se relajara y, sin pensarlo demasiado, permitió que su cabeza se inclinara ligeramente hacia el hombro de Felix. La calidez que emanaba de él lo envolvió al instante, como una promesa silenciosa de que todo estaría bien.

Felix no se movió, no dijo nada. Solo dejó que Hyunjin encontrara su espacio. Era un gesto pequeño, íntimo, pero que decía más que cualquier palabra. Era la manera de Hyunjin de decirle que estaba allí, incluso si todavía no sabía exactamente cómo avanzar.

Hyunjin cerró los ojos por un momento, dejando que la sensación de seguridad lo envolviera. La tormenta en su interior se calmó un poco, reemplazada por esa extraña paz que siempre sentía al lado de Felix. Era tan fácil estar con él, tan sencillo que asustaba. Había esperado que fuera más complicado, pero, al menos por ahora, las cosas parecían encajar.

“Felix…” dijo en voz baja, sin moverse del hombro de su amigo. No había un propósito claro en sus palabras, solo la necesidad de decir su nombre, de asegurarse de que seguía allí.

“¿Sí?” respondió Felix, su tono suave pero atento.

Hyunjin dudó por un segundo, pero luego decidió que no necesitaba una gran confesión. No todavía. Esto estaba bien. Lo que tenían ahora era suficiente.

“Gracias por quedarte,” fue todo lo que dijo.

Sintió cómo Felix se movía apenas un poco, lo suficiente para que su mejilla descansara sobre su cabello, un contacto sutil, sin presión. Era un gesto tan pequeño y, sin embargo, para Hyunjin significó el mundo.

“Siempre,” susurró Felix, y esa palabra se sintió como una promesa.

Hyunjin cerró los ojos de nuevo, dejando que la comodidad del momento lo envolviera por completo. No había necesidad de apresurarse, ni de etiquetar lo que sentían. Por ahora, estaban juntos, y eso era suficiente.

 Por ahora, estaban juntos, y eso era suficiente

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