A través de juegos.

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La semana siguió su curso, y Duxo y Aquino se encontraban cada vez más cómodos con su relación secreta. A medida que pasaban los días, el coqueteo se volvía más sutil y constante. En cada interacción, una mirada, un toque, una broma cargada de significado, todo se volvía parte del juego que estaban disfrutando en silencio.

Era viernes por la tarde y ambos habían planeado un maratón de juegos. Duxo se conectó primero, ajustando su cámara y asegurándose de que todo estuviera listo para la llegada de Aquino. En el chat, la emoción era palpable.

—¿Dónde está Aquino? —preguntaban los espectadores.

—¡Ya llega, ya llega! —respondió Duxo, sonriendo al leer los comentarios.

Cuando finalmente Aquino apareció en pantalla, Duxo sintió una oleada de felicidad. —¡Ahí estás! Pensé que te había atrapado el tráfico de la vida virtual.

—¿Yo? Nunca. Siempre estoy a tiempo para ti —replicó Aquino con una sonrisa traviesa.

Duxo dejó escapar una risita. —Eso suena sospechoso, amigo. ¿Tienes algún plan oculto que no me has contado?

Aquino se inclinó hacia la cámara, sus ojos brillando con picardía. —Quizás... pero si te lo digo, tendría que matarte.

—¡No, no! Eso sería un gran desperdicio —bromeó Duxo, disfrutando del intercambio. —¡Además, no quiero perderme el secreto!

Aquino se rió y Duxo sintió un hormigueo de alegría. Este juego de palabras era cada vez más emocionante.

Comenzaron a jugar, y en cada ronda, la interacción se tornaba más juguetona. Duxo no podía evitar el modo coqueta que se apoderaba de él cada vez que Aquino lograba una victoria.

—Eres demasiado bueno en esto —dijo Duxo, fingiendo estar herido. —¿Acaso has estado practicando mientras yo no estaba?

—Tal vez. O tal vez solo necesito un compañero de juego que esté a mi altura —respondió Aquino, guiñando un ojo hacia la cámara.

Duxo sintió que sus mejillas se sonrojaban. —¿Un compañero de juego, eh? ¿Qué tal si te dejo ganar esta vez?

—No, no, no. ¡Eso no es lo que quiero! Quiero que juegues en serio. ¡Así es más divertido! —exclamó Aquino, riendo mientras movía su cabeza.

A medida que avanzaban en el juego, el chat se llenaba de comentarios sobre su química.

—¿Alguien más nota lo que está pasando entre ellos? 😂

—Están tan en sintonía, ¡es adorable!

Duxo sonrió al leerlos, y sintió que el corazón le latía con fuerza. Ambos sabían que lo que estaban construyendo en secreto era especial, y el simple hecho de coquetear abiertamente, aunque fuera entre bromas, lo hacía aún más emocionante.

Después de un par de horas de juego, decidieron tomar un descanso. Duxo miró a Aquino y, en un momento de valentía, dijo: —Oye, ¿alguna vez has pensado en lo que haríamos si no tuviéramos que esconderlo?

Aquino lo miró con seriedad, su expresión cambiando ligeramente. —Sí, lo he pensado. A veces me gustaría poder salir y no preocuparme por lo que piensen los demás.

—Me encantaría poder compartir esto abiertamente —admitió Duxo, sintiendo una mezcla de emoción y temor—. Pero también entiendo que quizás no sea el momento adecuado.

Aquino asintió, sus ojos mostrando comprensión. —Lo sé. Pero eso no cambia lo que siento. Siempre estaré aquí para ti, sin importar cómo lo manejemos.

El comentario hizo que Duxo sonriera. —Y yo para ti. Pero, ¿qué haríamos si algún día pudiéramos? ¿Cuál sería nuestra primera aventura?

Aquino pensó por un momento. —Definitivamente un viaje a la playa. Quiero construir castillos de arena y ser el rey de la playa contigo.

—¿Rey de la playa? Eso suena bastante ambicioso. Tal vez deba ponerme a practicar —Duxo rió, sintiendo una alegría fresca al imaginar esa escena.

—¿Practicar? Por favor, ¡te arruinaría! —respondió Aquino, riendo—. Pero podemos trabajar juntos. Un buen rey necesita un gran arquitecto.

Duxo se sintió ligero, disfrutando de la fantasía compartida. —Entonces, seré tu arquitecto. Pero tengo algunas condiciones.

—¿Condiciones? Esto se pone interesante —dijo Aquino, cruzando los brazos y sonriendo.

—Sí, quiero que me prometas que haremos una competencia de castillos de arena y que perder no será una opción. —Duxo bromeó, disfrutando el momento.

—¡Trato hecho! Pero si pierdes, tienes que hacerme un café especial. Con extra de amor, por supuesto.

Duxo se rió, sintiendo la complicidad en el aire. —¿Extra de amor? Eso suena como algo que podría hacer con mucho gusto.

Los dos se sonrieron, y Duxo sintió que cada broma y cada mirada se estaba convirtiendo en un refugio. Sin embargo, la realidad de su situación seguía presente, un recordatorio constante de que lo que tenían no podía ser compartido con el mundo.

Después de un rato, decidieron retomar el juego. Esta vez, Duxo se sintió más atrevido y comenzó a hacer comentarios más insinuantes.

—¿Sabes? Tal vez deberíamos hacer una serie de videos solo para nosotros. Algo que podamos ver cuando necesitemos recordarnos lo increíbles que somos juntos.

Aquino se sonrojó ligeramente, pero su sonrisa no se desvaneció. —Eso suena genial. Podría ser nuestro pequeño secreto. Un lugar donde no hay reglas, solo diversión.

—Exacto. Y tal vez en esos videos podamos incluir algo más... personal. —Duxo sonrió, disfrutando de la tensión creciente.

Aquino lo miró con un brillo en sus ojos. —¿Personal? ¿Te refieres a esos momentos en los que no podemos evitar reírnos por cualquier tontería?

—Sí, esos momentos, pero también... quizás un poco más. Como capturar esos instantes en los que estamos simplemente nosotros.

Aquino lo contempló, la expresión en su rostro cambiando a algo más serio y profundo. —Me gusta la idea. Tal vez algún día, cuando nos sintamos listos, podamos mostrar al mundo quiénes somos realmente.

Duxo sintió su corazón latir más rápido. —Eso sería increíble. Pero por ahora, solo tenemos que disfrutar de esto.

—Claro. Lo más importante es que estamos juntos, ¿no? —dijo Aquino, su tono suave y sincero.

—Sí, eso es lo que más importa.

Pasaron el resto de la noche jugando y hablando, el chat llenándose de risas y comentarios divertidos. Aunque sus seguidores seguían especulando sobre la química entre ellos, Duxo y Aquino continuaron compartiendo miradas y gestos que solo ellos entendían.

Después de cerrar el stream, Duxo se sintió más cerca de Aquino que nunca. Mientras se desconectaban, Duxo sintió que cada palabra, cada gesto y cada momento compartido era un ladrillo más en la construcción de su relación.

—Gracias por otra noche increíble —dijo Duxo, su voz llena de sinceridad.

—Gracias a ti. Siempre es mejor cuando estamos juntos —respondió Aquino, y Duxo supo que, sin importar los secretos que tuvieran que mantener, cada día que pasaban juntos era un regalo.

—Entonces, ¿cuándo es nuestro próximo stream? —preguntó Duxo, sonriendo con complicidad.

—Siempre que tú quieras, solo tienes que avisarme. Yo estaré aquí, esperando —respondió Aquino, su mirada llena de promesas.

La noche terminó, y mientras Duxo apagaba su computadora, sintió que, aunque el mundo no conociera su secreto, lo que compartían era real y auténtico. Y así, con el eco de risas aún resonando en su mente, se preparó para enfrentar otro día, sabiendo que su conexión con Aquino era solo el comienzo de una historia mucho más grande.

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HOLAAAAAAAAAAAAAA, UNA DISCULPA POR NO PUBLICAR MAS CAPS JAJSSJAJ, esq miren-
mi vida social esta de la vrg y necesito amigos sdfvgbhn(QUE TENIA Q VER)


OS QUIERO.

𝙲𝚘𝚖𝚘 𝚞𝚗 𝚊𝚖𝚒𝚐𝚘 𝚖á𝚜 (ᗪᑌ᙭IᑎO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora