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Violeta's Pov.

Hemos terminado la jornada de hoy, Martin acaba de irse. Chiara me dice que nos quedemos un poco más, ya que quiere explicarme cómo leer correctamente una tomografía.

— Ven, acércate a mirar. Para hacer un diagnóstico preciso, la clave es prestar atención a los detalles más pequeños—me dice mientras me lo explica—. Este puntito tan pequeño de aquí es el comienzo de un tumor. Como lo hemos detectado rápido, el paciente no necesitará de quimioterapia y comenzaremos lo antes posible con la extirpación.

Chiara me está enseñando su técnica y juro que quiero poner atención, pero tenerla tan cerca es un tormento. Se nota que es apasionada con lo que hace, y me inspira muchísimo.

Me entrega otra tomografía distinta y trato de concentrarme en lo que tengo que hacer. Pero no ayuda que estemos las dos agarrando la imagen, nuestras manos tocándose. No puedo dejar de mirar su cara perfecta.

— Vale. Mira esta de aquí. ¿Ves algo raro? —continúa.

Miro la imagen en blanco y negro. Es un poco difícil de distinguir, pero tras unos segundos mis ojos se centran en algo raro.

—Aquí. Hay un pequeño bulto en la mama derecha.

—¿Es un tumor? —Me pregunta, evaluándome.

Lo pienso durante unos segundos antes de hablar.—No. Tiene líquido dentro, lo más seguro es que se trate de un quiste.

—¿Y como lo quitarías?

Miro a mi alrededor buscando el instrumento correcto. Lo veo en una vitrina y lo agarro.

—Con esto; una aguja fina para aspirar el líquido. En unos días habrá desaparecido.

Chiara me mira orgullosa con una gran sonrisa.

—Muy bien, pero la estás agarrando mal —dice y procede a enseñarme a sujetarla bien.

— Me encanta que me estés enseñando a ser precisa con los movimientos de mis manos. Vamos avanzando, doc.

Le digo, y ella me mira sorprendida, un poco sonrojada.

— Prometiste comportarte y ser profesional —responde con seriedad.

Sonrío y niego, mirándola a los ojos.

— Prometí ser profesional durante el horario laboral —le respondo, y ella abre la boca sin decir nada—. Pero el horario laboral ya ha terminado, así que técnicamente no eres mi profesora ahora.

— Eh... yo... eh...

Empieza a tartamudear y no puede formar una frase. No puedo evitar reírme, se ve tan dulce. No quiero molestarla, así que me alejo y me pongo de pie. La tomo de la mano.

— Es viernes. ¿Por qué no pedimos algo para llevar y vamos a mi apartamento a ver una película?

— ¡Sí! —dice casi gritando con una sonrisa enorme—. ¡Sí, vamos! ¡Vamos!

Eso sí que me sorprende. No esperaba una respuesta tan rotunda de ella. Pensaba que tendría que convencerla, pero la miro levantando una ceja y abre los ojos como platos, tartamudea y se pone más roja.

La ayudo a cerrar la clínica y nos dirigimos a un local a paso lento. Hablamos de lo que me va a enseñar en los próximos días, pero mi mente solo está en una cosa: quiero tomar su mano mientras caminamos.

LLegamos, hacemos nuestro pedido y el empleado ya no se extraña de que pidamos un par de juguetes y los agregue al pedido. Nos los da y, tras cobrarnos, nos muestra.

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⏰ Última actualización: Nov 08 ⏰

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Doctora | kiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora