¿Ayuda?

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Suguru Geto ha solicitado la ayuda de Satoru Gojo.

Fue todo lo que leyó y ladeó su cabeza, claramente confundido, ¿Geto necesitaba de ayuda? Era una total sorpresa, normalmente hacía las cosas solo, incluso las misiones, quizás era de suma importancia, pero se preguntaba...

¿Por qué necesitaba la ayuda con tanta urgencia? Quería decir, se le hacía ilógico, pero era tiempo con su mejor amigo.

Mientras tanto, Geto se había quedado encerrado semanas en su cuarto. Avergonzado ahora de su apariencia física, se sentía una deformidad, la peor de todas. Incluso si seguía siendo completamente normal, sabía que algo en él había cambiado por completo.

Incluso le daba miedo, pero era mucho como para poder admitirlo.

La "ayuda" sería llevada a cabo en dos días, y en el primer día, Satoru le empezó a insistir de forma inmediata a Geto, preguntándole que si todo estaba bien, para qué necesitaba ayuda, ¿una maldición que no podía absorber? ¿Una maldición de grado especial que no había podido lograr y necesitaba la ayuda del "todo poderoso Satoru Gojo?"

No, era mucho más que solo eso.

En el segundo día era ya la salida y caminaba, aburrido y sin rumbo exacto, así que se dirigió a la oficina del profesor Yaga, mientras se tomaba un buen refresco.

Pero al entrar a la oficina, lo escupió de inmediato, casi se le salía por la nariz.

Vio a Geto con los pantalones abajo, pero lo demás estaba exactamente igual, mientras Yaga parecía examinarlo, sin objetivo alguno.

¿Era un pervertido? Le tiraría un azul y un rojo si era así.

Pero no, Yaga parecía tranquilo incluso después de verlo entrar, pero Suguru no.

--Se supone que quería más tarde, pero está bien-- hablo Yaga, y Suguru solo se había subido los pantalones --Verás, Geto hace un tiempo fue a las afueras de Tokio y allí se encontró con varias maldiciones, las cuales absorbió sin problemas. Sin embargo, hace una semana que Geto despertó con la parte íntima de una mujer en vez de la de un hombre, y bueno-- hizo una pausa, era obvio lo que harían --No estamos seguros del todo, pero tal parece que se puede revertir el efecto si ustedes dos tienen relaciones sexuales, aunque todo es una teoría-- Geto ya no parecía nervioso o avergonzado, por más que lo estuviera.

Y así, los echó de su oficina.

Y ahora, se encontraban en el baño de hombres.

Donde Satoru se preguntaba, ¿cómo una vagina podía ser tan perfecta? Ya estaba informado de que era por efecto de una maldición. Se veía irreal, lo era, pero aún así... tenía muchas ganas de tocarla.

--Harás que me dé vergüenza si sigues examinando cada parte, deberíamos dar inicio lo más pronto posible--

Pero Satoru aún seguía con la mente en las nubes.

¿Cómo podía ser así de rosa? ¿Se sentirá suave si la toco? ¿Por qué carajos no tiene siquiera un rastro de vello? Esa maldición si que hizo un buen trabajo...

Acercó su dedo, temblaba un poco, y solo aterrizó arriba del clitoris, lo cual, por un momento, hizo temblar a Geto.

--¿Es todo lo que harás?-- preguntó, y volteó a ver a su amigo.

Se sentó en el suelo para tener más comodidad, separó los labios vaginales y allí observó aún más, miró a Geto por unos segundos y este se sentó en el retrete.

--¿Te habías tocado antes?-- Geto frunció el ceño, odiaba lo directo que podía llegar a ser Satoru, incluso por un momento lo había olvidado... --Deja de ser tan informal, por una vez en tu vida...-- eso para Gojo había sido una súplica, y le había encantado...

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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