𝟎𝟔: 𝐒𝐞𝐠𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐝𝐢́𝐚

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Al día siguiente las ojeras de Emilia eran aun más pronunciadas y casi no podía mantener la cabeza en su sitio mientras fingía que atendía a la aburrida clase de... bueno, no tenía muy claro que clase era tampoco, pero poco le importaba. Lo único que había invadido su mente era la repetición sin cesar de lo ocurrido en los últimos días, reviviéndolo una y otra vez sin poder evitarlo.

Evidentemente el sueño había sido alejado de ella otra noche mas y tenía claro que no iba a acompañarle en mucho tiempo si las cosas seguían así, cosa que seguramente ocurriese, ya que la extraña sensación seguía en su interior aunque algo mitigada por el dolor de cabeza constante que la atormentaba sin descanso y que en esos momentos parecía haberse relajado levemente.

Miró de reojo al otro lado de la clase dirigiendo su atención a Nicole que miraba al profesor mientras prestaba atención. Su aspecto no había cambiado del día anterior así que asumió que ella tampoco había podido dormir gran cosa. Se mordió el labio mientras recordaba la conversación frente a la puerta de la enfermería.

"- Creo que me estoy volviendo loca - confesó haciendo que la ojiverde la mirase confundida.

- ¿Qué? - preguntó.

- Creo que me estoy volviendo loca - repitió con la mirada algo perdida.

- ¿Y eso por qué? - dijo lentamente y con cuidado evaluándola.

- No son normales las cosas que me están pasando - respondió de forma automática.

- ¿Qué cosas son esas Emilia? - frunció el ceño levemente.

Emilia de repente sacudió la cabeza regresando a la realidad y fijó su vista en la pequeña ojiverde frente a ella dándose cuenta que estaba hablando de más. ¿Cómo iba a explicar todo lo que había pasado? Y sobre todo ¿Cómo iba a explicarlo sin que la considerasen una loca, si ella misma ya se lo consideraba?

- Nada Nicole - negó con la cabeza - son tonterías - afirmó desviando la mirada.

Nicole entrecerró los ojos sin dejar de mirarla intentando desentrañar el misterio que era Emilia Mernes pero sabía que era algo inútil así que suspiró de manera cansada.

- Yo también me preocupó por ti, Emilia - murmuró mientras pasaba por su lado y se alejaba por el pasillo dejando a la castaña mirándola tristemente.

La observó desaparecer por una esquina mientras ella se quedó allí parada respirando con irregularidad mientras el dolor de cabeza regresaba con más insistencia a cada segundo que pasaba.

- Lo se... - susurró para si misma."

Salió de su ensoñamiento cuando un escalofrío recorrió su cuerpo haciendo que los pelos de su cuerpo se erizasen y ella rápidamente miró a todos los lados asustada por ver a aquella niña de nuevo allí, pero cuando se dio cuenta que lo único que tenía a su alrededor era a un aburrido profesor y unos adolescentes comunes y corrientes hundió su cabeza en sus manos intentando que su corazón regresase a la normalidad.

No podía seguir así, alterada por cualquier cosa por la maldita niña que se le apareció. ¿Y si volvía a hacerlo? ¿Y si esta vez le hacía daño? Bueno, aun mas daño que en su visión. Suspiró resignada esperando por lo menos que este día fuese totalmente normal, sin cosas paranormales, bichos asesinos o algo mucho peor.

Justo en ese momento recordó el plan de Sara para esa misma noche. Un quejido se escapó de sus labios sin que se diese cuenta y toda la clase se quedó en silencio mirándola confundidos, negó con la cabeza lentamente y no tardaron a regresar a la clase junto con el profesor dejándola seguir con sus pensamientos. Lo último que necesitaba para completar su semana era llamar a los espíritus cuando ya tenía uno persiguiéndola sin motivo, pero no podía evadir el compromiso, no sin las burlas de su amiga al menos, solo esperaba que al final nada raro ocurriese aunque conociendo a su amiga, seguro que alguna broma tenía preparada y su corazón ya había sufrido lo suficiente en los últimos días. Tendría que armarse de valor, el poco que parecía quedarle, para pasar esta noche sin incidentes.

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