♡゜。。Proyecto Anidación。。゜♡

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Para empezar. No sé si sea correcto pedir perdon por la tardanza pero les explico mi situación. Para los que no saben , yo Kuro que es mi nombre real, soy cubana y de 24 años, no estoy casada pero tengo muchas mascotas que atender y desdé la última actualizacion hasta ahora no he podido seguir escribiendo esa historia porque sentía que lo próximo que iba a publicar estaba mal , nunca había hecho por mi imaginación un NSFW del shipp deathduo y me daba muchísima vergüenza puestos que no los veía así. Otra de mis razones personales es que todo esté tiempo estuve ocupada en mi mudanza y adaptación en mi nueva provincia, la capital de mi país, que por cierto todo en cuba es caro y paso mucho tiempo trabajando para poder darme mis lujos y cuidar bien de mis mascotas.

Y bueno ya mucha biblia XD vamos con la historia.

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L

a mañana se presentaba serena, impregnada de una alegría desbordante para el joven de magnífico cabello negro que ondulaba al compás de sus movimientos, mientras se entregaba a sus quehaceres matutinos y al ritual del desayuno junto a su compañero Alfa, aunque este aún no ostentara oficialmente tal título.

Quackity le había revelado que ya era el Omega de Luzu, y que Bad había sido, desde el principio, el Omega de Forever. Y qué decir de Roier, Cellbit, Fargan y Alexby, los primeros en establecer esos lazos indisolubles.

Él también anhelaba poseer una marca en su cuello, símbolo de pertenencia a un Alfa, pero la idea le provocaba una profunda vergüenza. Había aprendido a aceptar la peculiar situación en la que vivían; aunque estaban aislados y distantes del mundo exterior, no deseaba estar en ningún otro lugar que no fuera al lado de aquel hermoso Alfa que había conquistado su corazón de una manera asombrosa.

Philza era así: dulzura personificada, siempre atento y cariñoso con él. No podía pedir más… o al menos no era correcto desear más. Sin embargo, su propia naturaleza parecía clamar por que aquel Alfa dejara de tocarlo con la delicadeza de quien teme romper una obra maestra. Su piel era extremadamente frágil, y cuando Philza vio por primera vez las quemaduras solares que adornaban su cuerpo, casi se desmaya. Desde entonces, se esforzó por mantener a Missa casi todo el tiempo resguardado en la cabaña asignada por los científicos y aquel endiablado cucurucho.

Missa se encontraba atrapado en un torbellino de emociones, su corazón latiendo con fuerza cada vez que pensaba en Philza. La espera por su celo se volvía interminable, y aunque sabía que el Alfa siempre sería amable y cuidadoso, su deseo por algo más ardía dentro de él como un fuego inextinguible.

Las noches eran su momento favorito. Cuando la luz de la luna se filtraba a través de las ventanas, Missa se sentía en paz, acurrucado entre las alas de Philza. La calidez de su abrazo lo envolvía, y cada vez que el Alfa lo apretaba contra su pecho, era como si el mundo exterior desapareciera. En esos instantes, el miedo a ser dejado atrás se desvanecía, y solo existían ellos dos.

Sin embargo, la mente de Missa no podía evitar divagar. Se preguntaba si alguna vez Philza entendería la profundidad de sus sentimientos. Si el Alfa pudiera ver más allá de su fragilidad, si podría notar la forma en que sus ojos brillaban cada vez que lo miraba. Anhelaba más que caricias suaves; deseaba la intensidad de una conexión que fuera más allá de la ternura.

A veces, se perdía en sus pensamientos mientras observaba a Philza, quien estaba absorto en sus actividades. La forma en que su cabello caía sobre su frente, la manera en que sonreía al hablar de sus sueños… todo ello hacía que Missa se sintiera aún más atrapado en su amor. Era un bobo, sí, un bobo muy enamorado que anhelaba el momento en que las barreras entre ellos se desvanecieran y pudieran explorar juntos la pasión que latía bajo la superficie.