8

30 7 2
                                    

El grupo de Konoha avanzaba con calma, aunque una tensión invisible empezaba a formarse. Naruto frunció el ceño y volteó rápidamente hacia su hermano.

—Aniki...

—Lo sé. Prepárense, nos emboscarán —respondió Menma con firmeza.

Naruto, Sasuke e Ino se agruparon rápidamente junto a Kakashi y Guy, mientras Búho y Comadreja tomaban la delantera.

—Ino, ven conmigo. Naruto y Sasuke, con Guy. Comadreja y Búho, irán al frente —ordenó Kakashi.

Naruto, alerta, gritó antes de que la emboscada estallara a su alrededor:

—¡Ya vienen!

De repente, cientos de shinobi de Iwagakure saltaron desde todas las direcciones, rodeándolos completamente.

***

A lo lejos, en un punto elevado, El Rayo y El Halcón observaban las ruinas de Konoha. El paisaje desolado apenas daba señales de lo que alguna vez fue la Aldea Oculta de la Hoja: ni siquiera la Torre Hokage seguía en pie. Era como si no quedara nada de lo que una vez amaron.

—Mi aldea... —murmuró El Rayo, con una mezcla de nostalgia y furia contenida—. Los destruiré... destruiré a esos malditos.

El Halcón posó una mano en el hombro del Namikaze, intentando calmarlo.

—Lo haremos. Konoha volverá a ser lo que fue.

***

—¡Katon: Gokakyu no Jutsu!

Una inmensa bola de fuego se dirigió al frente de los soldados de Iwa, desatando el caos. Entre las llamas, Naruto aprovechó para multiplicarse y cargar contra los primeros enemigos, lanzando un Rasengan a uno de ellos y dispersando varios con una serie de golpes rápidos.

—¡Eso es todo lo que tienen! —gritó Naruto, esquivando y lanzando un kunai explosivo hacia otro grupo.

Sasuke activó el Chidori y corrió a su lado, cortando a los enemigos con una velocidad feroz.

—No bajes la guardia, dobe —le dijo mientras destrozaba a dos oponentes—. ¡Todavía hay muchos más!

—¡Kagemane no Jutsu! —gritó Ino, controlando a un grupo de shinobis y manteniéndolos a raya mientras Kakashi los abatía con una serie de tajos precisos.

Los shinobis de Iwa respondieron con una ráfaga de jutsus de Doton, levantando rocas y lanzándolas hacia el equipo de Konoha. Guy intervino, destruyendo las rocas a puñetazos y, en el proceso, lanzando varios enemigos hacia atrás.

—¡Mi juventud arde intensamente! —exclamó Guy, enérgico, mientras lanzaba una patada voladora que derribaba a cinco oponentes.

Menma, en medio de la refriega, se enfrentaba a una veintena de shinobis que lo rodeaban. Con un grito, activó su chakra de forma intensa y su figura comenzó a moverse con una rapidez letal. Uno a uno, los shinobis caían, sin poder resistir la destreza y el poder del pelirrojo.

Sin embargo, en medio de la batalla, dos figuras imponentes aparecieron: Han y Roshi, los Jinchuuriki de Iwagakure. Menma se giró al verlos, su mirada se  encendio de desafío.

—Así que decidieron unirse a la fiesta —dijo Menma, sacando un kunai.

—Son ordenes dr Iwa, Namikaze —gruñó Roshi, activando su chakra de lava.

Han no dijo nada, pero su chakra de vapor comenzó a emanar, haciendo que la temperatura alrededor de él aumentara peligrosamente. Sin esperar un segundo, Roshi lanzó una enorme ráfaga de lava en dirección a Menma, que apenas pudo esquivarla. el Namikaze intentó atacar por el costado, pero Han lo recibió con un golpe devastador que lo lanzó varios metros atrás.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cicatrices (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora