☕ Capítulo 4 ☕

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─ Hijo, date prisa, los Min están por llegar.

JungKook rodó los ojos ante la insistencia de su madre, los veinte minutos que llevaba batallando con el nudo de su corbata ya lo tenían suficientemente malhumorado. Y pensar que aún debía pasar lo que durara la cena usando ese incómodo traje en su propia casa y fingiendo interés en las conversaciones de su padre y la familia de YoonGi. Se conocían de siempre, ¿por qué debían seguir actuando como si debieran convencerse el uno al otro de hacer negocios en conjunto?

Cuando finalmente bajó al comedor, luego de seguir un video tutorial de cómo atar la maldita corbata, su madre se acercó a asegurarse que de que estuviera perfectamente ataviado, le alisó las mangas del esmoquin, sacudió partículas inexistentes de polvo de sus hombros y centró el nudo de su corbata con una mueca, insatisfecha por su forma.

─ Santo cielo, JungKook, quítate esas cosa de la cara ─le ordenó frunciendo el ceño─. Y los de las orejas también.

─ ¿Por qué no mejor me quedo en mi habitación?

─ Deja de comportarte como un niño, no tenemos por qué pasar por esto cada vez que organizamos una cena.

─ No tendríamos que hacerlo si simplemente me dejaran estar fuera de su agenda social ─Tampoco es que a papá le emocione mucho tenerme presente, pensó mientras se quitaba los piercings de la ceja y el labio, frente a la expresión disgustada de su madre─. ¿Contenta?

─ Por favor, haz un esfuerzo, hijo ─el tono de la mujer se suavizó y lo miró implorante, acunando su rostro en una de sus manos como cuando era un niño. Detestaba que hiciera eso, porque entonces no importaría cuánto quisiera largárse al primer momento en que su padre, intencionalmente, dejara de prestar atención, él se quedaría, aun si pasaba toda la noche al margen.

Asintió, a lo que su madre sonrió complacida.

Una de las empleadas de la casa, la señora Choi, entró a la estancia seguida por el matrimonio Min, y JungKook sintió un alivio inmenso cuando YoonGi apareció tras ellos. Si su hyung estaba ahí, la noche no podía ser tan mala.

...

JungKook creció en un ambiente como aquel. Es más, aquello parecía replicar a la perfección un momento de su infancia, con él sentado en el rincón más alejado del comedor, viendo como la atención de la única persona con cuya compañía esperaba contar para sobrevivir era acaparada por alguien más.

Por supuesto, YoonGi estaba apunto de graduarse, era lógico que su familia estuviera interesada en que se volviera parte activa de los tratos y demás asuntos importantes de sus socios. No había espacio para JungKook en ese lugar, los Min lo sabían, ni siquiera se molestaron en preguntarle sobre la escuela o sus planes futuros; ellos parecían tener tan claro como sus padres ─por mucho que su madre se esforzara en ocultarlo─ que no podían esperar nada de él.

Él tampoco esperaba nada.

Se deslizó hacia abajo en el sillón, perdiendo por completo el porte que se suponía debía mantener usando esa ropa. Sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón y se dedicó a mirar las fotos que sus contactos habían subido a sus perfiles los últimos días, topándose en el proceso con una tomada en Scenery. La reconoció porque al fondo aparecía el mostrador, y cierto pelirrosa parado detrás de la caja registradora.

Observó la fotografía por largo rato, preguntándose si la habrían tomado antes o después de que él entrara a trabajar a la cafetería, y deseando, por un segundo, que no le hubieran dado aquel día libre. Ahora mismo podría estar llevando café frío a esas chicas de secundaría que siempre se sentaban en la mesa del fondo, junto al rincón de lectura, o maldiciendo a Kim TaeHyung por darle más tareas cuando claramente estaba ocupado haciendo las primeras tres que le asignó...

Sincronía ↠ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora