03. Confusiones, desayunos y madres molestas.

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—¡Harry! —escucho decir a la castaña desde arriba.

El ruloso se paró cansado, toda la noche no pudo conciliar el sueño pensando en el beso que su mejor amiga le había dado, eso no estaba bien y lo peor de todo era que el se lo había devuelto, se sentía sucio ¿por qué lo hizo?

—¡Allá voy! —grito este desde la sala.

Subió con cierto cansancio las escaleras.

—Al fin llegas —dijo esta al ver al ruloso recostado en el marco de la puerta—. ¿Puedo quedarme a dormir aquí?

El ruloso frunció el ceño.

—No me refiero a dormir ahora, me refiero a dormir está noche aquí —el ruloso asintió no le haría mal un poco de compañía—. Me siento de lo peor no recuerdo nada de anoche.

Este la miro con los ojos abiertos como unas pichas.

—No hiciste nada malo —la castaña soltó un suspiro de alivio—. Sigues siendo virgen —este río a lo que la castaña agarró la almohada y se la tiró—. ¡Hey!

—Callate ¿okay? Tú también eres virgen —alzo una ceja divertida.

— ¿Cómo lo sabes? —el ruloso alzó una ceja y se acerco a la castaña sentándose en la orilla de la cama— ¿Eh?

— ¿Qué? ¿Louis y tú...? —esta unió sus dedos para que el ruloso entendiera a se refería.

—No —negó levemente y luego soltó una pequeña risa—. ¿Por qué esa cara? Si Louis y yo hubieras echo eso yo no le vería el asco.

—Es que quiero que pierdas tu virginidad conmigo y no con Louis —bromeo esta.

Ambos soltaron unas sonoras carcajadas, Harry sabía bien que su amiga estaba bromeando, la verdad siempre hacen ese tipo de bromas, a Isabella no le importa mucho, ellos tenían bien en claro que eran amigos y sólo eso, y como Harry era gay estaba claro que no podían ser mas que amigos.

El ruloso recordó el beso de la noche pasada, y ahora tenía esos labios al frente, quería besarla, por lo cúal se relamio los labios

— ¿Qué hay para comer? —la castaña movía sus dedos suavemente por los rulos de Harry.

—Si sigues moviendo tus dedos así, te prometo que desde este instante dejarás de ser virgen —la castaña soltó una risa creyendo que el ruloso estaba bromeando cuando en realidad no era broma.

Este sujeto las caderas de la castaña y la apego más a él.

—Hey, cuidado saltamontes, te estás pasando.

Y ahí fue donde el ruloso se dio cuenta de lo que estaba haciendo, estaba apunto de besarla y quería hacerla suya, nunca había tenido pensamientos así de su amiga no entendía que estaba pasando.

«Estas enloqueciendo, Harry» habló su consciencia.

—Te ves hermosa —dijo sarcásticamente tratando de olvidar lo que paso anteriormente e Isabella soltó una risa falsa.

—¿Tan mal estoy? —hizo una mueca.

—Pareciera que una vaca paso su lengua por todo tu cuerpo... nada grave —aclaro el ruloso.

—Gracias, que útil saberlo —bufó.

Harry rió sonoramente y se paro de la cama, le hizo señas a la castaña de que iría a preparar el desayuno y salio de la habitación esta lo siguió saltando tal cual como niña pequeña.

—¿Que quieres para desayunar? —dice Harry entrado a la cocina mientras Isabella se sentaba.

—Unos panqueques al estilo Styles —bromeó y Harry sonrió abriendo la nevera.

Su sonrisa se borró al ver la nevera casi vacía, él y su madre eran lo suficientemente flojos para no salir y comprar comida.

—¿No hay nada, cierto?

—No —negó cerrando la nevera y la castaña bufó hambrienta.

Se escuchó sonar un teléfono en la sala, por el tono de Justin Bieber el ruloso pudo distinguir fácilmente que se trataba del de su mejor amiga, la castaña se paró rápidamente y se dirigió a la sala a atender el teléfono.

No es que Harry fuera un chismoso ni nada por el estilo pero le daba curiosidad saber quien la llamaba y que deseaba así que pegó su oreja a la puerta tratando de escuchar la conversación.

—Como sea, estoy bien —exclamó Isabella—. Ya, ya voy, no me grites.

El ruloso frunció el ceño confundido, ¿quien la llamaría y le estaría gritando? ¿por qué tan temprano?

—Mamá, Harry se encargo de que yo estuviera bien, cálmate —asintió entendiendo que se trataba de su madre, ahora las cosas cobraban sentido.

Sintió un fuerte golpe en su cabeza y se tiró al piso adolorido, la castaña alzó una ceja burlona.

—Mi mamá llamó para que me fuera, por si no escuchaste bien la conversación.

—Me alegro —alzó su pulgar derecho mientras se sujetaba la cabeza con la otra mano e Isabella suspiró.

¿Enamorada De Un Gay? 》h.s. 》l.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora