Capítulo 18

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<Varios años atrás>

El sonido de las gradas clamando y vitoreando el nombre de los contendientes, el furor del lugar aumentando la adrenalina a cada instante, el fervor con el que se pedía, no, más bien ordenaba que el tan anhelado comenzará, que supiera lugar el encuentro, que ambos contendientes entrarán al cuadrilátero para que solo uno saliera. Con todo aquel rugido de las personas de fondo, en la entrada derecha del estadio se encontraba Lincoln dando pequeños saltos en el lugar mientras ladeaba la cabeza haciendo sonar su cuello con crujido listo para dar comienzo a los golpes.

Lincoln: Uf... Aquí voy, soy el mejor, puedo hacerlo, solo es una pelea... Uf...

Se preparaba mentalizado para ganar, pero en su mente las dudas le invadían como sombras al acecho, queriendo devorarlo por completo, aún sin comenzar el combate ya algunas gotas de sudor recorrían su seria mirada.

???: My Golden Boy es tan grande cómo un gorila y tan peligroso como un oso... Claro, se dice que él ha comido osos, pero... Ahm... ¿Qué se come a los osos?

Su manejador al costado le alentaba o eso trataba, dándole agua, abanicando le, dándole un masaje en los hombros y dándole una cubeta para que escupa aunque él se negó a hacer eso.

Lincoln: Ahm... No lo sé, ¿Nosotros?

???: ¡Ñegh! Error, los hombres, mí niño, los hombres, ¡Y tú eres un hombre! Qué digo un hombre, ¡Eres, él, hombre!

Ante esto Lincoln no pudo evitar bufar divertido parando su calentamiento y riendo por lo bajo, gracias a él se sentía un poco más relajado.

Lincoln: Tienes razón, voy a ganar... Debo ganar [susurró aquello último cabizbajo, apretando más sus puños cubiertos por los guantes]

Finalmente su canción de entrada comenzó, como señal de partida para uno de los combates más importantes de su vida, uno que lo llevaría a la primera final profesional a la que asistiría y con la cual podría pagar finalmente varias de sus deudas pendientes, pero no solo podría ponerse al día con estas, sino que con el resto del premio podría darle a sus hijas algunos regalos o premios por sus calificaciones, por eventos en los que ganaron o simplemente para mimarlas un poco. Pensar en esto lo llenaba de energía y animos para enfrentar lo que sea y a quien sea.

Caminando al ring hizo un poco de show para sus fans, mostrándose como aquel misterioso hombre poderoso con el que estaban todos fascinados, un humano especial del cual se sabía poco y mil historias se contaban, tanto positivas como negativas, se detuvo a firmar algunos cuadernos, fotos e incluso una que otra parte del cuerpo de mujeres y hombres que le pedían firmase desde sus senos o abdomen las primeras y los brazos o frente los segundos.

Finalmente ya en el ring su contrincante fue también llamado por el referí.

Era un hombre alto, incluso unos cinco o seis centímetros más alto que él, con un cuerpo mucho más musculoso y tonificado, un intimidante cabellera roja alborotada que sumada a su mirada afilada daba la impresión de ser un ex delincuente. Esté a diferencia de él solo caminó sin tanta parafernalia, solo dejaba que le tomarán fotos ignorando a quienes le pedían autógrafo.

Las potentes luces envolvieron el lugar, pero sobre a todo a los dos hombres que estaban ahora frente a frente.

Lincoln: Ha pasado tiempo [habló sin emoción mientras le veía fijamente]

???: Debiste arrojar la toalla cuando tuviste la oportunidad, te romperé cada hueso antes que tú manejador sepa siquiera qué te pasó

Su declaración era acompañada de una expresión indescifrable, parecía sereno, pero a su vez enfadado, tal vez emocionado o desinteresado, confiado en su victoria.

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⏰ Última actualización: Nov 06 ⏰

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Un padre soltero sin igualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora