El tiempo pasó en un susurro mientras Valeria se adentraba más en la oscuridad de la selva. Los ecos de su brutal venganza se extendieron por toda la región, y las historias de su poder comenzaron a fluir como ríos entre las tribus cercanas. Aquellos que alguna vez habían temido a los forasteros ahora temían a Valeria, a su ira, a la sombra que se había apoderado de la selva.
Las noches se convirtieron en espectáculos de horror. Valeria, con la ayuda de los indígenas, comenzó a cazar a los forasteros que se atrevían a acercarse a su territorio. La selva se transformó en un campo de batalla donde la vida y la muerte bailaban en una danza macabra. Cada encuentro se volvía más violento, más sangriento.
Un grupo de forasteros armados decidió aventurarse más adentro en la selva, ignorando las advertencias de sus compañeros. Estaban ahí para capturar a Valeria y llevarla de vuelta como un trofeo. Pero en lugar de eso, encontraron su perdición.
La selva se cerró a su alrededor, y Valeria, con su instinto animal y un poder que resonaba en cada hoja y sombra, los acechó como un depredador. Uno por uno, fueron cayendo, sus cuerpos desgarrados y mutilados, dejando tras de sí un camino de muerte.
"Creían que podían cazarme," susurró Valeria, su voz mezclándose con el viento. "Pero son ellos los que son cazados."
Los gritos de terror se perdieron en la densa vegetación, y los forasteros comprendieron demasiado tarde la magnitud de su error. La selva, ahora su aliada, se erguía a su alrededor, y cada intento de escapar se convertía en una trampa mortal.
En un último enfrentamiento, Valeria se encontró cara a cara con el líder de los forasteros. Su mirada desafiante apenas tembló. "¿Por qué estás aquí?" le preguntó él, sus ojos reflejando el miedo.
"Vine a recordarles que la selva no es un lugar para el abuso," respondió Valeria, con una sonrisa macabra. El líder levantó su arma, pero ella se movió como un rayo, desarmándolo y despojándolo de su vida con un solo movimiento. La sangre brotó de su cuello, y Valeria la sintió en su piel como una caricia, un regalo de la selva.
Al final, la selva permaneció en silencio, sus ecos de dolor se transformaron en susurros de victoria. Valeria, cubierta de sangre y euforia, se alzó como la nueva guardiana, una fuerza oscura y poderosa que nunca olvidaría a aquellos que habían intentado despojar su hogar de su esencia.
Mientras el sol se ocultaba en el horizonte, Valeria levantó su rostro hacia el cielo. Sabía que nunca podría regresar a su antigua vida, pero había encontrado algo mucho más poderoso: su verdadero lugar entre los espíritus de la selva, como un ser implacable que nunca dejaría que la historia se repitiera.
"Soy la sombra de la selva," susurró, y la selva respondió en un coro de susurros, su poder resonando con cada latido de la tierra.
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Aislamiento: La Selva de los Susurros
AdventureValeria, una veterinaria en busca de su lugar en el mundo, se adentra en la Selva de los Susurros. Allí, descubre un entorno salvaje y misterioso que desafía su comprensión de la vida y la naturaleza. A medida que se enfrenta a desafíos inesperados...