Aquí tenéis un capítulo 8 diferente al resto. Como bien sabéis, este capítulo se repitió y para no tener que cambiar la enumeración de todos los capítulos que ya tengo preparados para subirse en sus respectivos momentos (+46 capítulos) pues aquí os dejo un capítulo especial. Espero que os guste.
El encuentro de la araña roja y de la cazadora de los ojos de zafiro
Esta historia que estoy a punto de narrar ocurrió hace mucho tiempo. Todo comienza en Ciudad Meteoro, un lugar fundado hace más de 1,500 años, donde el tiempo parece haberse detenido entre los escombros, la chatarra y el eco de vidas destrozadas.
Construida sobre capas de metal oxidado, hierros viejos y edificios colapsados, esta urbe es un laberinto de pasajes oscuros, callejones angostos y torres de chatarra apilada que se alzan hacia el cielo como monumentos de desolación. Ciudad Meteoro es un refugio para los rechazados por la sociedad: marginados, cazadores fugitivos, contrabandistas y buscavidas que han hecho de sus calles su hogar improvisado.
Aquí, el hambre y el poder se entrelazan en cada esquina. Cada transacción puede convertirse en un trato fatal, y cada sombra oculta un peligro latente. En este lugar, el tiempo no se mide por estaciones ni calendarios, sino por la constante lucha por la supervivencia. Sus calles están llenas de murmullos de conspiraciones, peleas por unos cuantos billetes, ojos brillantes que reflejan la tenue luz de faroles rotos y el incesante sonido de herramientas golpeando metal. Todo para construir, reparar o defender lo poco que se tiene.
Sin embargo, incluso en esta ciudad de desesperanza, nacen héroes y figuras icónicas. Una de las más conocidas es la leyenda de "La Araña Roja", un niño que, con tan solo 13 años, se convirtió en una figura influyente, y a los 15 años ya había consolidado su dominio sobre Ciudad Meteoro, mostrando un carisma inusual. Su historia dejó una huella en la memoria colectiva, inspirando a muchos, incluidos algunos miembros de la Brigada Fantasma. Pero... ¿quién era realmente "La Araña Roja"? Nadie lo recuerda con claridad.
—¡Me aburro! —exclama un joven de unos 18 años, de cabello pelirrojo intenso y desordenado, mostrando un aire despreocupado y rebelde. Sus ojos verdes oscuros destellan con astucia, mezclando diversión y misterio. Aunque sus facciones son finas y atractivas, ahora mismo su rostro refleja irritación. Lleva una camisa que alguna vez fue blanca, pero que el tiempo ha teñido de un gris desgastado; la lleva abierta, revelando una complexión delgada pero atlética. Sus pantalones marrones, simples y cómodos, están acompañados por unas botas del mismo color, reflejo de alguien acostumbrado a moverse rápido y con agilidad.
Con un dado de seis caras en la mano, lo lanza al aire repetidamente, atrapándolo con facilidad. Sus ojos destellan al girarse hacia su compañero.
—Nadie quiere apostar conmigo, y eso hace que me aburra. ¿Sabes, Rushirufuru?
—Te entiendo perfectamente, Dante —responde su amigo, un joven de cabello negro corto y alborotado, con una cinta de tela vieja atada alrededor de la cabeza. Sus ojos oscuros lo observan con una mezcla de comprensión y resignación—. Pero cuando alguien apuesta contigo, el dinero es lo último que pierden.
—¿Solo apostar dinero? Eso es aburrido. ¿No es más emocionante jugarte la vida? —Dante sonríe de lado, lanzando el dado nuevamente—. Aunque tienes razón, nadie puede ganarme... y eso también lo hace aburrido.
El pelirrojo suspira, apoyándose en el trono improvisado, una amalgama de piezas metálicas y restos de chatarra ensamblados con cierta extravagancia.
—Pensé que al tomar el control de Ciudad Meteoro, el aburrimiento desaparecería. Que todos querrían desafiarme, apostar todo. Pero parece que estaba equivocado.
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La cazadora con los ojos de zafiro
Fiksi PenggemarVera Ophira, una cazadora marcada por la tragedia y el legado de su misterioso clan, ha vivido toda su vida bajo la sombra de una masacre que exterminó a los suyos. Su habilidad única de clarividencia y sus extraordinarios poderes de Nen, heredados...