Ayer, por la noche...

49 5 0
                                    

Pov Checo:

Hoy es otro día aburrido, lo único interesante fue salir con Carola, pero como en las otras ocasiones, paso lo mismo, solo íbamos a mi antigua casa, tal vez le gusta demasiado.

Ayer simplemente deje que Max se desahogara, dormí con el, pero solo eso, no paso nada más, él estaba demasiado mal como para hacer otra cosa.

Realmente tengo demasiadas dudas, pero es muy probable que Max ya regresara a su actitud habitual.

_______________________________________

– ¿Sigues con lo mismo? Entiende de una vez, no me voy a casar con Kelly, primero me mato. – Otra vez esa discusión entre el rubio y su padre

– Max, tú y yo tenemos un trato ¿Lo recuerdas? – realmente sabía cómo fastidiarte

– Lo sé, pero Carola ya es mayor de edad y sobre todo, no es tu hija – Era la única verdad

– No lo es, pero tampoco lleva tu sangre – Lo sabía

– Puede que no sea mi hermana de sangre, pero la quiero, ella no debe saber que no lleva tu sangre, es lo único que pido – ¿Cuánto tiempo lo ocultaron?

– Max, por Dios ¿Por qué sigues aferrado? Carola es producto de una infidelidad, tu madre se acosto con otro – Maldito, aún así se atreve a seguir hablando mal de mi madre

– Esa no era razón para hacerle daño, por tu culpa mi madre murió, y Carola estuvo a punto de hacerlo también, realmente no te entiendo, nunca lo pude hacer – Su padre era un complemento extraño

– Pero no murio, así que más te vale cumplir con nuestro trato, recuerda que solo así mantendrás a salvo a tu querida "hermana" – Como lo odio

– Está bien – No tengo remedio

– La boda será pronto, para ser exactos, en tres meses, aún tienes tiempo Max, puedes arrepentirte, claro, si es lo que deseas – Carajo! Es un hijo de perra

– Usted no la ama ¿No es así? – Las palabras del mexicano estaban sonando en su mente, pero no hay vuelta atrás, si casarse con esa mujer era la única manera de mantener a salvo a su hermana, lo haría sin dudarlo.

_______________________________________

– Señor ¿Me llamaba? – ahí estaba de nuevo

– Ven Sergio – El mayor estaba revisando algo dentro de una pequeña caja de madera

– ¿Qué necesita señor? – No podía ver lo que Max buscaba, pero sonaba extraño

– Siéntate aquí – Dijo el mayor, las mejillas de sergios ardiendo, Max quería que Checo estuviera sentado en sus piernas y así lo hizo

– ¿Cuál es más linda? – Al fin logro ver lo que había en esa pequeña caja.
Joyas, joyas de distintos materiales, pero de entre todas, sobresalía una.
Este era un anillo, parecía ser de oro, pero tenia un diamante rojo en el centro, el diamante brillaba con intensidad, era el más hermoso, bueno, al menos para el mexicano.

– Este de aquí – Dijo el pequeño mientras señalaba aquel anillo

– ¿Lo es? ¿No prefieres otro? – Max parecía no estar de acuerdo

– No, este me gusta más, su color es muy lindo – Era rojo, como la sangre

– De acuerdo, tómalo, es un regalo, ya sabes, ayer, por la noche, fuiste un gran apoyo

– ¿De verdad? Ese anillo se ve demasiado lujoso – No lo creía, ¿Max le estaba dando un regalo?

– Tienes razón – dijo mientras cerraba la caja por completo – Son todas tuyas, tómalo como un pago extra. El anillo por lo de ayer y lo demás por las noches que siguen, no las necesito, así que son para ti.

Y ahí estaba yo, Sergio, viendo a los ojos a ese hombre, me daba miedo, pero sus ojos hacían que los míos se concentraran solo en el, incluso podria decir que lograba ver Sangre bajo aquel azul.

Continuará...

Toma y bebe de mí, aún te amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora