Japón es un bonito país, me gustaría salir con papá Kamui a visitar un par de lugares, comer fuera de casa, ver lugares históricos, pero, papá es estricto, no podíamos salir porque posiblemente me pierda, porque soy un niño muy desobediente. Mi única diversión era mirar por la ventana como la nieve caía y cubría el pasto, no había televisión, la radio encendida era lo único permitido que podía escuchar.
Era aburrido, las vacaciones más aburridas que he tenido. No comprendía porque papá Kamui me había traído aquí con él si solo estaría encerrado, por la ventana podía ver como los demás niños jugaban con la nieve, hacían guerras, ángeles o muñecos de nieve, mientras que él tenía que estar encerrado, aprendiendo japonés escrito y escuchando la radio. Era un niño por Dios. El japonés no es su lengua materna y lo que le había puesto su padre ya lo había hecho antes.
Quería salir, necesitaba salir, sentía que se volvería loco al estar en esas condiciones. No quería pasar otro minuto más en esta aburrida casa, más porque no faltaba mucho para que papá Kamui llegase y viera lo que avance, tenía que terminar mínimo 25 páginas, hacerlas a puño y letra, recordando la pronunciación de cada una de estas. Mis manos dolían, estaba cansado, mi vista se sentía tan cansada, faltaba poco para que él llegará, faltaba una sola página solo eso para que su calvario terminara.
El sonido de la puerta me asustó, llegó, mi cuerpo por reacción empezó a temblar, el miedo aumentaba conforme sentía que sus pasos se acercaban, lo que menos quería es que me volviese a gritar o a golpear con la espada de madera que tenía, ya le dolía lo suficiente la espalda para soportar otro golpe. Las manos sudaban, solo pudo escuchar el, Veamos qué hiciste de parte de su papá, justo a tiempo lo había terminado, solo esperaba que estuviese bien, no quería pasar otra noche en vela haciéndolo.
— Un trabajo mediocre para alguien mediocre. Te lo pasaré por esta vez, vamos a cenar.
Solté un suspiro de alivio. Mi cuerpo se relajó con esas palabras, se levantó de donde estaba y siguió a su papá hasta el comedor. Papá Kamui no tardó mucho en hacer la cena, sirvió para ambos y como se estaba volviendo costumbre en esos días, cenaron en silencio, a papá no le gustaba que hablara, debía mantenerme callado y escuchar cuando el me hablara, no debía responderle, solo lo necesario y no podía levantarme de la mesa hasta que el terminase de cenar. Normalmente venía su novia, junto a su hija a cenar, tenía que comportarme como un niño bueno.
Yoshino, la novia de papá era alguien desagradable conmigo, cuando no estaba papá decía que yo solo era un impedimento para que papá Kamui y ella fuesen felices, que nunca debí haber nacido, que de seguro papá Checo y papá Max me mandaron con ellos para deshacerse de mí, que soy un estorbo para todos, porque solo estoy para arruinarle la vida a los demás. Yoshino me dijo que ella había escuchado cuando papá kamui hablo con papá Checo y le dijo lo espectacular que lo estaban pasando sin mí, que era lo mejor que les había pasado desde hace tiempo. Papá Checo no podía decir eso, mucho menos papá Max, ellos me quieren mucho, me aman, soy el niño de sus ojos, pero desde que llegue no he recibido una llamada de ellos ¿Realmente son felices sin mí?
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Papá [Editando]
FanfictionMamá consiguió un novio, espero no me obligue decirle papá. Todo es narrado por un Yuki de 7 años.