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—Mierda, Chloe —dijo Mike, abrazando a la chica con preocupación—. ¿Qué hacen aquí? —interrogó, mirando a Sam. Chloe se veía mal; la venda de su rodilla estaba manchada de sangre, sus pantalones estaban algo rotos y su chaqueta estaba sucia de sangre y tierra. Además, su cara presentaba varias heridas.

—Vinimos a advertirte sobre los wendigos —respondió Sam, sacudiéndose la ropa en un intento de relajarse—. Busquemos la madriguera de ese cabrón.

—Es difícil pensar que eso fuera una persona —murmuró Chloe, separándose de Mike y aferrándose a su chaqueta como si fuera una niña pequeña con su padre.

Mike y Sam asintieron, sintiendo pena por ella. Había perdido a su novio dos veces en una sola noche y, físicamente, se veía muy mal. Los tres decidieron caminar en silencio hacia el nido. Chloe no soltó la chaqueta de Mike y, además, se sujetaba del polerón de Sam, intentando mantenerla lo más cerca posible. Aunque se sentía débil, la presencia de sus amigos le brindaba una cierta tranquilidad, al menos no perdería a sus seres queridos.

Mike usó su pistola para bloquear la puerta detrás de ellos. Chloe abrió su kit nuevamente y encontró una pequeña linterna de calor; aunque daba poca luz, le servía por el momento, ya que Mike y Sam tenían sus propias linternas.

—Quizás un minero... —sugirió Mike.

—O alguien que trabajó en el sanatorio —agregó Sam.

Mike soltó una risita suave—. Hay tantas cosas raras sucediendo aquí que no me sorprendería.

Chloe asintió. El medicamento no estaba haciendo mucho efecto; su rodilla pulsaba y maldecía al wendigo que la atacó a ella y a Josh.

—¿Qué clase de cosas has visto? —preguntó Sam.

—Alguien estaba capturando a los wendigos —dijo Mike, mirando de reojo a Chloe, sintiéndose culpable por haberla dejado sola con Josh.

—Debe ser el de lanzallamas —comentó Chloe, mirando a Sam—. Él nos ayudó a mí y a Chris —dijo con una leve sonrisa, siempre recordando al hombre que la salvó del wendigo.

—Sí, había demasiadas cosas raras, cosas atadas... vi cosas realmente jodidas — dijo Mike mientras cerraba sus ojos intentando olvidarse de eso.

—Vocabulario —se quejó Chloe en broma—. Espero que no hayas tocado nada.

—Insultaste en alemán a Ashley —se rió Mike—, y sé que no le dijiste nada lindo.

Chloe y Sam sonrieron levemente; necesitaban ese momento ligero entre ellos.

—Mierda, creo que sí los dejé libres al volar ese lugar —se preocupó Mike. Las chicas se miraron, sin saber qué decir; necesitaban salir de la montaña rápidamente.

Diet Mountain Dew | Until Dawn |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora