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Violeta's Pov.

Era demasiado tarde. Solo deseaba llegar a casa, comer y dormir.

¿Se habrá comido Denna todo de nuevo? Sé que podría comprar algo de camino, pero sinceramente no tengo ni fuerzas para esperar a que me preparen algo de comer. Juro que mato a mi amiga si llego y veo que ha arrasado con todas nuestras provisiones de nuevo.

Nunca creí que sentiría la necesidad de llorar con tan solo ver el edificio donde vivo. Acomodo el asa de mi mochila sobre mi hombro, estiro la espalda y el cuello sintiendo un crujido. 

¡Mierda! Me duele todo.

—Vamos, Vio —me digo a mí misma—. Solo un pie, luego el otro... ya casi llegas a casa.

Y por mucho que mi mente tenía la fuerza de voluntad de realizar ciertas acciones, la práctica de hoy se había encargado de agotarme completamente, por lo que me toma varios segundos encontrar esa fuerza, pero lo logro. 

Al entrar, no me extraña ver a Denna tirada en el sofá con su teléfono. Sabía lo que estaba haciendo.

—Déjame adivinar... —le digo, y no quitó la mirada del aparato a pesar de mis palabras—. Estás hablando de nuevo con tu novio.

—No es mi novio. —dice, y muerdo mi labio riéndome.

—Ni is mi nivio... —la imito ridículamente.

Tras decir esas palabras, me mira un poco mal pero me enseña su pantalla.

—Debes admitir que es guapo. —dice y me hace un gesto con su mano para que me acerque—. Ven, dale tu aprobación lésbica.

Me rio y dejo mis cosas en la entrada. Me acerco a ella y me dejo caer a su lado.

—No está mal si tenemos en cuenta a tus novios anteriores.

Arrastro el dedo en busca de más fotos. Es entonces cuando noto a una chica pelinegra en una de ellas. Frunzo el ceño al ver su cara y me acomodo en el sillón, acercando la pantalla a mis ojos para verla mejor. 

¡No puede ser!

Denna se estaba levantando para ir por comida, pero la tomo de la ropa y la tiro hacia atrás. Tambalea y mueve sus manos buscando de nuevo el equilibrio, pero no me importa; le señalo la foto.

—¿Sabes quién es ella? —le pregunto con urgencia y me asiente.

—Me has asustado, loca. —dice y acomoda su pelo detrás de su oreja, típico de ella—. Es la mejor amiga de Alex.

—Tiene que ser una maldita broma —digo más para mí misma que para ella. 

¿Es esto es una señal de los ángeles, Dios o de la mismísima Beyonce?

(Gracias Beyonce por permitirme escribir esto  🙏🏻🙏🏻)

Miro la foto de nuevo en busca de su usuario, pero no hay nada, solo algunos comentarios amistosos. ¡No hay usuario! 

Denna vuelve a levantarse y la tomo de la ropa de nuevo para sentarla.

—¿Cuál es su nombre de usuario? —le pregunto y me mira extrañada—. No está etiquetada en ninguna foto. 

—Porque no tiene Instagram. —dice y eso me sorprende—. Es muy reservada, no le gustan las redes sociales.

—¿Puedes darme su número? —le pregunto y niega.

—No lo tengo, solo se lo da a las personas cercanas como Alex. —dice y se libera de mi agarre en su chaqueta—. ¿Quieres comer o no? ¡Suéltame ya! Parece que te la quieres comer a ella.

Bufo y regreso a mirar la foto donde está con ella. Sonrío, pues se veía muy guapa. ¡Es demasiado adorable!

—¿Por qué tanto interés de repente por Chiara? —me pregunta, sacando una sopa instantánea y metiéndola al microondas—. Sí, sé que es tu tipo, pero parece que no sé... hubieras encontrado oro.

—Es que ella es mejor que cualquier lingote de oro... —comento y regreso a la foto, sonriendo como idiota.

Miraba la pantalla como Denna miraba a Alex, como una completa imbécil. 

Se acerca con mi sopa, por lo que la tomo, miro bien el usuario de Alex para recordarlo y me retiro a mi cuarto. 

Dejo mis cosas en un rincón, la sopa sobre el escritorio y me siento en la silla tomando mi teléfono. Busco el usuario de Alex y lo encuentro fácilmente, notando que ya me seguía.

Sintiéndome una estúpida, la sigo de regreso y aprovecho para mirar las fotos. 

Noto que en varias fotos que tiene con Chiara, está en una hamburguesería, y da la casualidad que todas son de noche. ¿Será que hoy también van? Miro la hora y noto que son cerca de las diez. No era tan tarde. 

Sí, podía ser posible. 

El día que conocí a Chiara me había dicho que iría por una hamburguesa, y ese día también eran casi las diez.

Tenía que intentarlo. 

Dejo las cosas ahí y corro a darme una ducha. La ducha más express de mi vida.

 Al terminar, regreso y busco un conjunto casual pero bonito, dejándome un escote bastante pronunciado. Tras maquillarme y verme lo más atractiva posible, tomo mis cosas y salgo de mi cuarto, olvidándome totalmente de la sopa que me había hecho Denna.

—¿Vio? —dice la rubia con el ceño fruncido cuando me ve dirigirme a la puerta—. ¿Se puede saber a donde diablos vas a esta hora? ¡Es tardísimo! 

No respondo. 

Agarro mi abrigo y salgo del apartamento.

Tenía una misión.

Doctora | kiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora