La Dulce Tentación del Amanecer
Habían pasado algunos días sin que Elise y Lucas se vieran. Elise intentaba retomar su rutina en la librería, aunque cada rincón le traía el recuerdo de su última conversación. Los libros se acumulaban sobre el mostrador, pero cada vez que abría uno, las palabras parecían evocar la presencia de Lucas, como si él estuviera en cada línea. ¿Cómo era posible que alguien que había conocido hacía tan poco pudiera estar tan arraigado en sus pensamientos?
Una tarde lluviosa, mientras acomodaba unos libros en las estanterías, el sonido de la puerta la sacó de sus pensamientos. Al girarse, vio a Lucas, empapado por la lluvia, con el cabello desordenado y una sonrisa que mezclaba timidez y alegría.
—¿No puedes esperar a estar seco antes de venir aquí? —bromeó Elise, tratando de ocultar su sorpresa y su felicidad al verlo.
—No podía esperar a verte a ti —respondió él, mirándola intensamente.
Atrapados en esa intimidad inesperada, Elise le ofreció una toalla y un café caliente. Mientras él se secaba, sus ojos se encontraron una y otra vez, como si hablaran en silencio, sin necesidad de palabras. La atmósfera en la librería era cálida, y el sonido de la lluvia en el exterior hacía que todo se sintiera como un pequeño refugio solo para ellos dos.
Una conversación sin máscaras
Con el tiempo, el café se enfrió en sus tazas mientras ambos compartían historias sobre sus vidas, sus sueños y sus miedos. Elise no podía evitar sentirse vulnerable al abrirse de esa manera, pero la forma en que Lucas la miraba le daba confianza, como si todo lo que dijera fuera importante.
Después de un silencio cómodo, Elise se armó de valor y finalmente se atrevió a preguntar:
—¿Lucas, cuánto tiempo piensas quedarte en París?
Lucas tomó un sorbo de su café, sus ojos llenos de pensamientos que parecían debatirse internamente.
—La verdad... no lo sé. Vine para un proyecto temporal, para encontrar algo de claridad en mi vida. Pero desde que llegué aquí, todo ha cambiado. Hay algo en esta ciudad, en ti, que me hace querer quedarme —dijo, su voz llena de sinceridad.
Elise sintió que su corazón latía más rápido. Aunque sabía que su relación con Lucas era complicada, sus palabras la hicieron imaginar, aunque fuera solo por un momento, que tal vez había un futuro para ellos. Pero había algo que no podía ignorar, una pregunta que rondaba en su mente desde el inicio.
—¿Y Camille? —preguntó, bajando la mirada.
Lucas suspiró, su expresión cambiando de una ligera sonrisa a una expresión de preocupación.
—Es complicado, Elise. La quiero, pero nuestra relación ha sido difícil desde hace mucho. Conocerte a ti me ha hecho replantearme muchas cosas, pero... no quiero lastimarla.
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Nuestro destino en Paris
RomanceEn el encantador entorno de París, Elise, una apasionada librera del barrio latino, y Lucas, un arquitecto recién llegado de Bruselas, se cruzan en un momento inesperado que cambiará sus vidas. Mientras Elise vive rodeada de libros y poesía, Lucas e...