19 de octubre de 1989
Jasper
--sabes dónde está la tienda de discos? –pregunté a Spencer una vez llegamos al salón.
--¿cómo no vas a saber eso? –pregunto incrédulo, a lo que yo simplemente alcé los hombros, no soy mucho de salir de mi casa.
--por eso te estoy preguntando, es obvio—
--amigo, lo que tu necesitas es más vida social—dijo con el ceño fruncido—y respondiendo tu pregunta, es fácil, solo caminas dos cuadras a la derecha de Volim te—
--¿así de fácil? –cuestiono ganándome una mirada incrédula de Spencer.
--si—dice después de juzgarme hasta el alma—por cierto ¿para qué quieres saber eso? –hizo una pausa emocionado--¡¿acaso comparas mi regalo de cumpleaños?! –
--claro que no, tu cumpleaños es el próximo año, aún falta mucho—
--cierto—dijo colocando una de sus manos atrás de su cuello--¿entonces? –parecía que no iba a rendirse hasta obtener su respuesta.
--Mhia—susurré
--no me digas que ella dio el primer paso—soltó tan alto provocando que las demás personas que se encontraban dentro del salón nos voltearan a ver—lo siento—dijo para que las personas se metieran en sus cosas.
--sí, ella me invito—conteste en un susurro.
--¡¿qué?! –dijo casi en un grito llamando la atención de todos nuevamente.
--¡oye no grites! –regañé.
--es solo que me sorprende, aunque tampoco es como si no me lo esperase—dijo colocando una de sus manos bajo su mentón, estaba pensando—ella no parece la clase de chica que se ande con rodeos—
--que no se trata de eso—dije intentando explicar que ni siquiera yo sabía que se suponía que haría allí—dudo que sea lo que piensas, seguramente sólo quiere ayuda para algo—
--eso ni tú te lo crees—dijo con una sonrisa burlona—pero sea lo que sea, promete que me contaras todo después—dijo recostándose cómodamente en el respaldar de la silla.
--pareces una de esas vecinas chismosas que quieren saber por que la pareja de al lado se está divorciando—dije con cara de desaprobación fingida.
--para empezar, no soy mujer—dijo, y sabia que reaccionaría así, no es como si mi amigo fuera alguien muy tolerante respecto a los gays o a las lesbianas, eso debido a la educación que su padre le había dado, por suerte Spencer prefería no meterse en esos asuntos para evitarse inconvenientes, los problemas de una sociedad como esta—y segundo no soy chismoso, solo necesito mantenerme informado de la vida de mi mejor amigo, ¿acaso es un delito? –
--no, no es—dije sonriendo.
--bueno ya está—dijo volviendo a acomodarse—cuando vuelvas me contaras todo—
--sí claro—rodé los ojos.
--ahora que lo pienso—dijo poniéndose de pie—¡eso es! –grito una vez más, todos voltearon ganándose una mirada asesina de Spencer--¿acaso no tienen algo mejor que hacer que estar viendo a una persona que grita porque acaba de ocurrírsele como resolver un problema? –cuestiono sabiendo que no tendría respuesta y que eso haría que las demás personas dejaran de verlo.
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La melodía del invierno
RomanceA veces en el silencio de las frías noches de invierno se puede escuchar una bella, pero triste melodía, su viejo corazón marchito sigue tocando fielmente las desgastadas teclas de aquel viejo piano, las pinturas aun permanecen intactas en el baúl d...