Amelia Xavier, una hija perdida del Profesor Xavier en su juventud, donde una noche con una amiga le cambió la vida por completo. Una heredera que también tuvo poderes, un amor que conoció más adelante, que cambio por completo su vida.
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Ya hace unas horas que Charles había decidido que fueran todos a Washington, estaba Amelia sentada mirando por la ventana. En su rostro había un poco de preocupación y tristeza, puesto a que había recordado a su madre.
— ¿Estas bien?– le pregunto Charles a su hija, luego de haber tenido una conversación con Logan sobre los X-men.
— Si... solo recordé a mamá...– le murmura apenas la chica, que se sentía mal ahora.
— ¿La extrañas aún verdad?– le dice mirándola un poco apenado.
— Siempre lo hago... solíamos ser muy unidas y hacíamos muchas cosas...– decía Amelia recordando con nostalgia, después de todo había perdido a su madre hace poco.
— Sabes... yo aun recuerdo cuando conocí a tu madre, íbamos en la universidad juntos– le cuenta su padre mientras la niña se sienta en sus piernas para abrazarla. — Al principio me parecía una chica muy irritante y molesta, no dejaba de ser una sabelotodo... Pero después la conocí mejor y me pareció la mujer más alegre y bonita, al igual a ti, que serás su viva imagen... y se que nos conocemos hace poco, pero yo te amo, eres mi salvación en cuando yo estaba en un hoyo hundido en mi depresión... No quiero que lo olvides jamás, yo siempre estaré para cuidarte y protegerte...
Amelia al escuchar esas palabras lo abraza y llora unos momentos en los brazos de su padre. — Ya... tranquila...– le acaricia el cabello mientras la sigue abrazando.
— ¿no estuviste en mi nacimiento?– le pregunto la niña levantando la cabeza.
— No... yo jamas me enteré que tú madre había quedado embarazada...– la mira con confusión por la pregunta.
— Y no puedes entrar a mi mente... a aquel momento?– preguntó con inocencia la chica.
— No lo sé... podría ser, pero tus recuerdos no son tan detallados, puesto que no lo recuerdas... pero tampoco imposible– le dice para no desanimarla.
— ¿Y si ahora lo intenta?– dice Amelia con todos los ánimos del mundo, quería que su padre fuera partícipe de sus primeros años de mi vida.
— Okey, lo haré solo por un momento...– toca la frente de su hija y de un momento otro se encuentra en un hospital rodeado de enfermeros y doctores. Este camino por el lugar hasta que vio a una mujer de pelo castaña embarazada , que reconoció en el momento. Era su Lizzie, la chica que había amado en silencio y la perdió por mujeriego.
— Respira señorita Elizabeth, en unos instantes tendrá a su bebé en sus brazos– le decía una enfermera calmando a chica que estaba con unas fuertes contracciones.
Charles se pone al lado de ella cuando el doctor dice que estaba lista para tener a la bebé.
— Puja Elizabeth, tú puedes!– le decía el doctor mientras se preparaba para recibir a la pequeña bebé.
