Capítulo 4

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Al día siguiente Luke no podía sacarse de la cabeza a Joss. No era solo que no entendía que lo hubiera rechazado, simplemente no podía dejar de pensar en su dulce sonrisa. Todavía sentía calor donde los labios de Joss lo habían besado.

Se había pasado la mañana en una reunión y en cada momento libre había estado pensando en él. ¿Qué diablos le estaba pasando? No era un adolescente para actuar de esa manera.

Decidió dejar de comportarse como un niño y tomar el toro por las astas, aunque para eso tuviera que recurrir a su peor pesadilla y cupido infernal.

Lee.

Su amigo siempre estaba tratando de emparejarlo con alguien y cuando le pidiera el teléfono de Joss de seguro que iba a recibir más de un comentario.

Golpeó suavemente y entró en la oficina de Lee.

—¡Hola! —Le dijo su amigo con una sonrisa de oreja a oreja—

¿Y cómo te fue anoche con Joss?

Levantó lo hombros quitándole importancia.

—Solo fui a dejarlo a su casa.

—¿Nada más?

—¿Qué querías? ¿Qué lo sedujera en el carro?

—Oh vamos, lo noté en tu voz anoche. Joss te gustó, admítelo. Es tu tipo, moreno, lindo, muy dulce, simpático, responsable y divertido. Además...

—Ya detente, ¿Qué estás haciendo? ¿Tratando de convencerme?

Sé que es lindo, es muy lindo y me gustó mucho, ¿satisfecho?

—¿Y entonces por qué no lo invitaste a salir?

—¿Quién dice que no lo hice? —Lee sonrió satisfecho— Pero me dijo que no, así que no te alegres tanto.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Dijo algo sobre que no estaba bien, y que no sería justo para mí. ¿Sabes si tiene alguna enfermedad o algo?

—Maldición. —Le dijo Lee tirando su lápiz sobre el escritorio— Nada físico pero es agarofóbico.

—¿Agarofóbico? ¿Qué es eso?

—Es lo contrario a la claustrofobia, no soporta estar en lugares abiertos, con mucha gente, se siente seguro en lugares cerrados. Apenas y sale de su casa para trabajar.

—Pero me dijo que tomó el metro. ¿Cómo soporta el metro?

—Con mucho esfuerzo. Una vez se lo pregunté, se pone audífonos con la música muy alta, escucha siempre rock pesado, dice que le ayuda a aislarse. Ya no está en la etapa más seria. Estuvo meses sin salir de su casa. El que aceptara venir al despacho a revisar las computadoras fue un gran logro, pensé que ya estaba saliendo de eso.

Ahora tenía sentido lo tenso que estaba en el automóvil cuando salieron a la calle.

—¿Eso no tiene cura?

—Supongo que con terapia. Estuvo tratándose hace unos años, pero lo dejó. ¿Eso te hace perder el interés en él?

¿Lo hacía? No, ni un poco. Si Joss necesitaba estar encerrado para sentirse bien, con gusto se encerraría con él. De hecho varias interesantes y sexys ideas se le venían a la mente al pensar en encerrarse con Joss.

—¿Me darías su número de teléfono? —Levantó la vista para ver a Lee con una gran sonrisa anotando el número de Joss en un papel.

—Quieres dejar de sonreír de esa forma. —Le dijo quitándole el número a Lee.

Lonely - Heart #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora