Me encontraba sentado haciendo mi tarea, no entendía nada debido a que en toda la clase me la pase observando al chico que me gusta.
Si, chico.
Hace mucho que Eijiro Kirishima, uno de mis mejores amigos me gusta, y es que... ¿Cómo no enamorarme con su forma tan varonil? Simplemente es tan lindo, no solo de físico si no también de persona. No se cuando ni donde fue que empecé a mirarlo con otros ojos, pero no me arrepiento, tal vez no le pueda confesar mis sentimientos, pero aún así. Me conformo solo con ser su amigo.
Miré de reojo mi celular para intentar distraerme, ya se que eso conllevaría a que me metiera a mis redes y de ahí no saldría, siempre me pasaba lo mismo. Me evité mejor eso, necesitaba terminar esta tarea.
De pronto escuchó gritos provenientes de la parte baja, suponía que eran mis padres de nuevo. Empezarían sus típicas peleas que mi padre inició solo porque algo le disgustó.
Sus gritos eran cada vez más fuertes, apreté el lápiz que tenía agarrado, sentía tanta frustración porque no podía hacer nada. De echo, ninguno de mis hermanos podía.
No era hijo único, tenía una hermana mayor que yo por 2 años; cursaba el último año mientras que mi otro hermano mayor, apenas había entrado a la universidad, con él me llevaba por 3 años. Casi no teníamos buena comunicación, de que tengo memoria no hablamos mucho, solo nos saludamos de vez en cuando.
Me sentía harto de esta situación, así que busqué mis auriculares para ponérmelos, le subí todo el volumen para que los gritos desaparecieran. Al menos la música me ayudaría a relajarme un rato; odiaba a mi padre, odiaba el hecho de que fingiera ser una buena persona delante de los demás, pero con nosotros era todo lo contrario.
A veces entendía a Todoroki, un chico de mi clase que decía que su vida era similar a la mía.
Continué centrado en mi tarea, pero el hecho de que mis padres peleaban allá abajo, no me dejaba continuar. A veces me preguntaba que se sentiría tener una familia feliz, siento que Bakugou la tiene aunque su madre que es muy bonita tenga el mismo comportamiento que él, hasta su físico. Dios, admito que es linda y que su esposo tiene mucha suerte, tal vez ella me guste un poco, pero no dejo de pensar que es la versión femenina de mi amigo. Y no, eso si que no, siento que le estoy siendo infiel a Kirishima aunque no seamos nada.
Algunos minutos después y noté como uno de mis hermanos se encontraba en mi habitación, ya que al girarme estaba recostado en mi cama y de igual manera llevaba audífonos. Me los quité para hablarle.
—¿Se te ofrece algo?—tal vez no me haya escuchado, pero pudo leer mis labios.
—¿Decías?—dijo quitándose los audífonos para colocarlo sobre su cuello.
—Que si se te ofrece algo—repetí.
—No—respondió lo más seco posible—Es solo que tu cama está más suave, ventajas de ser el menor—bajó la mirada a su teléfono; sabía que nuestra platica había terminado por lo cual me giré colocándome de nuevo los audífonos y seguir escuchando música.
Después de algunos minutos de nuevo me giré y mi hermano mayor ya no se encontraba, suspiré pesado; a veces me gustaría poder llevarme bien con él, ambos somos hombres y necesito de sus consejos, mi hermana es la que me ayuda con algunas tareas, pero no es siempre.
Me levanté de la silla y me estiré, permanecer sentado en la misma posición cansaba, me quité los audífonos para ponerlos a cargar, aunque en la escuela casi ni los ocupaba ya que tenía a mis amigos para pasar el rato, en especial a Eijiro.
De tan solo pensar en él siento las llamadas "mariposas" revolotear sobre mi estómago, amar a alguien es tan hermoso, lo único malo es ser no correspondido. Por mi parte, jamás me le declararé, no quisiera arruinar nuestra amistad porque entonces si no sabría que hacer sin él.
Saqué la ropa de mi clóset y me metí a bañar, esperé a que estuviera tibia ya que era muy friolento. Odiaba el frío porque las manos se me congelaban y la nariz también, ojalá poder tomar las manos de Eijiro para que se mantengan calientes.
Al salir, me sequé el cabello y me miré al espejo, a veces me sentía mal por mirarme tan delgado pero simplemente mi complexión así era, yo era mucho de comer pero no engordaba. Incluso hacía ejercicios pero mi masa muscular no aumentaba, tal vez mi destino era quedarme así.
Bajé al comedor y mi familia ya se encontraba sentada; estaban en completo silencio, miré de reojo a mi mamá y note que tenía un golpe en su mejilla, me mordí el labio inferior debido a la impotencia que sentía.
Tomé mi plato para después servirme de la comida que se encontraba en el centro, empecé a comer mirando hacia abajo, el ambiente era tan tenso que no me gustaba, ni ganas de comer me daban.
Observé a mis hermanos que masticaban igual de lentos que yo, estaban pensando en lo mismo era obvio.
Escuché como mi padre ponía la mano sobre la mesa de madera, aquel ruido nos hizo girar a todos hacia su dirección, su mirada era seria por lo cual sabía que se vendría un regaño. Sacó unas hojas y se colocó los lentes para empezar a leer, sentía la mirada de mi hermana así que la miré. Al ver sus ojos ámbar sudé frío, no se porque, pero presentía que aquella hoja era referente a mí.
—Denki—la voz de mi padre hizo que me sobresaltara y me giré a su dirección. Ví como dejó las hojas sobre la mesa y se quitó los lentes colocándolos encima—De nuevo estas a punto de reprobar 3 materias—lo sabía. Sabía que era sobre mí.
—Lo siento—fue lo único que dije, después de todo el regaño sería igual.
—Quiero que ya te pongas al corriente. Eres el único hijo que va mal, eres una vergüenza para los Kaminari.
Iba a admitir que sus palabras me dolían pero no podía protestar, por mi bien lo mejor sería que me quedara callado. Seguí escuchando el regaño de mi papá hasta que se canso de mi y continuó regañando a mi hermano mayor. Regularmente no tenía quejas de mi hermana, era ella la única que llevaba buenas calificaciones y por lo tanto, no le tocaba regaño.
Todos terminamos de cenar y esta vez me tocaba lavar los trastes, así que me tome mi tiempo; aún era temprano para dormir y además, tenía tiempo de sobra. Esa noche jugaría en línea con mi amigo Mineta, no se porque a nadie del salón le cae bien, si es un bien chico, dejando a un lado lo pervertido que es, aunque es normal en los chicos pero no tanto. No, pensándolo bien, tienen razón al no querer hablarle.
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El Diario De Un Chico Alegre
FanficEijiro tiene la llave del casillero de Denki, duda en si tomarlo, pero al final termina guardando dentro su mochila para leer lo que venía escrito.