Era una noche especial para todos.
La primera vez que las familias de Jungkook y Sujin se reunirían para discutir los últimos detalles de la boda.
Jimin se encargó de organizar la velada con la misma dedicación y precisión que había puesto en los preparativos del evento hasta el momento. Sabía que esta cena era crucial para dejar una buena impresión entre ambas familias y deseaba que todo fuera perfecto. Pero, bajo esa fachada profesional, su corazón batallaba con sentimientos que seguían acechándolo desde la noticia del compromiso de Jungkook con Sujin. Cada tarea era una distracción necesaria para evitar pensar en la complejidad de sus propios sentimientos.
En el restaurante, Jimin supervisó cada detalle, desde la decoración elegante, las flores cuidadosamente seleccionadas, hasta la disposición de la mesa, donde cada asiento tenía un significado especial.
Todo estaba diseñado para transmitir armonía y clase, incluso si él mismo se sentía lejos de esa paz interior.
Las luces tenues proyectaban un ambiente íntimo, y el susurro de las conversaciones de otros comensales les brindaba un aire de exclusividad.
Poco a poco, los invitados llegaron. Jungkook y Sujin entraron primero, radiantes y emocionados, aunque Jimin notó una sutil rigidez en los ojos de Sujin, como si algo le incomodara. No dijo nada al respecto, pero tomó nota mentalmente de esa leve inquietud.
Poco después, las familias de ambos llegaron.
Los padres de Jungkook con su actitud altiva y sus expectativas no disimuladas, y los padres de Sujin, más reservados, intentando no perder la compostura en un ambiente que, sabían, no sería del todo fácil de manejar.
Desde el primer instante, la cena fue una mezcla de comentarios tensos y sonrisas forzadas.
El padre de Jungkook, un hombre de negocios acostumbrado a negociar cada aspecto de la vida de su familia, no tardó en hacer su primera observación.
—Espero que entiendas, Sujin, que nuestro Jungkook siempre ha tenido estándares altos, y siempre hemos pensado que encontraría a alguien de su misma… categoría.
Sujin parpadeó, sorprendida. Mantuvo su calma, pero sus ojos reflejaban la incomodidad que sentía ante ese comentario tan directo.
Jimin, desde su posición, pudo ver claramente la tensión que se acumulaba en sus hombros y cómo forzaba una sonrisa.
—Por supuesto, señor Jeon— respondió ella con una amabilidad que casi sonaba ensayada— Estoy muy agradecida de formar parte de esta familia.
Jimin intentó intervenir para suavizar el ambiente. Hizo una señal al camarero para que sirviera el primer plato, un exquisito entrante que había escogido con cuidado para intentar distender el ambiente.
Mientras los platos eran colocados en la mesa, él intentaba dirigir la conversación hacia temas más neutrales. Sin embargo, el padre de Jungkook insistía en dirigir la conversación hacia el éxito familiar, las expectativas y el peso de los logros.
La madre de Sujin, una mujer tranquila y de pocas palabras, intercambiaba miradas con su esposo, claramente incómoda pero intentando mantener la compostura.
Ella asintió cortésmente ante cada comentario, esforzándose por mostrar su apoyo a Sujin, mientras Sujin intentaba mantener su confianza, a pesar del ambiente tenso.
Jungkook observaba la escena en silencio, con una expresión que Jimin no podía interpretar del todo. Había una mezcla de orgullo, pero también algo de incomodidad en sus ojos. Como si se diera cuenta de que sus padres estaban yendo demasiado lejos, pero sintiera que era su deber defenderlos de alguna manera.
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Una boda entre tu y yo
FanfictionJungkook sorprende a sus amigos con la noticia de que se casará con Sujin, una talentosa diseñadora de interiores. Jimin, uno de sus mejores amigos, es contratado como el planner de la boda, encargado de todos los detalles. La noticia remueve emoc...