Los días en Roma habían sido una mezcla de tensión, nostalgia y, sorprendentemente, una creciente fascinación por Bryon. Lo veía cada noche, nos encontrábamos en los jardines, y poco a poco, sentía que entre nuestras palabras nacía algo inesperado. Quizá me estaba dejando llevar demasiado por el papel de Ara... o quizá, simplemente, Bryon despertaba en mí sentimientos que me confundían.
Una tarde, mientras me preparaba para verlo nuevamente, Andrey entró en mi habitación con el rostro serio y la mirada fija en mí.
—Dara, debemos hablar. —Su tono era urgente y seco, algo que no podía ignorar, pero también tenía ese aire de advertencia que ya había oído otras veces.
Suspiré mientras colocaba el velo que ocultaba mi identidad, el mismo velo que mantenía mi imagen intacta para Bryon.
—Andrey, ¿otra vez? ¿Qué es ahora? —Lo miré de reojo, sin detenerme en mi arreglo.
—Es algo serio, Dara. —Se acercó y, sin esperar, me quitó el espejo de las manos—. No debes verlo esta noche.
Lo miré, confundida y molesta.
—¿Qué estás diciendo? Todo este esfuerzo, todo este riesgo... tú mismo dijiste que debía convencerlo, ganarme su confianza. Es lo único que hemos hecho en todo este tiempo.
—Bueno —dijo Andrey frustrado—.
En el camino hacia el jardín, Andrey y yo avanzábamos con rapidez, aunque el silencio entre nosotros era tenso. A cada paso, la preocupación parecía apoderarse más de él, y antes de llegar al pasillo final, me detuvo de golpe.
—Dara —dijo, en voz baja y con tono serio—, creo que alguien nos está observando. Lo vi de reojo hace un momento, no estoy seguro de quién es, pero debemos ser cuidadosos.
Le di una mirada fría, exasperada por su insistencia en frenar mis encuentros con Bryon.
—¿Otra vez con tus sospechas, Andrey? —suspiré, cruzándome de brazos—. Empiezo a pensar que todo esto es solo porque estás celoso. Sé que me has ayudado hasta ahora, pero de verdad, no entiendo por qué haces esto tan difícil.
Andrey pareció molesto, y su mandíbula se tensó.
—No estoy celoso, Dara. Solo intento protegerte, y siento que, si me escucharas por una vez...
—Voy de todas formas. Esto es mi decisión, Andrey, no tuya.
Sin esperar respuesta, continué mi camino.
En el jardín, las estrellas brillaban con una intensidad suave, como si fueran testigos silenciosos de la escena que estaba a punto de desarrollarse. Allí estaba Bryon, de pie junto al mismo árbol donde solíamos encontrarnos, con una expresión melancólica y perdida en el horizonte.
Me acerqué lentamente, asegurándome de que él sintiera mi presencia. Él giró al escuchar mis pasos, y en su mirada se mezclaban sorpresa, intriga y... una sombra de resentimiento.
—¿Tú... quién eres en realidad? —preguntó, su voz sonaba distante, pero a la vez cargada de emoción contenida—. Siento que eres alguien que he conocido antes, pero... no puedo entenderlo. He estado buscando respuestas, buscándote, intentando entender por qué siento que hay algo más detrás de ese velo.
Tomé aire, sabía que había llegado el momento. Con un movimiento lento y calculado, levanté el velo, dejando que mi rostro se revelara por completo ante él.
Sus ojos se agrandaron, y su boca se abrió apenas, como si tratara de procesar la revelación. Al instante, una mezcla de sorpresa y algo de enojo se apoderó de su rostro, pero intentaba ocultarlo bajo una máscara de compostura.
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Rostro de otro mundo
Fiksi IlmiahDara siempre conoce a un chico llamado Ryan en una parada de autobus en un dia lluvioso. Después de tantos intentos, intenta romper el patron saliendo de su realidad paralela en donde la lleva a la antigua Roma..