¿Enamorada De Un Gay? 》h.s. 》l.s.

30. Olvido, Louis... ¿y visita sorpresa?

Mantuvo la cabeza baja mientras caminaba, se encontraba en la playa donde había tenido que recoger a Zayn el otro día, metió su mano en el bolsillo de su pantalón sacando su nuevo teléfono, el dinero que Niall le dio era lo suficiente para comprarse uno nuevo, recién acababa de llegar de aquella tienda.

Por ahora lo único que quería era relajarse, tomar aire fresco y estar solo... bueno, con su consciencia. ¿En qué momento se complicó todo? Se sentía dentro de una novela, su vida nunca fue la más dramática o la más llamativa pero de un momento a otro sus sentimientos por Isabella cambiaron haciendo que todo girara a su alrededor.

No debía de sentirse así, no podía permitírselo, su consciencia se estaba encargando de decirle a cada rato que era homosexual. Después de todo había leído algo en internet, era normal que al pasar por la pubertad se confundiera respecto a su sexualidad, para muchos adolescentes era así, e Isabella era su mejor amiga, pasa la mayoría del tiempo con ella, incluso ella se desnudaba y cambiaba al frente de él pero como era homosexual a ninguno de los dos le importaban, Harry nunca la vio de esa forma.

Alzó su teléfono y busco en los pocos contactos que tenía agendados, en seguida encontró el número de Louis (el cual fue el primero que anoto) y le dio en llamar, después de que sonarán tres tonos el oji-azul contestó.

—¿Hola? —escuchó decir a Louis—. ¿Pasa algo, Harry?

—¿Qué? ¡claro que no! ¿acaso no puedo llamar a mi novio? —rió un poco nervioso.

—Pues claro que si pero te conozco, sueles llamar cuando estas en problemas.

—¿Puedo ir a tu casa? —preguntó sin rodeos.

—Claro, ¿cuando?

—Ahora —contestó firme.

— ¿En serio? Estoy en pijama y realmente no tengo comida ni nada para ofrecerte.

—Louis, no me importa si no tienes comida, voy por ti no para acabar con tu nevera.

—Bueno, si quieres vienes mientras me visto.

—¿Por qué? Eres Louis Tomlinson, el chico del cual estoy enamorado, no me importa como estés, así te veas horriblemente mal para mí eres el hombre más hermoso del planeta —habló Harry tratando de ser tierno.

—Agregaré eso a mi lista de "razones por las cuales amo a Harry" —rió.

—Oh mi Dios, ¿en serio tienes una lista? —sonrió sintiendo pequeñas mariposas bailando en su estómago—. Me haces sentir un cursi y tonto enamorado, Tomlinson.

—Esa es la idea, Styles —bromeó alegre.

—Voy en camino —exclamó abriendo la puerta del carro y haciendo que encendiera.

—Aquí espero —colgó sin más que decir.

Sonrió feliz, no había salido mal, logró sacar a Isabella de su cabeza por un momento y sintió lo mismo que sentía con Louis a principios de su relación.

《Ten cuidado con tus decisiones, Harry 》 lo aconsejo.

—Se lo que hago, todo esta bajo control —comentó—. Por favor, todo esta bien ¿qué puede pasar? Yo soy completamente feliz con Louis.

《Deja de ser egoísta y no pienses solo en tí, si sigues con Louis perderás a tu mejor amiga 》

—¿Qué? Claro que no —se negó rotundamente mientras paraba en un semáforo en rojo—. Es solo una confusión del momento, ya verás, lo olvidaremos y seguiremos como siempre.

No obtuvo alguna otra respuesta, se sintió raro, ¿otras personas hablaban así con su consciencia? Probablemente él no era el único... o quizás si.

Avanzó cuando el semáforo se puso en verde y siguió el camino hacía la casa del castaño, un par de minutos después llego a su destino y aparcó el carro en frente de la casa, salió del auto y se dirigió a la puerta, tocó el timbre esperando que alguien abriera.

—Deséame suerte —le susurró a su consciencia.

Unos minutos después salió un Louis despeinado en pijama que en seguida saltó a abrazar al ruloso.

—Hola... otra vez —dijo Harry con una sonrisa, se acercó lentamente y depositó un suave beso en los labios del oji-azul.

—Hola —respondió lentamente a lo que Harry soltó una gran carcajada—. ¿Qué?

—Te quedaste hipnotizado, vaya, me alegra saber que aún causo ese efecto sobre ti —se burló y ambos separaron el abrazo.

Pasó a la casa de su novio y la madre del oji-azul le dio la bienvenida, ambos se dirigieron al sofá y se decidieron por ver una película de terror, Louis tenía su brazo sobre los hombros de Harry. Cada vez que el ruloso daba un salto asustado el castaño se burlaba.

A mitad de la película Harry decidió acercarse más a Louis así que depositó un par de besos en su cuello y Louis en seguida volteó alzando una ceja y el ruloso rió por la expresión de su novio y le dio un pequeño beso en la mejilla.

—En serio Harry, ¿qué pasa? —preguntó preocupado—. Estás muy romántico.

—Nada —susurró acercándose y depositando un beso en los labios del chico.

* * *

Pasó felizmente a la cocina y agarró un vaso de agua de la nevera, estaba feliz, al pasar esa tarde con Louis sintió que las cosas estaban mucho mejor, con Louis sentía que todo estaba bien.

Dio la vuelta y trato de dirigirse a la puerta pero se tropezó con algo suave haciendo que caiga y toda el agua se derramé sobre su ropa, se paró rápidamente molesto y dejó el vaso sobre la mesa y buscó por todo el piso cual era la razón de su caída, se encontró con un pequeño oso de peluche, frunció el ceño confundido, en su casa no había niñas pequeñas.

Por su cabeza pasó la idea de que Christopher y Alexia estaban en la casa, ese par de demonios, pero era imposible, ellos estaban de viaje (gracias a Dios por el bien de Harry) así que no tenía ni la menor idea de que se trataba.

Salió de la cocina con el oso en la mano y puso un pie en las escaleras, dio un vistazo a su alrededor, se encontró con unas extrañas formas en los muebles de la sala, se acercó cuidadosa y lentamente, alzó el oso en defensa por si era un ladrón.

《No seas imbécil, ese oso no te ayudará en nada... al menos que quieras verte como un ridículo》

Entró finalmente a la sala y se encontró con dos personas durmiendo en los muebles, primero se dirigió al pequeño mueble donde se podía distinguir un pequeño cuerpo envuelto en una sabana, movió la sabana encontrándose con la pequeña niña que él e Isabella habían encontrado.

—¿Elizabeth? —se preguntó confundido, puso el oso de peluche a su lado y la pequeña niña en seguida lo abrazó.

Volteó hacía el gran mueble preguntándose que hacía ella durmiendo allí y quién estaba en el otro mueble, se acercó lentamente y retiró la sabana de la cara encontrándose con la castaña, se sorprendió al ver un gran morado justo debajo de su ojo izquierdo.

—Harry... —suspiró la castaña aún dormida y el ruloso retrocedió asustado.