Después del discurso de sanguinius todo astarte y humano se puso de pie para dar pelea a lo que fuera que intentará llegar a las murallas del palacio.
Parado en medio de un mar de fuego, donde los ruidos de disparos y fuego llegan hasta las partes más profundas del bastión que es terra.
-"Por terra y por los que estan detras de nuestros escudos"-
Fue el grito que escucho de uno de sus hermanos durante los combates, incluso yo grite esa frace para ánimar el espíritu combativo de mis hermanos que estaban a mi alrededor.
Todos peleamos en esta defensa no por los primarcas ni por el imperio, si no por las creencias del capitán, peleamos por la gente indefenza.
En la neblina de mis pensamientos escuché a alguien gritando ordenes, la voz femenina intentava resonar atraves de los gritos de los astartes y los disparos del Bolter, sus ojos se veian un poco despertados.
-"Retrocedan"-
Esa fue la única orden que pude procesar en mi cerebro, cuando todo el mundo comenzó a brillar en rojo.
Un meteoro estaba callendo desde el cielo, un color rojo sangre hiso que los traidores entraran en un frenesí cuando lo vieron.
Todo fue confuso desde ahí, perdí mi espada sierra en un intercambio con un traidor que fue más hábil que yo en un duelo.
Así que tube que matar a los traidores con mis manos y un volter, la carnicería que se desató después de ese meteorito fue tal que incluso los más veteranos estaban inseguros en el campo de batalla.
Pero así como inicio en un abrir y cerrar de ojos, acabo repentinamente sin dejar rastros mas alla de los cadaberes en el suelo y la sangre como rios.
Para todos los que pelearon fueron solo unas cuantas horas pero todos lo sintieron como días enteros, tal vez fue una broma cruel pero los que sobrevivieron a este combate ya no confiarían en la hora desde hoy.
Todo se volvio surreal, pero dejé esos pensamientos guardando mi volter para comenzar a caminar y poder concentrame en buscar mi arma perdida.
Un arma que es especial para la legion, ya que fue entregada a mi por las manos del mismo Kharn como una manera de honrarme por mi servicio y lealtad a la legion de los perros.
Cuando me hablo de la espada me dijo que esta fue forjada a partir de un pedazo fragmentado del hacha del primarca Leman Russ.
Deje de recordar cuando alfin vi la espada que estaba rondando entre mis pensamientos, la encontré en medio de algunos cuerpos despedazados, si fuera no por su color bronce no la hubiera encontrado.
Cuando la tome sentí que una parte de mi volvía en su lugar, un detalle que solo puede darme esta arma, mientras analizaba mi arma una voz me saco de mis pensamientos.
-"Hermano Aldrig"-
Dándome la vuelta pude divisar a uno de mis hermanos que aún con la falta de un brazo sostenía con fuerza aun un escudo en el brazo que le sobraba.
-"Hermano Gaius, en que puedo sevirte"-
Sin perder el ritmo Gaius fue directo al punto.
-"El primarca sanguinius está pidiendo voluntarios para entrar a la nave del traidor"-
La respuesta fue ovia desde el inicio, incluso no se tenía que pensar demaciado.
-"Estaré ahí, solo déjame pasar por la armería por unos cuantos cargadores"-
El hermano Gaius solo asintió ante mi respuesta y se marcho en dirección del palacio.
.........
Apenas cruce el umbral de la puerta pude ver al capitán y no pude evitar que mis pensamientos se arremolinaran en diversas direcciones.
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Aldrig El Berzerke
FanfictionReecribi esta cosa, por que no me gusta dejar las cosas sin acabar.