• Capítulo 10 •

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[Con toda libertad]

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[Con toda libertad]

Elinor terminó su pescado con satisfacción, limpiándose el hocico con una hoja, aunque dejó escapar un eructo discreto que la hizo bajar la cabeza con cierta vergüenza. Luego, extendió su pata y mostró dos garras, pidiendo con un gesto evidente más comida.

Merid suspiró, sabiendo lo que eso significaba. Prepararon otros dos peces más y los cocinaron en la fogata, pero la reina oso los devoró con la misma rapidez voraz. Merid y ____ entrecerraron los ojos, compartiendo una mirada entre la sorpresa y la incredulidad. Al terminar, Elinor alzó su pata nuevamente, esta vez mostrando cuatro garras, como si pidiera una ración aún mayor.

Merid, exasperado. Señaló con cansancio hacia el río. Elinor lo miró con una mezcla de duda y resignación, pero tras un momento, soltó un bufido suave. Cerró los ojos, se quitó la corona y la dejó con cuidado sobre una roca, lista para meterse en acción.

Desde las rocas del río, la reina intentaba atrapar peces que saltaban del agua. Se levantó en dos patas, tratando de sujetarlos con las delanteras, pero apenas lo intentó, su equilibrio le falló. Resbaló y cayó al agua con un sonoro chapoteo.

Elinor seguía sentada, empapada y con expresión exasperada, mientras los peces seguían salpicando a su alrededor. Merid, divertido pero decidido a ayudarla, se arremangó las mangas de su camisa con un suspiro y se agachó junto a la orilla del río. Sin decir nada, extendió las manos hacia el agua, esperando el momento perfecto.

Cuando un pez pasó cerca, lo atrapó con precisión entre sus manos, levantándolo para mostrárselo a su madre. El pez se retorcía con fuerza, salpicando agua por todas partes, pero Merid lo sostuvo firme, haciendo un gesto como si fuera a morder al pez.

La reina entendió de inmediato: no necesitaba usar las patas delanteras como si fueran manos humanas. Con una mezcla de resignación y determinación, Elinor inclinó el hocico hacia el agua, imitando el movimiento de su hijo.

Merid soltó el pez de sus manos y ambos observaron cómo Elinor esperaba con la boca abierta, paciente pero atenta.  Un pez entró de golpe en su boca, retorciéndose como loco, provocando que Elinor casi se atragantara.

Merid y ____ estallaron en carcajadas al verla escupir al pez, agitándose entre toses. Aun así, la reina no se rindió. Vio otro pez saltar cerca y esta vez lo atrapó con precisión. Al morderlo triunfalmente, se giró hacia ellos con una expresión de orgullo, esperando su reacción.

Merid y ____ la observaron con asombro antes de estallar en risas alegres.

⸻¡Lo hiciste! ⸻exclamó ____ mientras aplaudía suavemente, contagiada por el logro de la reina.

Merid asintió con una sonrisa cómplice, todavía entretenido por lo surreal del momento. Elinor, orgullosa, siguió practicando, atrapando más peces con mayor facilidad y lanzándolos fuera del agua uno por uno.

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