☕ Capítulo 23 ☕

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― ¿Qué es todo esto? ―pregunta Yoongi entrando al departamento, seguido de cerca por Namjoon, que observaba alrededor con gesto serio.

― ¿Eh? Ah, yo sólo... Estaba por cocinar.

El mayor mira lo que Jungkook tiene sobre la barra de la diminuta cocina. Había varias cajas de harina de arroz, pasta de frijol dulce y otros ingredientes que no consigue reconocer.

― ¿Necesitas todo esto para preparar fideos instantáneos? ―cuestiona Namjoon, conociendo las limitadas habilidades culinarias del menor del grupo.

Yoongi se acerca a su hermanito. El color oscuro de su ropa hacía destacar las manchas de harina en su camisa y pantalones, pero aquello no parecía molestarle o distraerlo de vigilar la vaporera sobre la estufa. ¿Dé dónde la había sacado?

― Jungkook, ¿Cómo compraste estas cosas?

― No lo hice ―responde sin despegar los ojos del fuego, y moviendo nerviosamente sus manos contra sus costados―. Seokjin-hyung me dejó tomarlas de su cocina.

Namjoon deja de examinar el departamento para mirar a sus dos amigos, volteando tan rápidamente que su cuello pareció ir a dislocarse.

― ¿Aquí es donde vivirás, Jungkook?

― No. Sus cosas y su perro están aquí por casualidad, idiota ―responde Yoongi con incisivo sarcasmo.

― Sólo pienso que podría ser algo mejor...

― Vaya, sonaste exactamente como tu padre ―replica el mayor de los tres, desconcertado y molesto por la actitud del más alto desde el momento en que llegaron al edificio―. ¿Estás diciendo tonterías a propósito, Namjoon?

― Es un comentario, nada más.

― Pues guárdatelos.

― ¿Quieren los dos callarse? ―interviene Jungkook, cuyos nervios ya estaban suficientemente alterados como para lidiar con la estúpida discusión de sus amigos.

El cronómetro que activó en su móvil comienza a sonar, y se apresura a apagar el fuego.

Respira profundo antes de levantar la tapa de la vaporera, y no puede evitar sonreír satisfecho cuando unos suaves pastelitos de arroz son revelados. Apenas podía creer que realmente había sido capaz de hacer ese postre que se había convertido en su favorito desde que conoció a Jimin.

― ¿Pasteles de arroz?

Yoongi no recibe respuesta a la pregunta implícita, pero puede ver un brillo especial en los ojos de Jungkook, que por un breve instante parece volver a ser el mismo que vivía felizmente enamorado de Park Jimin. Eso le da algo de paz a su corazón.

― Lucen muy bien, Kook.

― ¿Vamos a cenar? No puedo quedarme por tanto tiempo, tengo cosas que hacer.

Jungkook y Yoongi miran a su amigo con desconcierto. Si bien ambos sabían que Namjoon solía vivir apresuradamente dividiéndose entre la excelencia académica que su familia le exigía y los compromisos relacionados a ser el heredero del imperio de los Kim, nunca lo habían escuchado hablar con una voz semejante a esa.

― Lamento que el lugar no sea de tu agrado, hyung ―responde Jungkook rodando los ojos.

― No fue lo que dije.

― Cómo sea, estás actuando como un imbécil ―dice Yoongi.

― Lo dice el sujeto que ha estado insultándome los últimos diez minutos ―Namjoon se levanta de la silla en la que se había sentado y se dirige a la puerta―. Los veré otro día.

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⏰ Última actualización: Nov 02 ⏰

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