𝟎𝟕: 𝐄𝐬𝐭𝐡𝐞𝐫

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¡No tardaron mucho en estar todos sentados alrededor de la güija, algo apretados todo hay que decirlo, y removiéndose inquietos. Emilia cogió aire con fuerza tranquilizando su corazón mientras sentía un extraño calor invadir su cuerpo.

- ¿Todo el mundo sabe como funciona, no? - preguntó Sara.

Todos asintieron con rapidez menos Fiorella que negó con la cabeza lentamente y mordiéndose el labio.

- Todos colocaremos un dedo sobre la flecha - enseñó el objeto que se encontraba sobre la tabla que servía para indicar las letras - y yo seré quien guie la sesión. Bajo ningún concepto hay que quitar el dedo de improvisto ya que rompería la conexión y podríamos dejar el espíritu con nosotros, hay que mantenerse tranquilos. ¿De acuerdo? - preguntó mirando a cada uno y todo el mundo esta vez asintió.

- A pesar de no estar de acuerdo con esta actividad y haber sido obligada a venir aquí contra mi voluntad - dijo de repente Nicole captando la atención del resto - Me gustaría puntualizar que es ilegal estar en el interior del instituto a estas horas, se puede considerar allanamiento, además de que nos puede descubrir el conserje ya que no hemos sido muy discretos que digamos.

- No te preocupes por eso enano - respondió Sara - el conserje está al tanto, es él el que me dejó entrar - una sonrisa superior apareció en su rostro.

- ¿Y puedo saber con que propósito ha permitido este hecho? - indagó Nicole.

- Le entregué algo a cambio - sonrió aun mas.

Nicole y Emilia la miraron alzando una ceja, pero era evidente que la ojiverde ya no tenía manera de replicar aunque fuera muy irresponsable por parte del conserje dejarse comprar con lo que fuese que le dio la chica, Nicole sabía que si seguía diciendo algo Sara se acabaría cansando y lo que menos quería en esos momentos era tener a la chica enfadada, así que se mordió el labio y dirigió su vista al tablero mientras Emilia la miraba de forma curiosa.

¿Qué hacía Nicole allí? Podría haberse quedado en su casa con tranquilidad ya que se notaba que lo hubiese preferido mil veces mas a estar en esos momentos allí, además de que ella no tenía la presión de Sara para superarla o reírse de ella, eso ya lo hacía constantemente todos los días y la ojiverde parecía sobrellevarlo lo mejor que podía. Así que, ¿Qué había hecho que Nicole acudiese?

Se mordió el labio de manera pensativa mientras abría aun mas el cuello de su camisa intentando darse un poco de aire frio que tanto necesitaba.

- ¿Estas bien? - susurró Max a su lado mirándola frunciendo ligeramente el ceño.

- Por supuesto - gruñó ella continuando abanicándose.

El calor comenzaba a ser cada vez más fuerte y el sudor ya se desliza por su cuerpo sin poder evitarlo.

- Estas roja - murmuró el chico algo confundido.

- Hace mucho calor - respondió secamente.

- Emilia ... hace frio, por eso estamos todos aun con el abrigo puesto - rápidamente la castaña dirigió su mirada hacía sus compañeros comprobando que el chico tenía razón.

Iba a responderle confundida pero se dio cuenta que todos estaban colocando ya el dedo sobre la flecha. Los imitó y todos se quedaron observando el tablero con detenimiento. Pasaron unos segundos hasta que Sara tomo la voz, intentando contactar con los espíritus.

Después de eso nada parecía ocurrir, a pesar de la insistencia de la chica la flecha no se movía, a excepción de cuando Max lo hizo consiguiendo que a todo el mundo se le encogiese el estomago y él comenzase a reír sin poder contenerse, pero aparte de eso todo parecía tranquilo. Emilia comenzaba a desesperarse mientras el calor comenzaba a ser ya asfixiante, lo único que quería era acabar con todo eso de una vez por todas, pero justo cuando iba a decir que todo esto era una tontería, la flecha se movió después de que Sara preguntase por decima vez si algún espíritu se encontraba allí.

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