Papá [Editando]

Año Nuevo.

Año nuevo, 31 de diciembre, no era como cualquier otro día, papá Kamui nos llevó al centro de la ciudad para despedirnos del año, pronto se acabarían mis vacaciones con él, pronto estaría junto a mis papás, si es que estos aún me aman. Papá Kamui estaba extraño, de alguna forma ya no me gritaba, pero si me seguía regañando, daba miedo, sentía que algo malo vendría con ello. Estábamos en el centro, había muchas familias ahí reunidas haciendo actividades, la nieve seguía cayendo, el frío aire estaba envolviéndome, aunque usara muchas chaquetas. Todos eran felices, la alegría era evidencia de ello, pero, de alguna forma yo no lo era. No podía ser feliz, probablemente porque no estaba con mis papás.

Podía ver como Misaki era cargada por papá Kamui, mientras tenía una lucecita en sus manos, Yoshino estaba feliz al ver como ellos dos convivían en familia, una familia donde yo evidentemente no pertenecía. Ellos eran felices sin mí, si ellos son felices así ¿Porque papá Kamui me trajo? Solo soy un estorbo, para él, para papá Checo, para todos. Desearía no haber nacido para no ser una molestia, así serían todos libres de mí.

La noche avanzó, la cuenta regresiva empezó cuando todos gritaron diez, la emoción se sentía en el lugar, papá kamui le tomaba la mano a Yoshino y a Misaki, viendo como la bola de espejos caía y todos gritaban ¡Feliz año nuevo! Ellos se abrazaban, eran una familia de tres, no cuatro, salía sobrando en ella. Podía sentir el odio de ellas dos, el solo ver como Misaki me miraba lo decía todo, mi único consuelo en estos momentos era que pronto acabaría todo esto. Solo podía tener los recuerdos de cuando pasábamos año nuevo en casa de tío Pato, como ambos nos poníamos a cantar cualquier canción en el karaoke, como comíamos hasta reventar y como él era el primero en darme mi abrazo de año nuevo, los extrañaba a todos.

Los días siguientes papá Kamui y yo estuvimos solos, Yoshino y su hija se habían ido a casa de sus abuelos, mientras que papá pasaría tiempo de calidad conmigo. Pero, no fue así, paso lo mismo que días anteriores, solo estar encerrado aprendiendo japonés, siendo castigado cada vez que me equivocara, esperaba ya no volver con su padre, le daba miedo y no quería pasar por esto otra vez. Contaba los días para irse y ya no volver. 

Para las personas del grupo, estoy esperando mi funa.