La revelación del corazón.

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Duxo se encontraba frente a su espejo, ajustando la luz para la foto perfecta que anunciaría la hora de su próximo stream. Con su celular en mano, sonrió, preparándose para capturar el momento. Era una rutina que disfrutaba, pero en su interior había algo más que lo atormentaba: la creciente atracción hacia su amigo Aquino, un secreto que lo mantenía en un constante tira y afloja emocional.

Justo cuando estaba a punto de tomar la imagen, una notificación apareció en su pantalla. Era de su gran amigo Locochon, que parecía querer hablar urgentemente. Duxo se sintió un poco aliviado. Hablar con Locochon siempre le daba un respiro, y quizás, en el fondo, buscaba algo de distracción.

—¡Hey! —dijo Duxo al responder la llamada, tratando de ocultar la ansiedad que lo invadía.

—¡Duxo! ¿Qué tal? —respondió Locochon con entusiasmo, su voz llena de energía. —He estado viendo tus streams, ¡te están yendo genial!

—Gracias, loco. —Duxo sonrió, sintiéndose un poco mejor. —Estoy tratando de mejorar cada día.

Las horas pasaron volando mientras hablaban de juegos, anécdotas y todo lo que les hacía reír. La química entre ellos era palpable, pero en un momento, Locochon sorprendió a Duxo con una pregunta que lo hizo detenerse en seco.

—Oye, Duxo... —dijo Locochon, con un tono más serio. —¿En serio te gusta Aquino?

El corazón de Duxo se aceleró, como si un tambor resonara en su pecho. La pregunta lo tomó por sorpresa, y su mente se llenó de dudas. ¿Quién se lo había contado? ¿Era tan obvio?

—¿Quién te dijo eso, Locochon? —respondió, intentando sonar despreocupado, pero su voz traicionó su nerviosismo.

—Se está rumoreando por Twitter... —dijo Locochon, antes de que un pesado silencio llenara el espacio entre ellos. —Y, siendo sincero, lo he notado en tus comentarios sobre él.

Duxo sintió un nudo en el estómago. No quería que su secreto se esparciera, pero al mismo tiempo, la verdad lo estaba consumiendo.

—No sé, man. Es complicado... —dijo Duxo, su voz bajando casi a un susurro. —Aquino es un gran amigo, y no quiero arruinar nuestra amistad.

—Pero... ¿sientes algo por él? —insistió Locochon, mostrando una preocupación genuina. —A veces, es mejor ser honesto. No creo que te vea como algo más si no se lo dices.

—Lo sé, pero... ¿y si me rechaza? —Duxo se sintió vulnerable al abrirse así. —No quiero perder lo que tenemos.

Locochon suspiró, reflexionando. —Entiendo. Pero también hay que arriesgarse, Duxo. Si no lo intentas, podrías quedarte preguntándote "qué hubiera pasado". A veces, el miedo nos paraliza.

Duxo se quedó en silencio, considerando sus palabras. Era cierto que el miedo había sido un gran obstáculo en su vida. Pero, ¿era suficiente para arriesgar su amistad con Aquino?

—¿Y si no le gusto? —preguntó Duxo, su voz temblando un poco. —Lo he visto mirarlo a Soaring y...

—Eso no significa nada —interrumpió Locochon. —Aquino puede estar admirando a Soaring, pero eso no quita lo que siente por ti. Tal vez no se da cuenta de lo que está sucediendo entre ustedes.

Duxo suspiró, sintiéndose un poco más aliviado. —Quizás tienes razón. Solo que... no sé cómo empezar. No quiero que sea incómodo.

—Podrías intentar hablarle de tus sentimientos de manera ligera al principio, ¿sabes? —sugirió Locochon. —Hazle preguntas sobre cómo se siente acerca de las relaciones, o incluso de sus propios sentimientos. Eso podría abrir la puerta a una conversación más profunda.

Duxo asintió, sintiendo que la idea tenía sentido. —Sí, eso podría funcionar. Pero, ¿y si me pasa algo en el camino? No soy bueno manejando estos temas.

—Todos tenemos miedo —dijo Locochon, su voz llena de empatía. —Pero el verdadero miedo es quedarte con lo que nunca dijiste. Si no lo intentas, jamás sabrás lo que podría haber sido.

La conversación continuó, pero Duxo ya no podía concentrarse del todo. Su mente divagaba hacia Aquino: sus risas, su manera de hablar, la forma en que se iluminaba al compartir sus sueños y aspiraciones. Aquella conexión que habían forjado era innegable, pero la inseguridad se cernía sobre él. ¿Y si Aquino nunca lo viera más que un amigo?

Finalmente, Duxo terminó la llamada y se preparó para iniciar su stream. Con cada segundo que pasaba, sentía cómo la presión aumentaba. Cuando finalmente se conectó, el chat estalló en una lluvia de comentarios, muchos de ellos refiriéndose a Aquino.

Tutigresa3000 comentó: ¿Te gusta Aquino? —leyó Duxo en voz alta, sintiendo una mezcla de risas y nervios.

—Sí me gusta Aquino o no, es mi vida privada, no la de ustedes —respondió con firmeza, sorprendiendo incluso a sí mismo. La afirmación provocó un breve silencio en el chat, y aunque el tema se desvió, Duxo sintió que había puesto un límite que necesitaba.

Pero en el fondo, esa respuesta no calmó sus inquietudes. Se sintió expuesto, vulnerable, y la presión de sus sentimientos hacia Aquino crecía cada vez más. A medida que transcurría el stream, su mente regresaba a la primera vez que se conocieron: un torneo local en el que ambos participaron. La química entre ellos fue instantánea, pero lo que Duxo no sabía en ese momento era que su corazón se llenaría de un amor que lo consumiría.

Después de dos horas de stream, sintiéndose exhausto pero liberado, Duxo apagó su computadora y se deslizó bajo las sábanas. Cerró los ojos, y su mente se aventuró a recordar el momento en que se enamoró de Aquino. El recuerdo era vívido: él, con su camiseta de juego y una sonrisa despreocupada, riendo de algo que Duxo había dicho. En ese instante, se dio cuenta de que algo había cambiado dentro de él.

Mientras su mente vagaba, también emergió la sombra de la inseguridad. Duxo se preguntó si Aquino alguna vez lo miraría de esa manera. Se sintió impotente al pensar en que tal vez nunca compartirían algo más que una amistad. Un susurro de tristeza se instaló en su pecho.

Al final, el sueño lo encontró, pero no sin antes dejar una última pregunta flotando en su mente: ¿Valdría la pena arriesgar su amistad por un amor que podría nunca ser correspondido? Con esas dudas, se dejó llevar por el sueño, esperando que el nuevo día le trajera respuestas y quizás, un poco de claridad sobre sus sentimientos.

𝙲𝚘𝚖𝚘 𝚞𝚗 𝚊𝚖𝚒𝚐𝚘 𝚖á𝚜 (ᗪᑌ᙭IᑎO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora