Kill My Time | Spreen x Carrera

Capítulo 12

Sentir que estaba en un juego en el que avanzaba casilleros pero cualquier paso en falso que cometiera, del que ni siquiera supiera, pudiera hacerlo retroceder algunos hacia atrás o incluso hasta el punto de partida era algo que a Carre cada día le molestaba más.

No entendía a Spreen. Nunca lo había hecho, desde el día en que sus grupos se unieron y empezaron a compartir más tiempo juntos que las simples horas de clase había sido un enigma para él. Al principio pensaba que le había sacado la ficha, estaba seguro que le caía mal por su forma de ser, tan descarado y jodiendo todo el tiempo cuando él era una persona más reservada y tranquila a la que no le gustaba llamar la atención, totalmente opuesto a él. Que no se riera de sus chistes le había hecho pensar que así era, pero el tiempo había ido pasando y con eso su manera de interactuar con él había ido cambiando.

De a poco empezó a reírse de sus chistes, aunque intentara disimularlo Carre lo había notado, y cada vez intercambiaban un poquito más de palabras. Y no para "discutir", eso era importante, a pesar de que seguían sin compartir nunca tiempo a solas. Spreen parecía esquivar la posibilidad de que eso sucediera a toda costa, y a Carre no se le hubieran encendido las alarmas si no fuera por aquella noche de fiesta en donde el mayor lo había visto besándose con un chico.

En la oscuridad del lugar apenas había podido distinguir su cara cuando sus miradas se cruzaron en ese momento, pero la expresión de sus ojos le había quedado grabada. Era sorpresa absoluta, como si no se esperara verlo a él en una situación así. Pensó que había sido sólo eso, sorpresa, pero que lo esquivara más que nunca después de ese hecho lo había llevado a pensar que su personalidad no era lo único que le disgustaba de él.

Sin embargo, las cosas parecían haber avanzado para mejor entre ellos con el pasar de los meses. Carre lo notó cuando los obligaron a hacer un trabajo práctico de literatura juntos. Por mucho que se siguieran jodiendo entre ellos las cosas parecían ser diferentes, y el tiempo a solas que habían pasado juntos esos días se lo había dejado claro. No notaba incomodidad en Spreen ni nada por el estilo.

O eso creía en ese entonces, cuando habían quedado que estaba todo bien entre ellos, que a pesar de no considerarlo su amigo sí podían llevarse lo mejor posible por compartir el mismo grupo.

Después de ese día todo volvió a retroceder de alguna manera que todavía era incapaz de explicarse.

Hacía un par de semanas que Spreen estaba raro otra vez con él, y la salida del grupo a la que invitó a ir a Juli en la que el de pelo negro parecía huirles como a la peste desde que llegaron había sido la gota que colmó el vaso o, mejor dicho, la paciencia de Carre.

Por eso mismo decidió buscar respuestas, pero estas sólo le generaron más dudas que certezas. Estaba seguro de que Spreen no era homofóbico, si ese fuera el caso no podría ser el mejor amigo de Angie y llevarse tan bien con Brisa. Pero entonces, ¿por qué parecía de alguna manera estar siempre tan atento a lo que él hiciera o dejara de hacer con su sexualidad? ¿Tan difícil era entender que le podían gustar tanto las chicas como los chicos?

– ¿Qué pasó amigo? Te colgaste – Germán interrumpió los pensamientos de Carre, que se había quedado tildado mirando hacia donde estaba Spreen en su lugar del otro lado del salón dibujando en su libreta mientras esperaban que terminara la hora libre que estaban teniendo, como si fuera un enigma para descifrar. Mientras escuchaba música no había podido evitar que pase todo eso por su mente, porque el pibe podía ser medio amargado por su actitud con él a veces, pero no creía que fuera mala persona.

– Sí amigo – soltó una risa sin gracia, sacándose un auricular. – Es el sueño – remarcó sus palabras desperezándose antes acomodarse derecho en la silla.