Los días habían pasado, Kelly perdió la vida durante el parto, su cuerpo estaba débil, pero los bebés nacieron sanos, había obtenido mellizos, ambos eran hermosos, pero Max no se interesaba en ellos, ni siquiera les había asignado un nombre.
Por otro lado, Sergio era quien se encargaba de ellos, desde lo de Jos, él tenía que poner su enfoque en algo más. Tenía muchas ideas sobre los nombres de los pequeños, pero Max tenía la última decisión._______________________________________
— Max, sé que esto te molesta, pero dijiste que te harías cargo de los bebés, ni siquiera les has dado tu apellido — Sergio estaba cansado, Max estaba más distante desde la muerte de Jos
— Sergio, esto no es fácil. — A Max no le afectó la muerte de Jos, pero pensar en la responsabilidad de tener a dos bebés... Eso era demasiado.
— Maxie, míralos... Son como dos hermosas flores — Sergio puso sus manos sobre los hombros de Max — Max, ¿No es esto lo que querías? Una familia. Ahora la tienes, los tienes a ellos y me tienes a mi, aunque no sean de tu sangre, ahora tienes lo que tanto anhelaste.
— Pero tú no eres mi esposo y nunca lo serás... Y eso duele. — Max bajó la mirada, no queria aceptar la realidad, pero era inevitable — En ti no existen los defectos, incluso si has hecho cosas malas, eso no importa, porque una y mil veces regresaría a tus brazos. — Sergio estuvo a punto de confesar su crimen, pero no tenía caso, y si en algún momento se sabía, él estaba dispuesto a enfrentar a todos.
— Pero no necesitamos un documento que afirme nuestro amor, con solo estar juntos es suficiente, con solo despertar a tu lado es una prueba de ello — Sergio tomó las manos de Max, pero aquellas manos que durante mucho tiempo fueron frías, ahora tenían una calidez hermosa. Max no esperó más, se arrodilló frente a él, pero al no tener un anillo a la mano, simplemente quitó el que ya estaba en el dedo de Sergio.
— Esta vida es muy corta para amarte y si existe otra, prometo buscarte en ella y hacerte inmensamente feliz, para que así comprendas que yo solo quiero amar a alguien que pueda ver que hay más en la vida que tener un corazón roto, para que comprendas que muchos pueden sanar heridas que ellos no causaron y tú Sergio, eres una de ellas... — Max tomó con delicadeza la mano del hermoso joven frente a él — No es necesario que alguien afirme nuestro amor, porque tú y yo sabemos que esto, no es hasta que la muerte nos separe, así que ahora te pido quedarte a mi lado y dejarme ser quien te haga feliz a cada instante, ¿Quieres que esto dure para toda nuestra eternidad? — Ambos no evitaron derramar lágrimas, Sergio aceptó, no había manera de rechazar a el amor de su vida y de toda su muerte.
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Los meses ya habían pasado, Sergio y Max decidieron llamar a los pequeños "Patricio y Penélope" ambos ya tenían sus apellidos, ahora eran la familia Verstappen-Pérez, y en cuanto a Charles y Carlos... Ambos aún se amaban, Charles abandonó su plan, simplemente dijo la verdad frente a todos, pero nadie se sorprendió, ya todos lo sabían, y Carlos aún estaba sanando su corazón, pero tal vez en algún futuro lograrían sanar sus heridas y ser felices.
El tiempo paso demasiado rápido, pero algo seguía en desarrollo, algo que en un futuro destrozaría el corazón del otro.
Sergio continuaba con molestias, ellas con el tiempo se hacían más fuertes y constantes, pero a él no le interesó, lo único que causaba preocupación en él, era que Max o alguien más lo notara.
Pero como toda flor hermosa, también se marchita y como cada vida, en algún momento termina.
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Toma y bebe de mí, aún te amo.
Ngẫu nhiên- Papi se quedó dormido, se ve muy gracioso con esa flor en la mano, parece que no pudo entregársela a alguien -