જ⁀➴ ᴰᵃⁿᶜᵉʳ ᴵⁿ ᵀʰᵉ ᴰᵃʳᵏ ➳ Caitvi

˗ˏˋ ꒰ 010 "ⁱⁿᶜᵒᵐᵒᵈⁱᵈᵃᵈ" ꒱ ˎˊ˗

"ᴀɴᴅ ɪꜰ ʏᴏᴜ'ʀᴇ ꜱᴛɪʟʟ ʙʀᴇᴀᴛʜɪɴɢ, ʏᴏᴜ'ʀᴇ ᴛʜᴇ ʟᴜᴄᴋʏ ᴏɴᴇꜱ
'ᴄᴀᴜꜱᴇ ᴍᴏꜱᴛ ᴏꜰ ᴜꜱ ᴀʀᴇ ʜᴇᴀᴠɪɴɢ ᴛʜʀᴏᴜɢʜ ᴄᴏʀʀᴜᴘᴛᴇᴅ ʟᴜɴɢꜱ
ꜱᴇᴛᴛɪɴɢ ꜰɪʀᴇ ᴛᴏ ᴏᴜʀ ɪɴꜱɪᴅᴇꜱ ꜰᴏʀ ꜰᴜɴ
ᴄᴏʟʟᴇᴄᴛɪɴɢ ɴᴀᴍᴇꜱ ᴏꜰ ᴛʜᴇ ʟᴏᴠᴇʀꜱ ᴛʜᴀᴛ ᴡᴇɴᴛ ᴡʀᴏɴɢ"

lıllılı.ıllı.ılılıılıı.lllııılı.
Youth - Daughter

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Ambas llegaron al laboratorio personal de Viktor, caminando con pasos lentos que parecían resonar en la calma inquietante del lugar. A primera vista, todo estaba en orden, pero había una tensión palpable en el aire, una sensación de fragilidad, como si ese espacio solo se mantuviera unido por la fuerza de un silencio impuesto. Caitlyn lo percibía, y Violet también; esa calma no era paz, sino un equilibrio precario a punto de romperse.

Viktor estaba sentado, completamente absorto en sus papeles y herramientas, su figura delgada inclinada sobre la mesa de trabajo. Cuando Caitlyn lo saludó, ni siquiera levantó la vista, ignorando también que ella no venía sola. En su mundo, solo existía el trabajo, un refugio y una cárcel que él mismo había construido con precisión. Pero a Violet eso no le importaba; había llevado a Caitlyn hasta allí, y ahora estaba cara a cara con el niño convertido en hombre. La visión de él le despertaba algo antiguo y doloroso, algo que ni siquiera entendía del todo.

Sin pensar, se acercó y posó una mano en su hombro. Viktor se estremeció, un leve temblor recorriendo su cuerpo, y alzó la mirada. Años habían pasado desde la última vez que había visto un rostro tan familiar, y aun así, el tiempo no había logrado borrar esas facciones que alguna vez conoció. Ese rostro marcado, sus ojos cansados pero intensos, le recordaban de inmediato el hogar, algo que había abandonado hacía mucho.

-Vik -murmuró Vi, y su voz temblaba levemente, con un dejo de suavidad que contrastaba con su habitual dureza. Sus dedos recorrieron el contorno de su rostro, notando las líneas que ahora lo marcaban. Era el mismo Viktor, pero había algo diferente, una distancia, una frialdad en sus ojos que antes no estaba ahí.

El inventor tomó su mano, sosteniéndola apenas un instante antes de apartarla con suavidad. -Violet... no esperaba volver a verte -dijo, su voz cargada con ese acento que los años en Piltover no habían logrado borrar. La cortesía en su tono sonaba extraña, como una capa de civismo que ocultaba algo más profundo, algo amargo.

La pelirosa sonrió con cierta nostalgia y se recostó sobre la mesa de trabajo. -Yo tampoco... Nunca volví a verte -susurró al final, como si admitirlo la desgarrara por dentro.

Había pasado tanto tiempo, y aunque siempre se había dicho que había hecho lo correcto al no buscarlo, algo en ella se quebraba al enfrentarse a esa realidad.

Se inventaba excusas, razones para justificarse: que era solo una niña, que Vander nunca la habría dejado ir enferma... Pero en el fondo, ninguna de esas razones lograba silenciar la culpa que le mordía el alma.

-Nunca volviste a buscarme -replicó Viktor, su voz tan baja que casi fue un susurro. La contraria intentó hablar, pero él la interrumpió con un gesto de mano. -Estuve bien... Llegué hasta aquí unos años después del incidente.

La forma casual en que lo dijo solo aumentó la incomodidad de Violet. Sabía que él había sufrido, que nada había sido sencillo. Sentía una punzada de arrepentimiento, pero no podía verbalizarlo; el peso de sus errores la encadenaba al silencio. -Lo siento -dijo, con voz quebrada, y retrocedió, refugiándose junto a Caitlyn, consciente de que los ojos de Viktor no dejaban de observarla, cargados de un reproche mudo.