Capitulo 1

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París siempre ha sido la ciudad de los sueños y las casualidades, donde las almas se encuentran y los destinos se entrelazan de forma inesperada. Fue en una mañana soleada de primavera cuando Elise y Lucas se cruzaron por primera vez.

Elise, una parisina de espíritu romántico, trabajaba en la librería La Plume Poétique, un pequeño lugar escondido entre las calles empedradas del Barrio Latino. Su rutina era simple: cada mañana preparaba un café, abría la librería, colocaba flores frescas en el mostrador y se sumergía en las páginas de algún libro olvidado. Su vida transcurría entre las novelas y poesías, y aunque le encantaba cada rincón de ese lugar, sentía que algo le faltaba.

Por otro lado, Lucas Moreau había llegado a París hacía poco más de un mes. Su vida en Bruselas le había dejado un vacío inexplicable, y aunque su trabajo como arquitecto era exitoso, siempre había querido descubrir si París podría ofrecerle algo más. Con el plano de una ciudad nueva en sus manos y el corazón abierto a lo desconocido, comenzó a pasear por las calles sin rumbo fijo.

El encuentro

Una tarde, mientras Lucas deambulaba por el Barrio Latino, quedó atrapado en una pequeña calle adornada de flores y farolas antiguas. Allí, su mirada se posó en el escaparate de La Plume Poétique, donde vio a Elise, distraída, colocando libros en un estante. Fue como si una chispa iluminara algo en su interior; algo en esa escena le pareció encantadoramente parisino.

Lucas decidió entrar, y al hacerlo, sintió el olor a libros antiguos mezclado con el perfume suave que llenaba el aire. Elise alzó la mirada y sonrió, sorprendida de ver a un extraño en su pequeño rincón literario.

—Bonjour, bienvenue —dijo con una voz suave y tímida.

—Bonjour... —respondió Lucas con un toque de nerviosismo. Miró alrededor, tratando de calmar su sorpresa y el inesperado interés que sentía por ella—. ¿Tienes alguna recomendación de poesía francesa?

Elise sonrió levemente y, como siempre hacía, le habló de uno de sus autores favoritos. Lucas la escuchó atento, atrapado en su forma de hablar, en su delicadeza. Cuando él salió de la librería, ella sintió un pequeño cambio en su día, una chispa que hacía tiempo no sentía.

La chispa del reencuentro

El destino quiso que sus caminos se cruzaran de nuevo. Un par de días después, en una galería de arte local, Elise reconoció a Lucas en una de las salas. Él estaba observando un cuadro con la misma intensidad con la que había escuchado sus palabras en la librería.

Al verla, sus rostros se iluminaron de sorpresa y algo más profundo. Comenzaron a hablar sobre el arte, sobre la ciudad y sus rincones escondidos. Las palabras fluían como si se conocieran desde siempre. Fue en esa noche cuando, entre copas de vino y una vista espectacular del Sena, sus miradas se encontraron de una forma diferente, como si sus corazones se hubieran puesto de acuerdo en ese instante.

Amor prohibido

Sin embargo, las cosas no eran tan simples. Lucas tenía un compromiso con otra persona, Camille, una joven artista que había conocido en su país y que planeaba mudarse a París para vivir con él. Aunque su relación estaba llena de altibajos, él se sentía atado por una promesa hecha y una lealtad que no quería romper.

A pesar de eso, su atracción hacia Elise se hizo cada vez más fuerte. Se encontraban en cafés escondidos, paseaban por las orillas del Sena y compartían secretos bajo las estrellas. Elise, aunque sabía de su situación, se dejaba llevar por esos momentos, negándose a pensar en el final.

Despedida pospuesta

Mientras caminaban por la orilla del Sena, Elise y Lucas sintieron el peso de una noche cargada de sentimientos y secretos. Llegaron a un pequeño banco bajo un farol, el reflejo de las luces parpadeando en sus miradas cómplices. Aunque sabían que sus caminos eran complicados, ambos evitaban enfrentar la realidad que los separaba.

—Lucas, ¿esto tiene un final? —preguntó Elise, su voz apenas un susurro.

Él la miró, con el rostro lleno de duda y deseo.

—No lo sé, Elise. Todo esto es una locura... pero no puedo alejarme de ti —admitió, tomando su mano con suavidad.

Elise suspiró, consciente de la situación con Camille, pero incapaz de resistirse a los momentos robados que compartían. París se había vuelto un escenario secreto para ellos, un laberinto de rincones escondidos donde podían escaparse de la realidad, aunque fuera solo por un instante.

Así, siguieron su aventura en secreto, encontrándose en cafeterías de calles poco transitadas y paseando por parques olvidados, sus encuentros llenos de palabras susurradas y miradas intensas. París les ofrecía un refugio lejos de las miradas, donde cada paso que daban los unía más, aunque supieran que su historia se construía sobre una base inestable.

Ambos eran conscientes de que en algún momento tendrían que enfrentar las consecuencias, pero, por ahora, prefirieron dejarse llevar, creyendo que las calles de París siempre les brindarían un escondite donde su historia pudiera continuar.

Ambos eran conscientes de que en algún momento tendrían que enfrentar las consecuencias, pero, por ahora, prefirieron dejarse llevar, creyendo que las calles de París siempre les brindarían un escondite donde su historia pudiera continuar

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HOLAAAAA, soy la escritora de esta historia. Si quieren más capítulos déjenlo saber con votos😁

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