Capítulo 15

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En la habitación de hospital donde se encontraba Lincoln, esté ahora se encontraba sentado al borde su cama junto a Lucy, quien permanecía cabizbaja en silencio.

Lincoln: Creí... Qué ya no podías esperar jeje

Tratando de bromear rió un poco nervioso, él le pidió que entrará y desde que lo hicieron ella solo se sentó sin decir una palabra.

Lincoln: Esperaba que los años te hubieran vuelto más comunicativa ja ja... Je... Lucy, sí no dices nada esto no funciona

Ya un poco molesto y frustrado por el silencio le habló con mayor firmeza para que de una vez por todas dijera lo que tuviera que decir, no obstante, ella permaneció en silencio irritando un poco más a Lincoln, quien harto de esto exhaló frustrado antes de ponerse de pie, sí ella no diría nada no tenía caso que estuvieran allí, pero al momento de colocarse de pie ella también lo hizo.

Lincoln: Que bien, ¿Ahora hablaras?

Su pregunta con mirada desinteresada alzando una ceja cayó en el vacío ya que Lucy aún de pie se encontraba cabizbaja, está especie de silencio que comenzaba a rodearle de cada persona de verdad comenzaba a estresar lo, pero antes de poder quejarse o pedirle que se retire ella se giró por completo hacía él, provocando que instintivamente diera un paso atrás, pudiendo ahora ver al completo el muy desarrollado cuerpo de su hermana menor quien, a sus veintinueve años se había desarrollado mejor que incluso varias supermodelos, una figura voluptuosa envuelta en su manto negro de chaleco holgado, calzas negras adornadas por un patron floral blanco en la pierna derecha que iba desde el tobillo hasta el muslo, unos pendientes de plata con forma de cruces y un collar a juego del mismo material que poseía además, unos grabados.

A diferencia del pasado ahora dejaba ver su helada mirada carmesí, unos ojos que aterraban a cualquiera que se le acerque, pero que en el pasado lo cautivaron, incluso antes de que todo estallará y, que cuando volvieron a encontrarse desembocó en varias de las noches más apasionadas que pudo llegar a tener.

<Flashback>

Lincoln hace poco había acabado su relación con Luan y con ella, su sonrisa también se había desvanecido, incluso frente a sus hijos el sostener una se había vuelto una labor infernal. Solo quería rendirse en el amor, destruir cada recuerdo de su pasado y olvidar que alguna vez se llegó a enamorar, ya no quería nada, ya no esperaba nada, simplemente Lincoln Loud ya no deseaba absolutamente nada.

En una de las noches donde tuvo que acudir a tres encuentros debido al gran dinero que podían llegar a generar no pudo evitar tras salir del almacén donde se llevaban acabo estás peleas; repasar mentalmente las palabras del organizador.

"Te estás volviendo bueno chico, demasiado bueno. Las apuestas están yendo a tú favor, la gente ya te conoce, confían en qué les partirás la cara, pero... En la vida hay que recibir golpes no solo darlos"

Lincoln: ... "Recibir golpes"... [susurró cabizbajo mientras caminaba de vuelta a su hogar] ¿A caso todos los que recibí no han sido suficientes ya?

Aunque al preguntarse esto, la sombra de sus hermanas parecía manifestarse detrás, incluso dentro del ring podía hacerse la misma preguntas, sus primeros combates, todos perdidos, sus primeras victorias, todas dejándolo casi tumbado en el suelo y con varias lesiones o moretones. Incluso fue del ring recuerda con repudio todo lo que intentó hacer para conseguir dinero sin importarle las consecuencias, todo por la mujer que amaba y por su hija.

Lincoln: Estoy cansado

Admitió para sí mismo desviando su camino de su hogar, dándole la espalda a esté sendero para tomar otro y poder despejar su mente, pero al tan solo imaginar a Liena y Laika dormidas en la entrada como otras veces para esperar su llegada apretó sus puños para dar media vuelta y retomar el camino a casa.

Un padre soltero sin igualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora