En La Saga Pecados Placenteros ||Actualización Lenta||

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Narra ilenko Romanov

La maldita me colgó, tanto que me buscaba y ahora que le doy mi atención sale con estás estupideces.

— salamaro!!— llamo al imbécil que tengo al frente.

— que ordena mi boss— me responde.

— necesito que organices todo. Viajo a Londres— digo.

Si la estúpida cree que ahora se va a deshacer de mi está muy equivocada.

Lo bueno de estar camuflado en el mundo formal como un petrolero es una ventaja para pasar desapercibido mientras la maldita aparece.

Ella es mi koroleva y tiene que entender que ella sola fue la que buscó mi atención.

Narra Patrick Linguini

Estoy camino a la oficina de aitne, se me hace extraño que no haya aparecido todavía.

Cuando tocó nadie respondo por lo que me tomo el atrevimiento de entrar y si, como lo sospeche no hay nadie.

Marco su teléfono y aparece apagado. Que raro.

Narra Rachel James

He revisado por toda la central a ver si mi hermana estaba y por lo que me puse dar cuenta no. Es mi oportunidad para estar con Christopher.

En estos momentos Stefan no es prioridad, necesito saber que sigo estando en la mente y los pensamientos de mi Chris.

Entro a su oficina sin tocar y lo veo concentrado en unos papeles. Alza la mirada cuando cierro la puerta.

— se puede saber que hace acá teniente — la voz aburrida que me recibe me da nervios.

— necesitaba verte — le digo mientras con el poco valor que me queda me voy acercando.

— Medicate, no qué muy fiel a tú pordiosero, digo novio— sus respuestas aburridas y lejanas me estan provocando un nudo en la garganta.

— al que quiero es a tí — le digo mientras ya estoy al frente de el.

Si risa aburrida y carente de emociones me provoca que las primeras lágrimas salgan.

— eres ridícula James, sal de aquí y espero que la próxima vez que entres sea por cosas laborales. Porque me va importar poco reportarte— su respuesta me da tristeza pero a la vez coraje. Yo se porque me la da.

— te acostaste con ella verdad?— le pregunto.

— si, me acosté con ella— suelta una risa irónica y se acerca — y lo haré una y otra vez— eso último hace que suelte la cascada de llanto.

Salgo corriendo de esa oficina. Con el corazón roto.

Otro que callo ante ella.

Otro que se deslumbra por ella.

Necesito hacer algo urgentemente y se que mi única forma de conseguirlo es por el.

Aunque tenga que prometer portar esa maldita cosa.