Capítulo 10

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Todo era algo incómodo desde que Spreen había llegado al departamento de Carrera. No sabía muy bien qué hacer ni como moverse en ese lugar totalmente desconocido para él. Era algo totalmente extraño, no sólo el lugar, sino compartir espacio con el chico a solas cuando no era algo que soliera suceder, nunca habían pasado ni dos segundos en los no estuvieran acompañados por alguno de sus amigos.

– ¿Terminaste de leerlo ya? – preguntó Spreen mientras se sentaba en la mesa del comedor junto a Carrera y este comenzaba a sacar las cosas de su mochila bajo su atenta mirada (un cuaderno y una lapicera, notó que ni cartuchera tenía).

– Sí, me quedé anoche – contesto despreocupado.

– ¿Dejás todo para último momento vos?

– ¿Dejás todo para último momento vos? – repitió la pregunta con la tonada santafesina que le salía a Spreen a veces, recibiendo una mirada para nada amable del otro chico cuando dirigió su mirada hacia él. – Perdón – dijo riéndose de su propia burla. – Suelo dejar todo para último momento, sí.

– ¿Y cómo hacés para que te vaya bien en clase entonces? – preguntó sin tonada esta vez.

– ¿Cómo sabés que me va bien? – cuestionó mirándolo con los ojos entrecerrados. – Estás muy pendiente de mí vos me parece.

– Nada que ver, vi que no te llevaste tantas materias el año pasado nada más.

– No sé cómo sabés, si vos no te llevaste ninguna.

– ¿Y vos cómo sabés eso? No soy yo el que está pendiente me parece eh – dijo acompañado por una sonrisa. Se sentía vencedor por una vez, con ese chico en frente suyo era raro que eso pasara, siempre tenía la última palabra de alguna manera.

– Puede ser – le guiñó el ojo para cerrar la conversación, volviendo su atención a la fotocopia que acababa de colocar en frente suyo.

Ahí estaba, como siempre, con la última palabra.

Spreen rodó los ojos inevitablemente, pero con un leve tono rosado en sus mejillas por esa actitud hacia él que nunca terminaba de entender y un poco le incomodaba. Había notado que Carrera era así un poco con todos, pero por alguna razón se sentía diferente cuando era dirigido hacia él, y más ahora que estaban solos.

Después de eso el castaño se centró completamente en lo que tenían que hacer, parecía interesado en terminar lo antes posible. Y el menor no sabía si era porque quería que se fuera de su casa lo antes posible o porque era viernes y prefería estar haciendo cualquier otra cosa que un trabajo práctico de literatura con él. La última opción parecía ser la correcta, teniendo en cuenta que Spreen lo veía teclear cada tanto en su celular, al parecer respondiendo algún mensaje.

– Ya vengo voy al baño – había anunciado Carrera escasos minutos antes de que sonara su celular que había quedado en la mesa junto a su cuaderno.

Una nueva notificación hizo que la pantalla se iluminara. Y Spreen podía jurarle a quien fuera por lo que quisiera que leer el contenido del mensaje de instagram que el chico había recibido fue totalmente accidental.

Al final nos vemos esta noche o no?

Que su mirada se dirigiera automáticamente al nombre que adornaba la pantalla junto al logo de la aplicación también había sido totalmente accidental.

Juli

– ¿Querés comer algo? – se escuchó de repente la voz del más bajito haciéndolo sobresaltar y apartar la mirada del teléfono al instante.

– No está bien – respondió y dirigió la mirada hacia la cocina, desde donde provenía la voz.

– ¿Tomar tampoco? – insistió. – Yo me voy a hacer un café que sino me duermo.

Kill My Time | Spreen x CarreraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora