Sincronía ↠ KOOKMIN

☕ Capítulo 8 ☕

Fue vergonzoso.

Habían atravesado una cuadra, demasiado concentrados en la sensación de sus manos entrelazadas, cuando Jimin dijo:

─ Kookie, debía hacer dos entregas en el mismo edificio.

Emprendieron el camino de vuelta luego de que Jungkook regañara al menor por no habérselo dicho antes. Para su fortuna, la orden se entregó en un piso distinto al de Yoongi, por lo que tuvo que arriesgarse a un encuentro incómodo después de marcharse del modo en que lo hizo.

La última entrega fue en un lujoso edificio de la zona de Gangnam. Jungkook esperó a Jimin afuera, con la espalda apoyada en una de las columnas de la entrada. Se entretuvo viendo a las personas que ingresaban y salían del lugar vistiendo ropas que iban de lo elegante a lo glamoroso, como salidos de una revista de modas.

Revisó la hora en su teléfono. Era la 2:30 p.m., su estómago rogaba por comida, y estaba seguro de que Jimin tampoco había almorzado. Buscó en internet reseñas de los restaurantes de la zona; la mayoría eran costosos, lo cual no era un problema para él, pero aunque la opinión de las personas sobre la comida era buena, no lograba convencerlo.

─ ¡Eres la persona con más talento que conozco! ─levantó la vista sólo lo suficiente para vislumbrar a un par de chicos a unos metros de él. Ambos usaban gafas de sol y el de vestimenta más llamativa sacudía el hombro del otro, señalando el edificio─. ¿Qué más da si ese chico te ignoró? ¡No vas a perder esta oportunidad por un pene!

Hubiera querido dejar de prestar atención antes.

Jimin cruzó alegremente las puertas de cristal del edificio, y tanto su mano como la de Jungkook se levantaron para encontrarse en un movimiento automático, igual que un par de imanes.

─ Vayamos por algo de comer. Muero de hambre.

─ ¡Sé de una pizzería muy buena cerca del río Han! ─dijo Jimin, entusiasmado.

─ Bien.

Se dirigieron a la parada de autobús más cercana. Jimin estuvo a punto de caer de espaldas cuando intentó seguir caminando y la mano del mayor se lo impidió.

─ ¿A dónde vas? El autobús se detiene aquí.

─ Oh, ¿tomaremos el autobús? ─preguntó Jimin a su vez.

─ No pensarás en caminar hasta allá ─Jungkook lo miró incrédulo. La expresión despreocupada de Jimin respondió por sí sola─. ¡Son casi diez kilómetros!

─ Suelo caminar a todos lados ─Jimin se vio repentinamente cohibido.

Eso explica que sea tan delgado.

─ No vamos a caminar dos horas por una pizza. Para entonces me habré autodigerido.

─ ¡Puedo preparar algo para ambos en la cafetería! ─sugirió el pelirrosa con una sonrisa.

─ ¿Qué parte de "te mantendremos lejos de la cafetería" no has entendido, Mochi?

Jungkook le pellizcó la nariz, riendo brevemente cuando lo vio hacer viscos. Estudió rápidamente su alrededor, si pasaba un minuto más con el estómago vacío comenzaría a molestarse, y no quería que el pelirrosa fuera el receptor de su mal genio.

Un puesto de comida callejera apareció en su campo de visión, sólo debían cruzar la calle para llegar.

─ Ahí ─señaló con la mano que sostenía la del pelirrosa─. Vamos antes de que empiece a delirar y confunda tus mejillas con pasteles de arroz.