" vínculo genuino. " - BillFord.

11.- Decisiones Claras.

Debía admitir que nunca creyó en aquellas narraciones o historias sobre los demonios, realmente nunca lo había hecho. Ahora mismo debía admitir que algunas escrituras tenían la razón, las marcas de su cuerpo que hizo ante la devoción hacia Bill Cipher llegaban a arder en ocaciones momentáneas y repentinas.

Desea no interpretar aquello como una mala señal, aunque el constante olor a muerto le causaba náuseas nuevamente. Con su hermano había logrado un enorme avance al comenzar a comer mejor, se veía más sano después de varios meses. En esos meses pasaban cosas extrañas, las enumeraba en su diario al suponer que significaba algo en especial.

No quería poner a su hermano en peligro pero con el paso del tiempo era inevitable, aún así Stanley era realmente fuerte a puño limpio e incluso con las armas que poco a poco le enseñó a utilizar.

Su hermano tenía una inteligencia que admiraba que este no se percataba.

Las criaturas del pueblo se estaban volviendo exageradamente agresivas, a la luz del día llegaba a ver masacres o asesinatos.

Lo extraño es que las mismas criaturas comenzaban a devorarse a sí mismas.

Las amenazas eran más y no tuvo un tiempo preciso para poder pensar en cómo volver a activar aquel portal.

Sentía esperanza, y algo en sus marcas le hacían saber en el profundo de su ser que Bill permanecía con vida.

Eso lo reconfortaba, era consciente del poder limitado de este, y aún así confía en que podrá con lo que sea hasta reencontrarse.

Siquiera tuvo tiempo de revisar aquellas notas acumuladas cerca de su cabaña, no podían permanecer mucho tiempo fuera debido a los peligros que amenazaban afuera.

¿Sucedió eso por su culpa?

Aún si tiene un descontrolado amor prohibido por aquel demonio no deseaba que los seres humanos del pueblo desaparecieran por las mismas criaturas.

Incluso algunas llegaban a la puerta de su cabaña pidiendo ayuda, otras le advertían.

¿Qué estaba sucediendo?, se sentía en un Apocalipsis y no lograba saber algo de Bill.

Las pesadillas continuaban, aveces no lograba diferenciar las alucinaciones con la realidad.

Aún así su hermano estaba ahí para eso.

Agradecía tener a su hermano.

¿En otro universo fue capaz de despreciarlo?

Llegó aquella duda en su cabeza, sin entender el por qué.

Este no era el caso y agradecía el valor y afecto que su hermano gemelo le otorgaba.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando notó a Stanley dirigirse a él con dos platos llenos de panqueques sonriente.

Le fue inevitable no sonreírle.

Le gustaban ese tipo de escenas.

Su hermano alegre gritando "Stanqueques" mientras lograban ambos comer.

Comía sin culpa.

Adoraba disfrutar la comida sin culpa.

— Sixer, aproveché que pude ir a "comprar" unas cosas. Encontré unas hojas en blanco dentro de varios sobres. Fue realmente extraño. No sé si tú siendo un cerebrito se te ocurra algo. — No estaba prestando mucha atención ya que debía admitir que la comida que preparaba Stanley era un manjar para él.