capítulo 5

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Lilith estaba en su trono nublada en sus tormentosos pensamientos en los que aun recuerda la vida que perdió, y el castigo que recivio por su poca madures.

Recuerda los momentos cuando los paramos a la vista eran verdes, cuando solo su inocencia pura iluminaba mas que el sol, cuando sitio el calor de su primer amor, junto con el fruto que dio ese amor.

Sintió como todo funcionaba sin importar que pasara los dos estaban juntos en las buenas y en las malas, pero llego el en un momento de debilidad segó y nubló su vista.

Haciendo que cayera en promesas vacías, cayo en las garras de algo que simplemente era un teatro donde era solo un titere más en la función, donde el que disfrutaba era ese bastardo.

Pero todo eso fue pagado con la sangre de su primer hijo y el desprecio de su primer amor, un precio muy alto cuando solo recibió nada.

Pero lo que ahora perdura en su mente son las penurias que tubo que pasar, por el poco control que tubo de la situación.

Mirando a su alrededor, no vio a nadie más que su "fiel" guardia, que en sus últimos momentos de conciencia pura juro matarla y ella sabía bien que si el lograba por un segundo recordar algo importante ella sería un cadáver.

Incluso cuando tomo la espada que le pertenecía a el como su arma personal, pero no se sentía segura ante lo que pasaría si el recordaba algo que desencadene su personalidad original.

-"Aldrig, el más joven de su legion y el indomable"

Diciendo los titulos que tenia el gigante en su mundo pasado sintió miedo aunque lo dijo en un susurro que solo fue audible para ella, poso su mirada al gigante que permanecía parado a un lado de su trono como una estatua.

-"Aldrig, si te doy una orden la haras"-

Al escuchar eso, el nombrado Aldrig se puso de rodillas y hablo.

-"Sus deseos son mi prioridad"-

Aunque Lilith sabía ya la respuesta, no se sintio aliviada para nada, ya que aún recordaba que uno de sus títulos en su legion era el indomable.

Un título ganado a pulso, durante las inumerables guerras que libro en su tiempo como astarte fiel a su imperio, incluso se sacrifico para que los demonios con los que fue encerrado, no salieran de donde estaba.

Por que el sabía que si perdía ahí, los que estaban detrás de él sufrirían el peso de su fracaso, un pensamiento de pura tenacidad que lo impulso hasta sus límites y peleo hasta el amargo final.

Un verdadero hombre de honor, un hombre inocente que por sus caprichos manipulo para que sea su arma personal, que hasta ahora le ha traído victorias aplastantes en todo lugar en el que lucha.

Pero dejando esos pensamientos continuo con lo que a estado repitiendo desde que tomó control de la mente de Aldrig.

-"Si te pido que violes, tortures y quemes a tus enemigos vivos, lo harás"-

Esas preguntas casi como un intento de seguro, se hacen a diario para ver si el verdadero Aldrig está saliendo, pero hasta el momento no han rastros de él, ya que siempre da la misma respuesta de siempre.

-"Se hará su voluntad"-

Pero esta respuesta afirmativa nunca deja en paz la mente de Lilith, por que ella vio como es este hombre, lo vio en sus recuerdos.

Vio como incluso desafío a su padre genético cuanto le pidieron ejecutar a uno de sus hermanos, su negación y reclamo  causó una pelea entre los dos.

Si no hubiera sido por ese tal Kharn que lo salvo y tomó el castigo por el, Aldrig sería un craneo más en los trofeos de su primarca loco.

En ese preciso momento sintió lo que siente después de todas las veces que hace esto, sintió miedo y pavor hacia la criatura que tiene frente a un lado de ella.

Aldrig El Berzerke Donde viven las historias. Descúbrelo ahora