Contra la barrera ll Syda ||

El Susurro de la Amenaza

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Narrador: Mientras avanzaban por el oscuro corredor de la cueva, Daarick luchaba por disimular el dolor que sentía en el brazo. La herida pulsaba cada vez más, pero prefería mil veces soportar la agonía antes que preocupar a Sylvee, que caminaba unos pasos delante de él, observando cautelosamente cada rincón.

El eco de sus pisadas era lo único que rompía el silencio, pero Daarick no dejaba de pensar en la última nota que había encontrado en uno de los cofres secretos que le habían dejado . Aquella frase, tan simple y tan cargada de significado, le daba vueltas en la cabeza: "Protegeré este camino, contigo a mi lado, si eso significa que estás a salvo."

Sintiendo una mezcla de nervios y determinación, sacó su celular e intentó buscar las palabras adecuadas para sugerir un descanso. No era bueno en inglés, pero sabía que tenía que intentarlo.

Daarick: Sylvee… if we rest for a while {si descansamos un rato} —murmuró, sintiendo su propio acento descomponerse en cada palabra.

Sylveese detuvo y lo miró, notando que respiraba con dificultad. Ladeó la cabeza, evaluando si realmente estaba bien.

Sylvee: You feel good? {¿te sientes bien?}

Daarick: Sí, sí, estoy bien —respondió rápidamente, desviando la mirada para evitar que Sylvee viera el dolor en sus ojos. No podía permitir que ella lo viera débil.

Se sentaron sobre una roca cercana y compartieron algunos bocados en silencio, pero el ambiente empezaba a tornarse extraño. La cueva parecía moverse a su alrededor, como si algo les observara desde la penumbra. Daarick intentaba concentrarse en su herida y en disimular su dolor, cuando un crujido inesperado lo hizo ponerse en alerta.

El crujir de algo moviéndose en la oscuridad se intensifica. Los pelos de la nuca de Daarick se erizaron, y un mal presentimiento comenzó a apoderarse de él.

Daarick: No puede ser… justo ahora no —murmuró, con un tono entre frustrado y asustado.

Sylvee: What happened? {¿Qué pasó?}

Daarick: Quédate detrás de mí.

Sylvee, con una expresión desafiante, negó con la cabeza.

Sylvee: I can take care of myself too {Yo también puedo cuidarme} —dijo en voz baja, pero firme.

Narrado: Antes de que pudieran intercambiar más palabras, una voz oscura y profunda resonó en el aire, atravesando las paredes de la cueva y helando cada rincón.

Voz: ¿Quién se atreve a invadir mis dominios? —la voz era como el susurro de una tormenta, como el rugido lejano de un volcán.

Daarick sintió un frío recorriendo su espalda. Sabía a quién pertenecía esa voz. Era un nombre que muchos en el equipo Orfanato habían oído en susurros, una figura temida incluso entre los guerreros más fuertes.

Daarick: No puede ser… es él.

Sylvee: Who is he? {¿Quién es él?}

Daarick: Revil.....

Narrador: La figura de Revil comenzó a emerger de las sombras, alta y amenazante, con un par de ojos rojos que parecían perforar la oscuridad. Su presencia era opresiva, como si toda la cueva se llenara de una energía densa y venenosa. Sylvee tragó saliva, intentando mantener la calma, aunque su corazón latía con fuerza.

Revil: ¿Así que ustedes son los intrusos que vienen a desafiarme? Qué patético. —rió, dejando que su eco se impregnara en el silencio.

Daarick levantó su espada y se puso en guardia, aunque sabía que en su estado no podía luchar con toda su fuerza. Aun así, no permitiría que Sylvee se enfrentara sola a semejante monstruo.

Sylvee miró a Daarick de reojo, notando cómo su brazo temblaba. Dio un paso adelante, colocando su propia arma frente a ella, lista para atacar si era necesario. La determinación en sus ojos era evidente, y eso hizo que Daarick sintiera una mezcla de orgullo y preocupación.

Sylvee: Together {Juntos} —susurró, sin dejar de mirar a Revil, pero dejando entrever una leve sonrisa hacia Daarick.

Narrador: Revil alzó una mano, y de ella surgió una energía oscura que se arremolinaba como humo, formando un rayo de sombras que lanzó directo hacia ellos. Daarick, en un impulso de proteger a Sylvee, se lanzó delante de ella y recibió el impacto en el hombro. Soltó un gemido de dolor mientras caía al suelo.

Sylvee se arrodilló rápidamente junto a él, tomando su brazo con cuidado.

Sylvee: Deereck! —dijo, con los ojos llenos de preocupación— *Don’t… Don’t do that* {No… No hagas eso}.

Daarick  intentó esbozar una sonrisa, aunque su rostro reflejaba el dolor.

Daarick: Estoy bien…{ mientras tú estés bien.} Pensó

Narrador: Sylvee, con los ojos  llenos de furia, se volvió hacia Revil. La mirada en sus ojos había cambiado. No era solo miedo, sino una determinación feroz. Daarick notó ese cambio y, a pesar del dolor, sintió un calor en el pecho al ver la fuerza que ella irradiaba.

Revil observó la escena con una sonrisa cínica.

Revil: Esto será interesante… Una niña intentando proteger a un  Pavo . Patético. —se burló, extendiendo sus manos en un gesto de diversión, como si fuera un juego para él.

Sylvee apretó los puños y, con voz firme, respondió.

Sylvee: We’re not afraid of you. {No te tenemos miedo.}

Narrador: Revil dejó escapar una carcajada gutural que resonó por toda la cueva.

Revil: ¿No tienen miedo? Veremos cuánto pueden soportar…

Sin previo aviso, la figura de Revil se desvaneció en un torbellino de sombras, y en su lugar aparecieron múltiples criaturas que rodearon a Daarick y Sylvee. Los monstruos parecían alimentarse de las sombras de la cueva, sus ojos brillaban con la misma maldad que la de su creador.

Daarick se puso en pie con dificultad, apoyándose en su espada mientras Sylvee luchaba a su lado. El combate fue feroz y agotador, cada criatura que derrotaban era reemplazada por dos más. Daarick podía sentir que sus fuerzas se agotaban, pero algo dentro de él, una fuerza que ni él mismo comprendía, le daba energía para seguir.

Sylvee, exhausta y jadeante, volvió a mirar a Daarick en un momento de calma entre los ataques.

Sylvee: Why… Why do you protect me so much?{¿Por qué… por qué me proteges tanto?}

Daarick sintió que las palabras se atoraban en su garganta. Sabía que no podía confesar sus verdaderos sentimientos, no ahora, y no en medio de este caos.

Daarick: Porque… porque es lo correcto —respondió, tratando de mantener su tono serio, aunque sus ojos reflejaban una vulnerabilidad que no podía ocultar. No quería que ella sintiera que debía protegerla solo por deber; había algo más profundo en su deseo de hacerlo, pero no podía ponerlo en palabras.

Narrador: Sylvee lo miró sorprendida, su mirada entre curiosa y confundida. Daarick notó la chispa de duda en sus ojos, pero antes de que pudieran hablar más, una nueva ola de criaturas los rodeó. Sin embargo, algo en la conexión entre ellos les dio un nuevo impulso. Sabían que no podían rendirse, no ahora, no mientras estuvieran juntos.

Finalmente, con un último esfuerzo, lograron vencer a la última criatura. Revil, desde algún rincón de la oscuridad, soltó una risa sarcástica.

Revil: Esto apenas comienza… Veamos cuánto más podrán resistir, pequeños intrusos.

Con esas palabras, la cueva comenzó a temblar y una nueva oscuridad los envolvió, dejándolos en una situación desesperada, pero más unidos que nunca.

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