Chiara's Pov.
—Adelante... —Le indico—. Solo dame un momento que prepare el equipo.
—Gracias por atenderme. —Me dice.
Me quito el abrigo y dejo mis cosas. Me estaba poniendo la bata cuando la veo acomodarse en la silla.
—¿Qué te ha pasado? Dijiste que te golpearon... ¿Estás bien?
Podía ser un caso de violencia doméstica y tenía que corroborar.
Ella niega con una sonrisa y me acerco a lavar mis manos mientras la escucho.
—Mi compañera de piso fue a por unas pizzas, pero la idiota tardaba mucho. Yo me moría de hambre así fui a buscarla cuando de repente abrió la puerta con fuerza. —Contó y solo imaginar el momento me generó dolor—. Así que en tanto vi la situación corrí en busca de un médico.
—Vaya fuerza tiene tu amiga, ¿a qué gimnasio va? —Bromeo intentando tranquilizarla. —No te preocupes, seguro que no es para tanto.
Me acerco para inspeccionarla. Tenía el labio cortado por el impacto del golpe y su incisivo central había sufrido una fractura en el borde, así que era sencillo de arreglar a pesar de no ser dentista.
—El golpe solo te fracturó el borde incisal así que voy a hacerte una restauración estética del incisivo derecho, será rápido y no requiere anestesia.
En cuanto a la nariz...
—Oye, ¿qué es eso? —pregunto mirando su mano.
—El qu...-
Suelta un grito de dolor cuando, tomándola por sorpresa, agarro su nariz y la vuelvo a colocar.
—Perdona, pero ya he pasado por esto antes y es mejor que pase rápido.
La pelirroja me mira con el ceño fruncido pero asiente.
Tomo una gasa y comienzo a limpiar la sangre de nariz, sin poder evitar observar la forma tan bonita que tiene.
—Vale, ahora arreglemos ese diente. No va a doler, te lo prometo.
La chica suspira y asiente.
El proceso era rápido pero tendría que recetarle analgésicos para el dolor, pues tanto la nariz como las encías se le iban a inflamar durante estos días. Me acerco y comienzo a comparar los colores de la resina dental para ver cuál coincide con el color natural de sus dientes.
A medida que comparo el color noto que me mira, y aunque ese gesto era normal en los pacientes, su mirada me dejaba tensa. ¿Por qué me mira tanto?
Aplico la resina con delicadeza y con cada capa fina de material colocado uso la luz de foto curado para endurecerla.
Después de terminar el procedimiento me dedico a terminar detalles.
—Voy a recetarte un analgésico para el dolor. —Le comento y observo sus ojos nuevamente en los míos—. Ya casi termino.
—Tiene unas manos muy ágiles, doctora.
Levanto mis cejas del asombro , pues noto ironía en sus palabras. ¿Qué había querido decir?
—¿Puedo preguntar el nombre de mi héroe?
Sonrío mientras tomo analgésicos y gasas. Limpio su herida del labio poco a poco mientras le contesto.
—Me llamo Chiara. ¿Y tú?
—Violeta. —Dice pero se detiene para que le aplicara la crema, de la cual se quejó cuando tocó su labio.
Terminé de curar su labio y la miré sin alejarme.
—Es un gusto atenderte, Violeta. —Le indico—. Sugiero que apliques unos cubitos de hielo envueltos en un paño, o si puedes chuparlo con los labios, mejor. El frío ayudará a bajar la inflamación y a terminar de cortar la hemorragia.
Me alejo y comienzo a quitarme la bata mientras la escucho.
—Por cierto, me muero de hambre. ¿Sabes de algún lugar para comer?
Oh, ese tono de nuevo. ¿Qué trata de hacer? Trago saliva y sintiendo que mis manos me tiemblan, espero para contestarle.
Me acerco a mi bolso y lo abro para sacar un alpro lima limón que tenía dentro. Se lo entrego junto a un palillo de consulta y me mira entrecerrando los ojos.
—Deberías evitar los alimentos sólidos por esta noche. Esto te quitará de la urgencia pero te recomiendo que cenes sopa.
Tras tomar mis cosas nuevamente, nos acercamos al escritorio de Martin (el cual ya se había ido) para cobrarle la consulta. Me entrega su tarjeta de crédito y le cobro mientras siento su mirada sobre mí.
¿Por qué me mira tanto?
—Gracias por el yogurt. —Me dice y sonrío regresándole la tarjeta—. Y gracias por atenderme. ¿Cómo puedo devolverte el favor?
—Ya lo has hecho. —Digo señalando la tarjeta con una risa y apaguo el ordenador de Martin—. Me alegra haber podido ayudarte en esta emergencia.
La acompaño hasta la puerta luego de apagar todo, cierro y cuando me giro Violeta sigue ahí mirándome.
—Muy bien... —Digo—. Creo que iré por una hamburguesa. A mí no me han roto la cara de un portazo, a ti si. Te sugiero que te cuides la nariz por un tiempo, y ante cualquier emergencia...
—Serás mi héroe. —Dice, interrumpiéndome.
Le asiento y sonrío para luego irme tras hacerle un gesto de adiós con la mano. Camino unos pasos y me giro, pero ya se ha ido.
Trago saliva y me encamino a casa.
Qué extraña había terminado mi jornada.
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Violeta's Pov.
No podía ser cierto.
Esto parecía obra del destino.
¡Era ella!
No pude decirle que soy estudiante de tercer año de medicina, no pude. Me pareció adorable su atención y me hice la idiota. Pero mientras estaba de pie con el yogurt que me había regalado en la mano, recordé las innumerables veces que me quedé así, de pie, observándola en sus prácticas por largos periodos de tiempo.
Sé que la dejé nerviosa más de una vez con mis comentarios. Y observar cómo se dio la vuelta tras haberse alejado...
Entro a mi apartamento y me espera Denna, muy nerviosa.
—¡Lo siento! —Me dice llorando—. No era mi intención lastimarte. Pagaré tu operación o lo que sea que hayas recibido.
—¿Sabes qué? —Le digo y tomo su rostro con una mano —. Solo por hoy, te perdono.
—¿Por qué? —Pregunta y luego frunce el ceño mirando mi otra mano—. ¿Te has comprado un yogurt? ¿A estas horas?
—Es el mejor yogurt del mundo. Definitivamente.
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Doctora | kivi
FanfictionDonde Violeta tiene la nariz fracturada y no encuentra ningún consultorio abierto por la noche y Chiara es la dueña de una clínica privada, cansada de una larga jornada ... kivi