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LA KANG MENOR SONRIÓ CON CONFUSIÓN AL ESCUCHAR LO QUE ELLOS LE HABÍAN DICHO, pero aún así asintió confiando ciegamente en ellos y dejando que Edward le cubriera los ojitos para que no fuera capaz de ver antes de tiempo la sorpresa que ellos le habían preparado. Wony sentía su inocente corazón latir con fuerza por la emoción, porque a pesar de estar acostumbrada a tener todo... Nunca había recibido una sorpresa por parte de las únicas personas que estaban a su lado, sus padres y Gu-won.
— Confía en nosotros, pequeña. — Jasper le susurro en el oido con un tono de voz cálido. — Te encantara.
— Eso, eso. — le siguió Edward, terminando de cubrir sus ojos y abriendo la puerta de su asintió para ayudarle a bajar.— Nos esforzamos mucho en encontrar este lugar.
— ¿De verdad? — pregunto ella con timidez, tomando la mano que le ofreció el Rubio. — Entonces es muy lindo si lo eligieron ustedes dos.
Los hermanos soltaron una risita por el comentario, sintiendo como sus corazones muertos volvían a la vida con tan solo escuchar la voz de su compañera, tomaron cada uno la mano de la castaña para guiar la hacía el lugar y evitar que se cayera o tropezara. El dulce aroma que ella soltaba naturalmente los envolvía por el viento que pasaba por el lugar donde caminaban.
— ¿Estas lista? — pregunto el cobrizo, poniéndose detrás de ella para quitarle la corbata que tapaba su vista. — Se que te encantara, te conocemos muy bien...
Cuando la corbata dejó de cubrir su vista pudo ser capaz de observar el hermoso sendero lleno de flores frente a ella, sus ojitos miel se enfocaron en el hermoso árbol de cerezos que había en medio del lugar, y justo debajo de este un lindo picnic, con una manta color Rosa palida con múltiples alimentos encima. Sus orbes miel lagrimiaron de emoción sonriendo dulcemente hacía ellos mientras el viento meneba sus largos cabellos castaños (la linda trenza que se hizo, se arruinó) , camino hacía sus amigos abrazando los con amor y dulzura. Envolviendolos con sus pequeños brazos a comparación de los de ellos, los dos hermanos soltaron una risita acariciando los mechones de su compañera con un sonrojo casi inexistente en sus mejillas.
— ¡G-gracias, es hermoso! — exclamó ella, dejándose mimar por las grandes manos de ellos encima de su cabello. — Los amo mucho... — pronunció en coreano, causando que los dos Cullen se confundieran al no enter el idioma pero aún así asintieron hacía ella.
— Es lo mínimo que te mereces y te daremos. — Dijo Jasper separándose del abrazo para agarrar la de la cintura y hacerla caminar hacía el árbol de cerezos.— Mejor vamos ¿si?
Ella asintió, tomando la mano de Edward y caminando junto a ellos hacía el picnic, pero no puedo evitar adelantarse para observar el lugar encantada por el ambiente tan lindo y agradable.
