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dedicado a @SofiaChantes53 



17 de octubre de 1989

Jasper

Desperté a mitad de la noche, hacía mucho frío, pero tenía mucha sed así que decidí bajar a la cocina, al llegar noté que mi madre se encontraba frente a la estufa preparando algo que no pude ver claramente.

Me acerque para preguntarle qué hacía tan tarde, justo en ese momento ella se volteó y me miro con una gran sonrisa en su rostro.

—Sean, que bueno que ya despertaste, mira estoy preparando tu comida favorita—dijo, fue entonces cuando lo entendí, ella no estaba viéndome a mí, no estaba viendo a Jasper, sino que ella veía a mi hermano.

Desde que él murió mamá entró en una fuerte depresión que le hizo aislarse de muchas cosas, incluyéndome a mí y a mi papá, y aunque ha mejorado mucho, aún no está bien por completo, usualmente me confunde con Sean.

—estoy muy emocionado—contesto con un nudo en mi garganta, ella se gira nuevamente y me da la espalda, entonces aprovecho para dejar escapar el aire que estaba conteniendo.

La cocina se queda aproximadamente unos cinco minutos en total silencio, y yo no soy capaz de siquiera moverme un sólo centímetro.

—puedo preguntar por qué sigues mintiendo —soltó mi madre de la nada, haciendo que me confundiera con la pregunta.

—¿qué quieres decir madre? No te he mentido —digo intentando sonar lo más conveniente que sea posible.

—¿por qué finges ser él? ¿Por qué no sólo me lo dices a la cara cuando te confundo? —preguntó aun sin darme la cara, pero dejando caer algunas lágrimas que pude notar debido al movimiento que hacían sus hombros.

—¿ya puedes reconocerme? —pregunte casi en un susurro.

—sé que Sean murió, que él ya no volverá, así que, por favor no me mientas cuando te confundo con él—sollozó. Me acerqué a ella y la abracé.

--vamos, debes descansar—le dije cuando estuvo más calmada, ella sólo asintió y me dejo llevarla hacía la habitación de Sean, la cual ocupaba desde que él ya no estaba.

--hoy no—dijo en un susurro, luego se alejó de mí y camino hasta la habitación que compartía con mi padre, abrió y luego entró. Deje escapar un suspiro, me dolía demasiado verla de esa forma.

Entre a mi habitación y me recosté, sin embargo, me fue imposible volver a dormir. Me la pase pensando en muchas cosas, e intentando recordar otras, sobre todo el recuerdo de ese día, ese que se mantiene fragmentado en mi memoria.

Durante la mañana salí de casa y subí a mi bicicleta, luego giré inconscientemente hacia aquella casa, hacía ya unos días que no veía a Mhia, no desde el día del partido.

Regresé mi vista al frente y comencé a avanzar, el día estaba nublado, probablemente llovería en cualquier momento. Al llegar a la secundaria deje la bicicleta en el estacionamiento al mismo tiempo que Spencer estacionaba su auto al otro lado.

—oye amigo, te ves fatal—dijo al acercarse a mí.

—no pude dormir —dije bostezando en el proceso.

—no me digas que te quedaste estudiando toda la noche porque si no me sentiré mal al saber que yo no lo hice—fijo divertido.

—en primer lugar, tú nunca estudias—dije empezando a caminar hacia la entrada —y segundo, no, yo tampoco estudié—dije, notando como su rostro era de completa confusión.

La melodía del inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora