¿Enamorada De Un Gay? 》h.s. 》l.s.

10. ¿Nos la llevamos?

Los pequeños niños se revolvían incómodos en el sillón mientras sujetaban su estómago, la castaña estaba nerviosa tratando de hallar alguna medicina casera para los niños y Harry... él... bueno el estaba siendo Harry.

«Ve y prepara palomitas, juntos disfrutaremos el plañir»

Harry sonrió ampliamente, aquellos diablillos estaban recibiendo el plañir.

—¡HARRYYYYYYY! —el ruloso se exalto por aquel grito, su madre había llegado—. ¿Pero qué paso aquí?

Felicia (la madre de los diablillos) fue rápidamente con sus hijos.

—¿Qué les hizo este chico despeinado y sin gusto para la ropa? —el ruloso se ofendio por lo que le había dicho la señora, aunque observándose bien... ella tenía razón.

—Él no hizo nada —dijo Christopher hablando como si fuera a morir, era un niño realmente exagerado—. Fue ella —dijo "débilmente" señalando a la castaña que recién había salido de la cocina.

—Y-yo no hize nada, simplemente les dí de comer —dijo está nerviosa alzando las manos en su defensa.

—Pues simplemente les cayo mal la comida de Isabella —dice el ruloso sonriendo cómplice tratando de calmar la situación y al notar que el ambiente seguía tenso dejo de sonreír.

Mientras estos discutían se escucho un "hip", a Christopher le había dado hipo, diarrea con hipo.

«Diarrea y hipo no son una buena combinación»

—Mmm...Felicia creo que deberías llevarte a tus hijos —dijo Anne en tono calmado—. Yo hablaré con Harry y Isabella.

Seguido de esto las dos madres se despidieron, la señora Felicia estaba un menos furiosa.

—¿Qué carajos les dieron de comer? —dijo Anne molesta.

—Pues comida, solo eso —dijo el ruloso encogiendose los hombros.

—¿De casualidad tenía veneno? —dice Anne cruzada de brazos.

«No, pero gracias por la idea, me servirá en un futuro»

—No... ¿mamá, Isabella y yo podemos ir al centro comercial? —dijo Harry haciendo un puchero a lo que su mamá suspiro.

—¿A comprar más veneno? —Anne los miro seriamente.

—¡No, no, no! ¿cómo cree eso señora Anne? vamos a comprar un regalo —dijo la castaña.

—Vayan, pero no regresen muy tarde —dijo está más tranquila pero aún así un poco molesta.

***

—¿Qué tal está? —la castaña sujetaba una camisa azul floreada y el ruloso simplemente ladeo la cabeza.

—No se, no creo que sea los gustos de Louis. —el ruloso hizo una mueca.

«Harry... ¿te vino el período? pareciera que estás en tus días, ojala te calmes y escojas algo»

Harry fruncio el ceño ante lo que había dicho su consciencia.

—¿Y si optamos por otro regalo? mmm... ¿qué te parece unos zapatos? —la castaña alzo una ceja esperando su respuesta, el ruloso asintió por lo tanto lo agarro de la mano y salieron corriendo de la tienda.

Al salir se encontraron con una pequeña niña llorando sentada en el piso, debía de tener unos 5 u 6 años, el ruloso y la castaña se miraron entre si al parecer pensaban lo mismo.

Se acercaron a la pequeña y se sentaron a su lado, Isabella acaricio su cabello tratando de calmarla, la pequeña niña los vio y no hizo nada.

—¿Pasa algo pequeña? —dijo Isabella aún acariciando su cabello.

—M-mi mamá me abandono me dijo que no me quería y me dejo aquí —la niña volvió a explotar en llanto.

—Tranquilizate... ¿entonces no hay nadie que te cuide? —le pregunto el ruloso a la niña la cual tenía los ojos llenos de lágrimas.

—¿Harry qué hacemos? no podemos dejarla aquí sola, alguien malo podría venir y hacerle daño.

—¿Qué tal si nos la llevamos? —contesto el ruloso.