2

140 23 0
                                    


Jimin había pasado los últimos años dedicándose completamente a su carrera como wedding planner. Organizar eventos perfectos, aunque agotador, le daba una satisfacción profesional que muy pocas cosas podían igualar.

Sin embargo, nada lo había preparado para enfrentar la situación en la que ahora se encontraba. La boda de su mejor amigo Jungkook con Sujin, una talentosa diseñadora de interiores, debía ser su próximo gran proyecto.

Este sería un evento de ensueño, con detalles exquisitos y un ambiente que reflejara la unión de dos personas enamoradas.

Sin embargo, debajo de la fachada profesional, las emociones de Jimin estaban en conflicto.

♡♡♡

Jimin observaba las invitaciones de boda esparcidas sobre la mesa con una mezcla de emociones. Frente a él, el elegante papel y las finas letras doradas que habían diseñado reflejaban la perfección que buscaba para cada aspecto de la ceremonia.

Desde que Jungkook le había confiado el papel de planner de su boda, se había sumergido por completo en los detalles: el lugar, la decoración, los colores, las flores.

Todo tenía que ser perfecto. Sin embargo, esa búsqueda de la perfección se convertía, poco a poco, en un escudo que Jimin levantaba para ocultar los sentimientos que no lograba procesar.

Cada vez que tomaba el teléfono para contactar a proveedores o revisar contratos, una parte de él intentaba ignorar el nudo en su estómago. Había aprendido a vivir con esa sensación, a disimularla bajo una capa de profesionalismo impecable. Pero en los momentos más silenciosos, cuando nadie lo veía, el peso de la situación se hacía insostenible. En ese espacio solitario, sus sentimientos brotaban, apenas contenidos por la fragilidad de su autocontrol

La primera reunión de planificación se llevó a cabo en la oficina de Jimin, un espacio decorado con delicadeza, lleno de muestras de telas, catálogos de flores y paletas de colores.

Sujin y Jungkook llegaron juntos, ambos con sonrisas radiantes y manos entrelazadas, una imagen perfecta de felicidad.

Al verlos, Jimin sintió un leve pinchazo en el pecho, un recordatorio de los sentimientos que alguna vez había guardado en silencio. Sin embargo, no permitió que su fachada profesional se rompiera.

—Gracias por reunirnos hoy, Jimin— comenzó Jungkook, con su característico entusiasmo— Sabemos que haremos de este día algo inolvidable contigo a cargo.

Jimin sonrió, obligándose a mantenerse en el rol de planner.
—Será un placer. Tengo algunas ideas iniciales que les quiero mostrar, y luego podemos discutir lo que tienen en mente.

Comenzó a desplegar los primeros bocetos de cómo podría verse el lugar de la ceremonia. Había investigado meticulosamente, buscando lugares que tuvieran la elegancia y simplicidad que Jungkook y Sujin compartían. Les mostró fotografías de salones adornados con luces cálidas, decoraciones florales sutiles, y un estilo que combinaba con la personalidad de la pareja. Sujin observaba todo con atención, sus ojos brillando con entusiasmo.

—Oh, esto es perfecto, Jimin— murmuró ella mientras pasaba las páginas— Quiero que sea un día especial, pero también que refleje quienes somos realmente.

Jimin asintió— Claro, y entiendo completamente. La idea es capturar esa esencia y hacer que cada detalle sea especial.

♡♡♡

A medida que avanzaban con los detalles, Jimin se encontró cada vez más atrapado en sus propios pensamientos. El proceso de planificación de la boda se transformó en algo doloroso, un recordatorio constante de lo que nunca sería para él. Sabía que Jungkook veía a Sujin con una devoción que le hacía feliz y, al mismo tiempo, generaba un nudo en su garganta. Era algo que había aprendido a ocultar a lo largo de los años, enterrándolo bajo capas de profesionalismo y dedicación.

Mientras seleccionaban algunos elementos para la decoración, Jungkook le mostró a Jimin un mensaje en su teléfono.

—Mira, Sujin encontró esta florista increíble. Se llama Yeonwoo. Parece tener mucho talento y un estilo único. ¿Qué opinas de traerla a bordo? —pregunto mirándolo.

Jimin examinó la página web de la florista. Los diseños de Yeonwoo tenían un toque que mezclaba la elegancia con un estilo más bohemio, y le pareció que podía aportar algo especial a la boda. Además, trabajar con alguien nuevo siempre era emocionante.

—Claro, invítala para una reunión— dijo, disimulando su nerviosismo mientras intentaba no dejarse llevar por la incomodidad que aún sentía.

♡♡♡

La semana siguiente, Jimin organizó una reunión con Yeonwoo en una pequeña cafetería cerca de su oficina. La florista llegó puntual, con una sonrisa cálida y un aura serena. Tenía el cabello oscuro recogido en una trenza suelta y vestía una camisa blanca con delicados bordados, lo que acentuaba su estilo único.

—Gracias por reunirte conmigo, Yeonwoo— comenzó Jimin, extendiéndole la mano.

Yeonwoo le devolvió el saludo con amabilidad.

—Gracias a ti por considerar mi trabajo. Me emociona la oportunidad de formar parte de algo tan importante.

Mientras hablaban, Jimin notó que Yeonwoo poseía una calma que era casi contagiosa.

A medida que discutían ideas, compartía detalles de su vida, mencionando algunos desafíos personales que había enfrentado y superado para llegar a donde estaba.

Había algo en ella que irradiaba sinceridad, y Jimin sintió una inesperada conexión.

Cuando discutieron las ideas para la decoración floral, Yeonwoo sugirió incluir flores que tuvieran un significado simbólico para la pareja.

—Podríamos trabajar con peonías para simbolizar la prosperidad y el amor, o lirios de agua para representar la paz. Podría ser un detalle íntimo que haga la ceremonia aún más significativa— propuso la mujer.

Jimin se sorprendió gratamente. Era un toque personal que añadiría profundidad a la decoración, y le dio a la propuesta su aprobación.

A lo largo de la conversación, notó cómo Yeonwoo hablaba con pasión sobre su trabajo, y la manera en que los colores y las texturas de las flores reflejaban emociones complejas. Sintió que estaba redescubriendo la emoción de planificar eventos a través de los ojos de alguien más.

♡♡♡

La relación de Jimin con Sujin también se profundizaba, no solo en el ámbito profesional sino en un terreno más personal. Aunque intentaba mantener la distancia, la confianza y la calidez de Sujin lo conmovían.

Ella le contaba anécdotas de su vida, de su infancia y de cómo había conocido a Jungkook. Sus ojos brillaban cada vez que hablaba de él, y Jimin no podía evitar sentirse atrapado entre la admiración y el dolor.

En uno de sus encuentros, mientras discutían los detalles de la decoración, Sujin compartió algo que dejó a Jimin sin palabras.

—A veces, siento que Jungkook es como... un sueño —confesó ella, con una sonrisa melancólica—. Es tan perfecto que a veces temo que todo esto desaparezca.

Jimin asintió, comprendiendo mejor de lo que ella pensaba.

—Él es alguien... especial, único —murmuró, sin poder evitar que un tono nostálgico se escapara en su voz.

Sujin lo miró, y aunque no preguntó nada, sus ojos parecían buscar algo en la mirada de Jimin, como si intuyera un secreto.

Jimin rápidamente desvió la vista, temeroso de que su dolor fuera demasiado evidente, de que pudiera traicionar sus sentimientos en ese momento.
















































Espero les guste el capitulo, poco a poco vamos avanzando con la historia.

No se olviden de darle mucho apoyo 💗

Una boda entre tu y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora