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Enid despertó aquella mañana con una sensación familiar en el pecho: un vacío notable que sentía cada vez que terminaba de pasar tiempo con Wednesday. El sol apenas asomaba por la ventana de su cuarto, pero el brillo de la luz matutina no lograba despejar del todo sus pensamientos.

Se sentó en la cama y miró el reloj: era tarde. Tenía que prepararse para ir a su agencia. Pero antes de siquiera poner un pie en el suelo, un recuerdo la golpeó como un balde de agua fría.

Otra vez. Lo había hecho otra vez.

Se llevó las manos a la cara, intentando calmar la tormenta interna que se había desatado. ¿Cómo era posible que, una vez más, hubiera pasado la noche con Wednesday y no le dijera nada de lo que realmente le rondaba la cabeza? Se suponía que iban a hablar. Decirle aquello que ya era momento de discutir. Y, sin embargo, allí estaba otra vez, completamente rendida ante los encantos de Wednesday, olvidando todo lo que se había jurado decir.

—Dios... soy un desastre —murmuró para sí misma, sintiendo la frustración crecer dentro de ella.

Cada vez que estaba cerca de Wednesday, el mundo exterior desaparecía. La calma que la envolvía cuando estaba con ella hacía que todos los problemas parecieran insignificantes, hasta el punto de que olvidaba lo importante que era aclarar su situación.

Se levantó con torpeza, tambaleándose un poco mientras se dirigía hacia el baño. El agua fría en su rostro no fue suficiente para despejar su mente. ¿Por qué era tan complicado hablar con Wednesday sobre lo que sentía? Sabía que ella amaba ese juego, una manera tan divertida de señalarle al mundo que estaba soltera, pero una barrera que no podía sobrepasar. Pero ya era demasiado tarde. Había algo que decirle esta vez, no podía seguir así. Su novia tenía que saberlo.

Por más que estuviera completamente enamorada de ella, sabía que no podían seguir así para siempre. "No puedes seguir enamorándote más cada vez que la ves y olvidarte de lo que realmente necesitas decirle." Esto empezaba a repetirse cada vez más en su cabeza y es que por más que lo dijera sus acciones siempre la traicionaban. 

Intentó distraerse arreglándose para el trabajo, pero incluso mientras se ponía su ropa, las palabras de Beomgyu volvieron a su mente. Cómo si fuera algo tan simple.

Enid suspiró, sintiendo cómo la presión se acumulaba en su pecho.

Tomó su teléfono y vio un mensaje de Wednesday. Lo había enviado hacía unos minutos.

"Tenemos que hablar."

El estómago de Enid dio un vuelco. Esa frase no auguraba nada bueno, y en el fondo, lo sabía. "Esto es lo que mereces," pensó para sí misma, consciente de que había evitado esta conversación durante demasiado tiempo.

Su mente, si antes se sentía frustrada ahora estaba asfixiándose, no podía evitar pensar en que sería algo malo. ¿Quizás ella también estaba cansada de esto? ¿Era posible que se sintiera igual? O peor aún, ¿Iba a terminarla?

Se quedó mirando la pantalla por un momento antes de tomar aire profundamente. Lo que fuera que estuviera por suceder, ya no podía evitarlo.

Al llegar al lugar donde habían acordado verse, Wednesday estaba ahí. Llevaba sus característicos lentes oscuros, como si fuera una estrella de cine llegando a la alfombra roja. Pero lo que de verdad destacaba era el combo de su vestimenta: una playera que decía "Soy soltera, pero siempre estoy en boca de todos", y unos pantalones de mezclilla rotos, completando el look con unas botas que parecían sacadas de un tianguis. Perfecto, pensó Enid, un motivó más.

Su postura era relajada, pero aún así se sentía intranquila. Percibía una distancia entre ellas.

—Sabes por qué estamos aquí, ¿verdad? —preguntó Wednesday, su tono seco, mientras la miraba de una forma que hizo que Enid sintiera un nudo en el estómago.

—Sí... —respondió Enid, aunque en realidad no estaba segura de nada. Todo lo que sabía era que debía ser honesta, y que ya no podía seguir así.

—Bueno empieza— demandó Wednesday, Enid puso una cara de "¿en serio?" no podía ser seria por una vez en su vida y para rematar su outfit tampoco ayudaba.

—¿Qué? —dijo Wednesday cuando vio a Enid reírse—. ¿De qué te ríes? Es por mis botas verdad.

—No, no, es que... ¡Ah, amor! ¿De verdad esa playera?—respondió Enid, controlando su risa—. Ayer casi nos matamos a besos, me mediste un anillo.

Wednesday arqueó una ceja.

—Lo que pasa es que soy una influencer comprometida con mi audiencia. Además, lo soltera solo es en línea, en la vida real... bueno, depende de ti.

Enid, miraba a Wednesday con una mezcla de frustración y enojo.

—¿Por qué no podemos simplemente decirlo? Todos saben que hay algo entre nosotras. —dijo, su voz apenas un susurro.

—Si el mundo lo sabe, ¿Por qué gritarlo, Enid?.—Wednesday, con su mirada penetrante y su voz calma, respondió.

Pero Enid no podía contener su frustración. Ya de por si ella había sido quien la citó para hablar el tema, pero Wednesday estaba solo yendo en círculos.

Antes de que Enid pudiera continuar, Wednesday se acercó, sus labios casi tocándose, y murmurando "Si tú y yo lo sabemos, no necesitamos la aprobación de los demás."

Y Enid podía sentir como poco a poco empezaba a olvidar la razón por la que estaba ahí, pero no podía ocultarle eso, no a su novia. Lentamente se separó para soltar una bomba que Wednesday no tardaría en captar.

—Beomgyu lo sabe. — confesó Enid con cierto temor en su cara.

—¿Qué? ¿Te refieres que realmente lo sabe? ¿Pero, cómo, Sinclair, acaso tú?

Ahora había un verdadero motivo para hablar.






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Chamacos se acerca el final, será este el fin del
hombre araña?

One and Only - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora